Una arquitectura icónica en un entorno envidiable –que se ha visto recientemente amenazada por la propuesta de ampliación del aeropuerto del Prat– es la protagonista de la exposición a cargo de la pintora Bea Sarrias y el cineasta Morrosko Vila-San-Juan. Será a partir de este miércoles 15 y hasta el 9 de octubre cuando podremos disfrutar de esta inmersión sensorial en el espacio Lab36, en Barcelona, exposición incluida dentro de la Gallery Weekend, que se alargará hasta el próximo domingo. “Queríamos traer a la galería el aroma, el espíritu de La Ricarda, que es un espacio muy sensual que te transporta en el tiempo y excita tus sentidos” confesaba el cineasta durante la inauguración.
Sarrias descubrió la Casa Gomis hace aproximadamente 15 años, fue amor a primera vista, y es que aunque la artista centre su obra en trasladar arquitecturas emblemáticas al lienzo, nos cuenta que La Ricarda es el espacio que más veces ha retratado y, aún después de haber pintado más de cuarenta obras sobre la casa, no da por finalizada la colección, continuará homenajeándola.
Y justamente de eso trata ¡Bienvenidos a La Ricarda!, de homenaje, de celebrar un espacio ejemplar del racionalismo arquitectónico, de trasladar las grandes bóvedas, la madera de olmo, los azules y los verdes que ocupan todo el espacio a Lab36; trasladar la sensación de estar en un lugar único, de viajar al pasado y continuar sintiéndote en la más absoluta vanguardia, de escuchar todo –menos los ruidosos aviones, claro– lo que escucharían Miró, Brossa, Tàpies, John Cage o cualquiera de los icónicos artistas que pasaron por en ese oasis. Una inmersión sensorial a cargo de Morrosko Vila-San-Juan, que se ha camuflado en la finca para gravar todos aquellos pequeños detalles, ruidos, colores y acciones para crear una delicada pieza de 6 minutos que complementa las pinturas de Sarrias. Era 1957 cuando la familia Gomis contactó con Antonio Bonet Castellana (el cual se encontraba exiliado en Argentina) para crear esta obra maestra –el pasado mes de marzo fue declarada como Bien de Interés Cultural– donde el más ínfimo detalle está pensado y estudiado para que se adapte a la perfección.
A día de hoy Lab36, espacio expositivo vinculado a la Galería Senda, tiene como objetivo fomentar la creación artística de la ciudad, por lo que es inevitable que el espíritu de La Ricarda no invada esta galería. Atentos a futuras exposiciones.
Y justamente de eso trata ¡Bienvenidos a La Ricarda!, de homenaje, de celebrar un espacio ejemplar del racionalismo arquitectónico, de trasladar las grandes bóvedas, la madera de olmo, los azules y los verdes que ocupan todo el espacio a Lab36; trasladar la sensación de estar en un lugar único, de viajar al pasado y continuar sintiéndote en la más absoluta vanguardia, de escuchar todo –menos los ruidosos aviones, claro– lo que escucharían Miró, Brossa, Tàpies, John Cage o cualquiera de los icónicos artistas que pasaron por en ese oasis. Una inmersión sensorial a cargo de Morrosko Vila-San-Juan, que se ha camuflado en la finca para gravar todos aquellos pequeños detalles, ruidos, colores y acciones para crear una delicada pieza de 6 minutos que complementa las pinturas de Sarrias. Era 1957 cuando la familia Gomis contactó con Antonio Bonet Castellana (el cual se encontraba exiliado en Argentina) para crear esta obra maestra –el pasado mes de marzo fue declarada como Bien de Interés Cultural– donde el más ínfimo detalle está pensado y estudiado para que se adapte a la perfección.
A día de hoy Lab36, espacio expositivo vinculado a la Galería Senda, tiene como objetivo fomentar la creación artística de la ciudad, por lo que es inevitable que el espíritu de La Ricarda no invada esta galería. Atentos a futuras exposiciones.
¡Bienvenidos a La Ricarda! Hasta el 9 de octubre en Lab36. Trafalgar, 32. Barcelona