“Yo ya estoy cansada de tantos eventos históricos, a veces quiero irme al monte y olvidarme de todo”. Así de divertida es Candela Rivera Gómez, quien se define como ‘sensiblita’ en su bio de Instagram. Desde historias de narcos gallegos a Pepe The Frog, pasando por videojuegos como Dark Souls o los personajes masculinos de JoJo’s, la artista explora sus temas favoritos a través de la ilustración. Hoy indagamos más en su obra y sus proyectos futuros, como el cómic sobre salud mental en el que está trabajando actualmente. Más conocida en redes sociales como Candela Kerze, hoy hablamos con ella sobre la realidad del mundo de la ilustración, lo más difícil de ser autónomo hoy en día y sus planes de futuro.
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A modo de introducción y un poco para romper el hielo, ¿de dónde viene el interés por la ilustración? ¿Siempre has querido ser artista?
La verdad es que sí. Tuve una época con 12 años en la que quería ser médico, forense o criminóloga, pero se me pasó rápido. Aunque a veces escucho True Crime mientras trabajo. Desde que tengo uso de razón he dibujado, en clase siempre me llamaban la atención por tener todos los apuntes pintarrajeados y hasta las mesas del pupitre con lápiz.
Mi familia me apuntó a clases de pintura en una escuelita de Ferrol (Galicia) cuando era pequeña y después lo retomé a los 14 años gracias a mi tía. Allí empecé a plantearme en serio hacer bachillerato artístico, pero tenía mis dudas sobre el futuro, ya sabes. Fue con 16 años que gané la Ruta Quetzal gracias a un libro que ilustré, en el que contaba la historia de mi bisabuelo, un maderero gallego que desapareció durante la construcción del canal de Panamá. Ganar ese reconocimiento me hizo creer más en mí y decidirme a estudiar Bellas Artes, ¡y hasta ahora!
Tu nombre artístico es Candela Kerze, ¿tiene algún significado?
Cuando estaba de Erasmus en Alemania, me gustaba pintar graffiti y mi nombre artístico era Krätze, muy similar a Kerze, que significa Candela o vela. Abrí mi cuenta más enfocada al arte allí y decidí ponerme Candela Kerze de nombre de usuario. Pero vamos, básicamente es Candela al cuadrado, no tiene mucho más (risas)
Has comentado que eres de Ferrol, pero te fuiste a Madrid a estudiar Bellas Artes, ¿te costó mudarte lejos de tu hogar? ¿Qué es lo que echas más de menos?
La verdad es que mi madre siempre me animó a irme a Madrid y, con mucho esfuerzo, mi familia me ha dado la oportunidad de poder estudiar aquí. Al principio era todo muy nuevo porque nunca había vivido en una ciudad grande y todo me resultaba estimulante. Pero ahora que voy creciendo echo de menos la paz y la naturaleza, irme a caminar por el bosque, cuidar de mis gallinas, etc. Aunque definitivamente lo que más echo de menos es a mi familia, mis amigas de Ferrol e ir de vasos con mi abuelo por los bares de mi aldea, Esmelle.
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Además de estudiar Bellas Artes en la Complutense, has cursado un Máster de Investigación, Arte y Creación. ¿Es importante para ti la documentación, innovación y experimentación en el arte?
Bueno, cuando hice ese máster en 2020 acababa de terminar la uni y me sentía un poco perdida, estaba algo desencantada con el mundo del arte más institucional y no sabía cuál era mi camino. Hice un proyecto de investigación sobre cómo se romantiza la narco-cultura a través del mass media, centrándome en Galicia, la serie Fariña y la historia de las conserveras que trabajaban en Charpo, una empresa del narcotraficante Manuel Charlín. A pesar de ser súper sesudo, ya incluí memes por aquel entonces (risas).
Ese ensayo desembocó en una animación sobre los cantos de trabajo de esas mujeres, que logré recopilar contactando con las antiguas trabajadoras de las conserveras. Las voces de las mujeres mayores con la voz de mi compañera Uxía Muíño representaban las luchas laborales a las que se siguen enfrentando hoy en día. Tuvo muy buena acogida y saqué muy buena nota. Me plantearon hacer un doctorado, pero sentía que esos temas eran muy pesados para mí y drenaban mi energía, y que disfrutaba mucho más buscando en mí misma y mi cotidianeidad.
