El Dart Festival está de vuelta y sigue siendo el único en España que mezcla cine documental y arte. Entre los must-watch de esta octava edición, nos llevamos la ganadora del Oso de Oro en Berlín, Dahomey. Un documental de Mati Diop que no solo explora el arte, sino que lo convierte en una oda a la identidad y la memoria cultural.
Crecemos rodeados de patrimonio sin siquiera ser conscientes. Desde los museos hasta las plazas, desde los grafitis por la calle hasta los restos de antiguas murallas; un legado que moldea nuestra percepción del mundo. Observamos obras como el Guernica de Picasso y encontramos en su trazo no solo una denuncia de la guerra, sino una memoria eterna del dolor y la resistencia humana. El arte no solo documenta la historia, sino que encapsula los sentimientos, los triunfos y las tragedias de quienes nos precedieron. Sin ese patrimonio, ¿qué seríamos? ¿Qué sucede con la identidad de un pueblo cuando le arrebatan aquello que lo define?
Este es el el caso del Reino de Dahomey, hoy República de Benín, uno de los muchos países que sufre les consecuencias del colonialismo. En 1892, las tropas francesas saquearon miles de piezas del patrimonio cultural de Dahomey. Más de un siglo después, en noviembre de 2021, veintiséis de esos tesoros, resguardados en los museos de París, emprendieron el regreso a su tierra natal. Este evento histórico es el centro del documental de Mati Diop, la directora franco-senegalesa que nos guía a través de un viaje íntimo, cargado de simbolismo y cuestionamientos.
Tronos reales, puertas esculpidas, estatuas de reyes… cada pieza devuelta fue alguna vez parte de ceremonias y tradiciones de un pueblo. Seguimos su salida de las frías cámaras del Musée du Quai Branly - Jacques Chirac, donde personal y especialistas embalan cuidadosamente cada objeto. Las imágenes, austeras y silenciosas, evocan ataúdes más que cajas, como si se tratara de un entierro en lugar de una resurrección. En ese momento, Diop hace su magia: una estatua cobra vida y se convierte en narradora.
Con una voz distorsionada en fon, su lengua originaria, reflexiona sobre su retorno: ¿Qué significa volver a casa después de haber sido arrancada de ella? ¿Me reconocerán? ¿Estoy muerto para ellos? Esta estatua mitológica no es solo un objeto, es un testigo, un prisionero que finalmente regresa a su hogar.
Las escenas frías de la logística se contraponen con la bienvenida en las calles de Cotonú, donde el recibimiento de las piezas es una explosión de vida: danzas, atuendos exuberantes y un orgullo colectivo que llena el aire. La fotografía de Diop, hipnótica y política, junto a la música onírica de Wally Baradau, transforma estas imágenes en un poema visual. Es como si los fantasmas del pasado caminaran junto a los vivos, uniendo lo que fue con lo que es.
Pero el punto más revelador llega en el debate de la Universidad Abomey-Calavi, donde los estudiantes, con pasión, no solo celebran el retorno sino que también lo cuestionan. Su crítica es feroz: regresan veintiséis piezas, pero el saqueo dejó un vacío de hasta siete mil objetos. ¿Es este un acto de justicia o un gesto simbólico? ¿Quién se beneficia realmente: el colonizado o el colonizador? En este debate, más que observar, se impone escuchar. Estas voces jóvenes plantean preguntas incómodas sobre la museología contemporánea y la compleja relación entre patrimonio y poder.
El documental no ofrece respuestas, solo preguntas que nos interpelan. Diop opta por una mirada neutra que nos obliga a cuestionar el mundo museístico tal como lo conocemos. Más de una docena de países han solicitado la devolución de sus obras a París; la mayoría sigue esperando. Y mientras tanto, otros museos temen una desescalada que amenaza con cambiar el statu quo.
Al salir del cine, es imposible no llevarse las preguntas contigo. Este documental de apenas sesenta minutos no solo es una lección de historia, es un reflejo incómodo de la actualidad en la que vivimos. Tal vez sea también una invitación a imaginar un futuro donde las obras finalmente encuentren su hogar, y nosotros, nuevas maneras de mirar y comprender.