Viajamos desde el norte al sur del planeta, desde Dinamarca a México, haciendo una parada en Barcelona, donde ambas culturas y estilos se fusionan para crear un universo nuevo. Sus creadores, Thomas, de origen danés y Regina, de raíces mexicanas, dieron a luz a Cosmo y un poco más tarde le dieron una hermana pequeña llamada Cometa. Son pura energía, un ir y venir de gente que siempre vuelve a degustar sus sandwiches, zumos o pasteles en un acogedor espacio lleno de arte de jóvenes talentos. Nos hemos sentado con ellos a tomar un chai latte y descubrir los secretos de esta pequeña gran familia que no puede parar de crecer.
¿Cómo y por qué se creó Cosmo?
Persiguiendo el sueño de emprender algo juntos, creamos la galería – cafetería Cosmo. Llevábamos unos 4 años viviendo en Barcelona y decidimos cumplir ese sueño, cambiando nuestras monótonas vidas por un nuevo estilo de vida. Desde el principio luchamos por conseguir lo que queríamos. Al principio estábamos solos y hacíamos un sandwich al día. Ahora se utilizan iPads para atender a la gente y no perder el control del volumen de trabajo. La evolución de Cosmo no ha sido planeada, todo ha venido por sí solo. Tenemos una clientela muy amplia, desde madres y padres con niños, a abogados con mucha prisa por tomar un buen almuerzo, o abuelas enamoradas de nuestros zumos que lo han convertido en su sana rutina.
Después de tres años de duro trabajo, y gozando de un gran éxito, ¿empezásteis a plantearos que el formato funcionaba y crear Cometa podría ser buena idea?
Sí, cuando comprobamos que Cosmo gustaba a mucha gente y que el trabajo daba sus frutos, nos planteamos la posibilidad de abrir un local en otra zona. Para ello decidimos asociarnos con María, nuestra primera empleada y amiga de confianza, y juntos desarrollamos la idea. La zona fue lo primero que elegimos, Sant Antoni. Buscando local nos enamoramos del actual espacio. Fue complicado condensar todas las ideas en un local de dimensiones tan pequeñas (comparándolo con Cosmo), pero al final conseguimos darle una personalidad propia muy especial. Estamos muy contentos con el resultado, y gracias a su estilo hemos obtenido nuevos clientes que no estaban familiarizados con Cosmo. Cometa tiene un sentimiento más de barrio, y aunque pueda parecer que Sant Antoni sea una guerra de locales de moda, ¡todos nos llevamos muy bien y somos amigos! (risas).
¿Cuál diríais que es el concepto de Cosmo & Cometa? ¿Qué tienen en común y qué tiene de especial cada uno por sí solo?
Ambos espacios son diferentes, acogedores y ofrecen cosas que no tienes en casa. Puedes disfrutar del arte que no tienes en el salón de tú casa o de algunos productos que, posiblemente, no encontrarás en tu cocina. El concepto de Cosmo estaba muy claro desde el principio. Una galería de arte donde, tras ver una exposición, podrías quedarte a tomar un café. Esta idea la tomamos de la experiencia de ir a una exposición y al terminar, ir a tomar un café para reflexionar y comentarlo con los amigos. Cometa tiene su propia personalidad, lograda mediante su público, sus rincones y el barrio, nada que envidiarle a su hermano mayor. A pesar de esto, tiene el mismo concepto que Cosmo pero sin la galería de arte, aunque su decoración ha sido capaz de reunir arte de más de veinte países distintos.
En vuestra carta hay una variada oferta de productos atemporales y otros más de temporada. Contadnos qué se puede encontrar uno en vuestros locales que no tenga el de al lado.
Siempre se ha intentado ofrecer algo diferente al resto. Por ejemplo, fuimos de los primeros en introducir el chai latte o el carrot cake, y también hemos intentado introducir productos con inspiración danesa y mexicana, siempre adaptándose a la cultura española. Todos los zumos son elaborados por nosotros, combinando diferentes frutas y verduras como alternativa a las bebidas con gas y refrescos que cualquier bar tiene. Es refrescante, nutritivo, muy saludable y conjunta a la perfección con nuestros sandwiches. Los sandwiches están hechos al momento con productos frescos, de ahí nuestra filosofía “slow food”, porque cortamos el tomate al momento, así como el aguacate o el queso fresco. Todos tienen una base de lechuga o espinacas acompañada de diferentes ingredientes para todos los gustos, sea el cliente vegetariano o no. En verano la gente buscaba algo más fresco e introdujimos las ensaladas, basadas en los ingredientes con los que ya trabajábamos, pero combinados de una manera más light. En invierno tenemos una gran variedad de tés e infusiones importados desde China, que elegimos y servimos cuidadosamente. Además, para los más golosos tenemos nuestro famoso chai latte o chocolate caliente servido con nata y para los cafeteros, disponemos de un estupendo café ecológico, ¡acompañarlos de nuestros pasteles es la mejor merienda! (risas). Aunque la gente nos vea más como una cafetería, también es un buen lugar de cañas, y cuando se acerca la noche, uno puede tomarse un buen Gin Tonic o un cóctel de la casa.
¿Cuál es vuestra política de precios?
Nuestros precios son moderados y están ajustados a la calidad de los productos. Los desayunos rondan los 2,30€, puedes salir satisfecho comiendo por unos 8€, una merienda completa por unos 5€ y una divertida cena entre amigos por unos 15€. Con los tiempos que corren y las dificultades económicas que hay, hemos conseguido tener clientela fija y es más, ampliarla, y eso es motivo de orgullo porque demuestra que algo estamos haciendo bien.
Vuestra decoración es única, ¿cómo la trabajáis y cuidáis?
Aunque en origen es de estilo nórdico y muchos de los elementos decorativos están traídos directamente de allí, también intentamos añadir mucho colorido para crear un espacio cálido y hogareño.
Uno de los puntos fuertes y más personales de Cosmo son sus exposiciones. ¿Qué han mostrado vuestras paredes en estos últimos años y qué nos enseñarán en los próximos?
La galería surgió desde el principio porque era lo que más ilusión nos hacía, y además, queríamos prestar un espacio a artistas emergentes y contemporáneos para así ayudarles a impulsar su carrera. Hemos organizado exposiciones muy variadas, desde bicicletas colgadas en la pared a graffitis de artistas neoyorquinos a ilustraciones con un toque más naïf, así como la reciente y controvertida exposición de Joan Cornellá. Siempre hacemos una “fiesta” inaugural con cada nueva exposición. El sistema siempre es el mismo. Una exposición al mes, invitar a amigos, ofrecerles unas cervezas y tener la oportunidad de hacerse con una pieza de la exposición. Aunque nuestra intención es mantener este formato, también queremos que estas exposiciones sean más dinámicas y que nuestros clientes interactúen con ellas de diferentes maneras.
¿Cuáles son vuestros objetivos para este 2014?
El de Cosmo, mantenerse como está pero con el afán de mejorar cosas y conseguir que la gente no se aburra, sorprendiéndoles con nuevas propuestas y cuidando el contenido actual. El de Cometa, ampliar el espacio con una terraza que llegará con la primavera.
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