Al final, hay que buscar mucho para encontrarse a una misma, y yo sigo experimentando cada día. Pero le tengo mucho cariño a ese trabajo porque lo hice con el corazón, y hasta metí entrevistas con mi abuelo como fuentes. A veces siento que al arte más institucional le falta un poco de sentimiento y queda muy frío y desconectado de la realidad. Me flipa mucha gente que está en ese mundo y sí habla desde el corazón, pero hoy en día me siento más cómoda expresándome desde otros lugares como la autoedición, la ilustración, el cómic, etc.
Aparte de digital, también haces pintura tradicional y animaciones 2D. ¿Tienes preferencia hacia alguna de estas técnicas o te gusta combinarlas?
Siempre he sido de tradicional, pero la tablet me hace ganar tiempo, espacio y comodidad, además que a la larga ahorro muchísimo dinero, sobre todo a la hora de hacer bocetos. Cuando dibujo de manera más tradicional siempre siento que las líneas son más fluidas, pero definitivamente adoro la tablet, me salva la vida. Y no le resto valor a la pintura digital. Yo pinto en digital muy similar a como lo hago a mano, y algunos dibujos tienen muchísimas horas de trabajo.
La animación me divierte muchísimo y me da mucha satisfacción ver el resultado, es como magia para mí. Pero es verdad que me quita mucho tiempo y ahora estoy con dos proyectos personales que me ocupan todas mis horas junto con otros proyectos externos.
Últimamente, estamos viendo el furor de la IA y sus primeros pasos. Como ejemplo, Photoshop y su nueva función de autocompletado a partir de un texto que tú le das, ¿lo has probado? ¿Qué opinas sobre lo que está pasando?
Ufff, la IA, el hot topic… Es un tema en el que necesito profundizar más, prefiero dar una opinión cuando esté segura de mis fuentes y todo eso. Luce un poco Matrix o Black Mirror dependiendo en qué manos esté. Es una herramienta y, como tal, existe una dualidad. Creo que todo depende del fin y las intenciones que haya detrás, como con todo. La IA es utopía y distopía. Yo ya estoy cansada de tantos eventos históricos, a veces quiero irme al monte y olvidarme de todo.
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Me he dado cuenta de que sueles pintar/dibujar más personajes femeninos que masculinos, al igual que muchos perritos, ¿dirías que las mujeres juegan un papel importante en tu arte? ¿De dónde sacas tu inspiración?
Perritos y cualquier animal que se me cruce en internet o en la calle. Para mí, los animales son muy importantes y los quiero reflejar en mis ilustraciones. Siempre he estado rodeada de ranas, lagartos, gallinas, perros, pájaros, etc. Cuando era pequeña, mi abuelo me enseñaba a cuidar de ellos. Recordad chicxs, no compréis animales nunca, adoptad y rescatad.
Y sí, las mujeres y las personas alejadas de la normatividad me han llamado mucho la atención desde muy pequeñita. Mi obra es muy autobiográfica e introspectiva, y como yo me identifico como mujer, me siento más cómoda usando personajes femeninos como vehículo de mis sentimientos. Bebo mucho de referencias de mujeres artistas como Alice Bloomfield, Cristina Daura, Nuria Just, Ana Galvañ, María Medem, Little Thunder, Kamome Shirahama, Ai Yazawa, personajes femeninos fuertes como los de Eon Flux, drag queens como Onyx, diseñadores como Mugler, etc. Tengo millones de referencias que me inspiran, y me encanta porque cada vez se va creando una red más grande y compleja que me ayuda a definir mi propio camino mejor.
Pero está en mi agenda explorar la masculinidad en mis personajes. Al final, una de las cosas que tiene el arte es que puedes construir tu propio mundo, tus fantasías y tus distopías. Me gusta mucho el diseño de personajes masculinos en series como JoJo’s, y ahora tengo más proyectos en los que aparecen personas que encajan más en el espectro masculino. Me gusta también salir de mi cascarón y evolucionar como ilustradora.
Tu estilo también viene muy marcado por el color, ¿fue algo que encontraste por el camino o lo buscaste deliberadamente?
Siempre he sido muy intensa, en la vida real y en mis pinturas, me viene de fábrica creo (risas). Pero sí que es verdad que cuando era adolescente e iba a clases de dibujo, mi profe por aquel momento, Sofía Piñeiro, me enseñó a pintar limitándome a usar solamente los tres colores primarios. Ahora uso muchísimos más, pero creo que esos contrastes fuertes que quizás se pueden ver en pinturas expresionistas, esa transmisión de emociones no solo a través de la escena sino haciendo también partícipe al color, lo he llevado desde aquel momento de manera muy intuitiva dentro de mí, y me encanta seguir mi intuición.
