De la desesperación a la ternura, de la fealdad a la belleza, de lo sucio a lo limpio. Daido Moriyama documentó la realidad de las grandes metrópolis con una visión subjetiva de la vida en la ciudad y del caos de la existencia cotidiana. Para homenajear la figura del icónico fotógrafo japonés, pionero de la fotografía urbana contemporánea, la Fundació Foto Colectania inaugura Daido Moriyama: A Diary. La exposición, que inaugura el 12 de marzo y se podrá visitar hasta el 21 de junio, propone un recorrido por la obra de un autor que, con su cámara y su particular visión de la ciudad, ha influenciado a generaciones posteriores de fotógrafos de todo el mundo.
“Cuando tomo fotos, mi cuerpo entra inevitablemente en un estado de trance. Mientras serpenteo rápidamente entre las avenidas, cada célula de mi cuerpo se vuelve sensible como un radar, susceptible a la vida de la calle… Si lo tuviera que expresar en palabras, diría: No tengo elección… Tengo que fotografiar esto… No puedo dejar que otro lo haga… Lo tengo que fotografiar… No tengo elección”. Elogiado tanto por su enfoque radical de los temas que trata como por su aproximación a la fotografía, Moriyama se ha consagrado como uno de los fotógrafos japoneses más reconocidos.
Desde joven se ganó la fama de provocador. Recorría las calles dispuesto a captar la cara más inhóspita de las grandes metrópolis de Japón, pero lo hacía incluyendo encuentros y estados emocionales diferentes: de la desesperación a la ternura, de la fealdad a la belleza. Su trabajo, a menudo descrito como crudo y problemático, originó una nueva práctica de fotografía callejera en la que el artista deambula por la calle, confrontando los espacios públicos.
Las fotografías que se exhiben con motivo de Daido Moriyama: A Diary, comisariada por Sara Walker y Louise Wolthers, proceden de la Fundación Hasselblad de Gotemburgo (Suecia), que ha producido la exposición con motivo de la concesión del Premio Hasselblad a Daido Moriyama en 2019. La muestra configura un recorrido por las escenas que inmortalizó el autor durante casi cincuenta años de creación de imágenes. Un espacio habitado por estratos de la vida del fotógrafo, porque la vida de Daido Moriyama son sus imágenes.
A diario, recopilaba lo que veía, lo que hacía y los lugares por los que pasaba. Un viaje que, muchas veces, llevó a cabo sin alejarse demasiado de su barrio en Tokio pero que, muchas otras, hizo explorando continentes como Europa o América. Sin embargo, independientemente del lugar, siempre fotografió con la misma honestidad. “La representación de la vida de Daido Moriyama no está censurada y no le teme ni a lo feo ni a lo bello. Se trata, verdaderamente, de un fotógrafo innovador y una inspiración para personas de muchos campos creativos, no solo dentro del arte y de la fotografía”, afirman las comisarias. Fotografías crudas, tranquilas y contemplativas escenas callejeras o autorretratos en habitaciones de hotel, todas con el mismo denominador común: el rastro de la manera de ver de Moriyama, capaz de convertir lo cotidiano en algo que vale la pena contemplar.
Desde joven se ganó la fama de provocador. Recorría las calles dispuesto a captar la cara más inhóspita de las grandes metrópolis de Japón, pero lo hacía incluyendo encuentros y estados emocionales diferentes: de la desesperación a la ternura, de la fealdad a la belleza. Su trabajo, a menudo descrito como crudo y problemático, originó una nueva práctica de fotografía callejera en la que el artista deambula por la calle, confrontando los espacios públicos.
Las fotografías que se exhiben con motivo de Daido Moriyama: A Diary, comisariada por Sara Walker y Louise Wolthers, proceden de la Fundación Hasselblad de Gotemburgo (Suecia), que ha producido la exposición con motivo de la concesión del Premio Hasselblad a Daido Moriyama en 2019. La muestra configura un recorrido por las escenas que inmortalizó el autor durante casi cincuenta años de creación de imágenes. Un espacio habitado por estratos de la vida del fotógrafo, porque la vida de Daido Moriyama son sus imágenes.
A diario, recopilaba lo que veía, lo que hacía y los lugares por los que pasaba. Un viaje que, muchas veces, llevó a cabo sin alejarse demasiado de su barrio en Tokio pero que, muchas otras, hizo explorando continentes como Europa o América. Sin embargo, independientemente del lugar, siempre fotografió con la misma honestidad. “La representación de la vida de Daido Moriyama no está censurada y no le teme ni a lo feo ni a lo bello. Se trata, verdaderamente, de un fotógrafo innovador y una inspiración para personas de muchos campos creativos, no solo dentro del arte y de la fotografía”, afirman las comisarias. Fotografías crudas, tranquilas y contemplativas escenas callejeras o autorretratos en habitaciones de hotel, todas con el mismo denominador común: el rastro de la manera de ver de Moriyama, capaz de convertir lo cotidiano en algo que vale la pena contemplar.
La exposición Daido Moriyama: A Diary se inaugura el 12 de marzo y se puede visitar hasta el 21 de junio en Fundació FotoColectania, Passeig de Picasso, 14, Barcelona.