A la hora de dibujar, ¿eres de ideas fijas o sueles hacer muchos sketches antes de decidir lo que vas a hacer?
A veces sí tengo una idea en la cabeza muy marcada pero voy añadiendo, borrando y transformando la ilustración durante el proceso casi siempre que dibujo para mí. Suelo subir grabaciones del proceso a las redes en los que se puede ver cómo cambio millones de cosas. Disfruto mucho de ese factor sorpresa de dejarme llevar por un sentimiento que quiero transmitir y acabar creando algo inesperado inicialmente. Aunque suele pasarme más en proyectos personales, si un cliente me pide una idea concreta me ciño al boceto original que ha elegido. Pero vamos, que si me dejan volar, yo vuelo.
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Creo que eres muy fan de Pepe The Frog, ¿dirías que es tu personaje favorito para ilustrar?
(Risas) ¡Adoro a Pepe! Recomiendo ver el documental Feels Good Man para quien no lo haya visto todavía. Es súper interesante el lore de Pepe. Me encanta dibujar memes, supongo que es generacional. Soy una consumidora total de la cultura de internet, videojuegos, etc. y me encanta meter referencias a mi mundo personal siempre que puedo. Hay algunas escondidas en mis ilustraciones: de Dark Souls, Pokémon o Thunder Cat, pero están bien escondidas, casi son solo para mí.
Me lo apunto, ¡gracias por la recomendación! Y, aparte de Pepe, ¿qué más te gusta dibujar?
Me encanta dibujar espinas, pinchos, lianas… Pero depende del momento vital. Ahora me estoy centrando mucho en hablar de los trastornos ansiosos, la sensación de asfixia y las emociones encerradas y amarradas dentro de una misma, pero cuando cambie de tópico cambiaré de símbolos seguramente, quién sabe. La figura humana también es mi tema: una situación, una interacción humana o humano-animal…
¿Y lo que menos? ¿Cuál dirías que es la parte de la ilustración que te cuesta más o te da más pereza hacer?
Me cuesta un poco la parte de dibujo técnico porque, aunque resulte irónico, no tengo muy buena visión espacial. Pero a nivel de tópico me gusta dibujar todo, porque lo que me motiva a dibujar algo es la necesidad de expresar un sentimiento. Al final los escenarios, los objetos, las expresiones de los personajes, su ropa, etc. son herramientas que me ayudan a transmitir algo, así que estoy abierta a dibujar cualquier cosa que esa idea o sentimiento me demande.
A nivel procesual hay un punto concreto cuando estoy casi terminado, cuando hay que repasar cosas y no son simples detalles, que me da mucha pereza. Soy súper impaciente y, siempre que llego a ese punto en el que visualizo el resultado final pero me faltan solo unos escalones para llegar, me pongo nerviosa y pido al universo que se termine solo para poder empezar el siguiente proyecto en mente. Sin embargo, cuando pasa eso me alejo, doy un paseo, juego un poco y, al retomarlo, ya vuelvo con fuerzas.
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Como ya has dicho antes, sueles enseñar el proceso de tus ilustraciones en tus redes sociales, especialmente en TikTok, ¿qué opinas sobre tener que estar en las redes para darte a conocer y poder dedicarte a lo que te gusta? ¿Crees que es la parte mala de tu trabajo o lo agradeces porque así enseñas el esfuerzo que hay detrás?
Las redes sociales me han dado muchas alegrías, sobre todo ver que hay gente a la que realmente le gusta lo que hago e invierte en ello. Es muy bonito conectar con personas que valoran tu trabajo, para mí es muy especial. Lo que no me gusta tanto es depender de un algoritmo para ser visible y toda la parte de marketing, que es más aburrida.
La gente piensa que esto es solamente dibujar y, en realidad, pasas mucho tiempo editando en el ordenador, mirando cómo funcionan algoritmos, con esa prisa de tener que subir contenido en masa que es consumido en cinco segundos. Y eso que yo no tengo un following grande, tengo mi nichito. Pero es cierto que me he centrado más en la calidad de mis seguidores que en la cantidad. Mi crecimiento es pequeñito, pero cada vez me sigue más gente que admiro y que veía desde abajo cuando era más inexperta y jamás pensé que valorarían lo que hago. Eso me llena mucho más que tener 100k de seguidores que oye, si sucede, bienvenidos sean. Pero yo con poder vivir de esto ya soy feliz.
Hablando de vivir dibujando, eres autónoma. ¿Cómo te organizas?¿Consideras que gestionas bien tu tiempo y sabes separar la vida personal de la profesional? ¿Tienes un horario preestablecido?
Bueno, a veces me obsesiono mucho con el trabajo y me cuesta parar, salir de casa y relajarme. Al no tener un sueldo fijo, es difícil muchas veces huir de esa sensación de que descansar es sinónimo de no hacer nada. Estoy trabajando en tener unos horarios más cerrados y no pasarme el día dibujando como una máquina, ya que al final soy menos productiva si no tengo un horario estructurado con más descansos.
Mi padre me ha regalado un curso de gestión de tiempo porque me conoce bien. Pero la verdad es que siempre cumplo las fechas de entrega, para eso sí me esfuerzo mucho. Si me comprometo con un día, ese día estará a no ser que me caiga un meteorito o un rayo, cosa que cuando era más adolescente no pasaba tanto. Pero ser ilustradora es mi modo de vida y mi motivación, así que cada oportunidad laboral la vivo con muchísima ilusión y alegría.
Hemos visto que, últimamente, estás experimentando con el mundo del cómic, ¿te gustaría narrar tus propias historias? ¿Te llama la atención ese sector de la ilustración?
Sí, me estoy enamorando mucho del cómic y de la ilustración editorial. Mi pareja también es muy friki de los cómics y el arte, y me ha ayudado a encontrar referencias nuevas que desconocía, y eso me encanta. De pequeña quería ser dibujante de cómics y hacía muchas viñetas, pero fui acumulando inseguridades y llegué a pensar que no tenía mucho que decir a través de ese medio más secuencial, o con una historia más sostenida en el tiempo. Pero ahora me veo más capaz y estoy iniciando un proyecto sobre la salud mental, el trastorno de ansiedad y la necesidad de huir y esconderse de las cosas más rutinarias del día a día. Pero bueno, aún me queda. Mis próximos proyectos son este fanzine/cómic y una baraja española que hago en mis ratos libres entre encargo y encargo, con personajes más extravagantes que sota, caballo y rey.
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Algunas de tus últimas colaboraciones han sido con la revista Vice y con el festival Reteena, ¿con quién más te gustaría trabajar en un futuro? ¿Cuál sería tu colaboración soñada?
¡Ay sí! Ha sido un sueño, si mi yo de pequeña me viese ahora no se lo creería. Me hizo muchísima ilusión trabajar con las chicas de Reteena y ver mi ilustración por las calles de Barcelona. Y bueno, ilustrar el artículo de Vice me pareció una fantasía increíble. ¡Ojalá muchos proyectos así!
Mi colaboración soñada… mil cosas. Tengo muchos sueños por cumplir, me encantaría colaborar con revistas y prensa ilustrando artículos, hacer mi propia novela gráfica, colaborar con algún diseñador y ver mis ilustraciones en prendas de ropa, animar algún videoclip, ilustrar la portada de un disco, etc. Hay muchas cosas que quiero hacer, solo acabo de empezar.
Para acabar, ¿qué consejo le darías a una persona que está empezando en el mundo de la ilustración?
Que se deje llevar, que no tenga prejuicios y experimente, y que si realmente es su vocación lo pelee hasta el final y se rodee de gente que le apoye, de amigas de calidad que le hagan ir hacia arriba y no le hundan.
Hay mucha gente que te va a decir que no vas a llegar a nada, pero tienes que al menos intentarlo. Que no se desinfle al recibir un no. Los síes vienen después de muchos noes, no puedes rendirte ante el fracaso. Desde mi punto de vista he fracasado y me he decepcionado mucho para poder ver los frutos, y pienso que es un proceso que se repetirá a lo largo de la vida. Pero hay que ser un poco cabezota y no dejarte arrastrar por los pensamientos intrusivos, es una carrera de fondo.
También le diría que no compita con sus compañerxs y que intenten hacer piña y ayudarse entre ellos. Es una profesión con poca información, y cuando empiezas no tienes ni idea de qué precios son justos, de cómo deberían ser los contratos… que se meta en asociaciones de ilustración como APIM en Madrid para preguntar dudas más laborales. Algunas empresas se pueden intentar aprovechar de esa vulnerabilidad del principiante. Es mejor preguntarle a gente que ya esté más asentada y entienda cómo van las cosas que rebajarte y vender tu trabajo por dos duros.
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