Gracias a Bernal, la escena independiente levantina está viviendo un revival de guitarras, sentimientos a flor de piel y la honestidad y la experiencia por bandera. Con estas vertientes como pilares fundamentales de su música, el cuarteto da luz verde a su nuevo EP, La necesidad de contarlo, que acaban de publicar y que irá acompañado de una serie de conciertos de presentación.
Bernal surge en Valencia en 2021, sirviendo Perspectiva/Tiempo como carta de presentación del proyecto. ¿Qué ha cambiado desde entonces hasta el día de hoy, con un LP y un EP en plataformas digitales, habiendo establecido ya una comunidad y un público distintivo? 
En la forma de plantear el estudio o el arte del proyecto no ha cambiado nada, seguimos trabajando con las mismas personas a día de hoy y estamos bien contentos. Algo diferencial entre las canciones del LP y el EP quizá sea su manera de componerse. El LP nos pilló en pandemia, componiendo en casa y después con limitaciones, sin embargo, las canciones del EP las hemos podido moldear en el local juntos antes de darlas por cerradas. 
Desde los inicios de la banda, Bernal siempre ha llevado la experiencia por bandera: el amor, la distancia, el cuidarse y el cuidar. Cuando se trata de plasmar estos sentimientos que nacen del corazón, ¿tienen vuestras canciones espacio para algo de ficción también?  
Cuando hemos intentado inventar historias o escribir de alguna forma más rocambolesca no nos hemos encontrado cómodos. Quizá algún día nos dé por justo lo contrario, pero de momento seguimos componiendo sobre nosotros y lo que nos rodea, que es lo que más creemos conocer. 
Una de las muchas cosas buenas de las que podéis presumir es de haberos hecho un hueco enorme en una escena independiente, con artistas y bandas en desarrollo que, lejos del dinero y de llenar grandes recintos, se preocupan más por conectar con su público y establecer vínculos emocionales a través de las letras. ¿Cómo veis el crecimiento de esta escena en España, y qué grupos os han acompañado (tanto a nivel musical como personal) a lo largo de todo vuestro camino hasta formar parte de esta?  
Creemos que tenemos mucha suerte de tener un hueco en una escena tan bonita, con un nivel musical importante y con un nivel de apoyo entre bandas alto. Desde la salida del LP nos hemos visto arropados por bandas como Garbí, Featherweight, Nogato, Laid, Biela, Comic Sans… Y parece una escena que está poniéndose en forma, solo hay que ir a un concierto de cualquier grupo para corroborarlo. 
Además de rodearos de muy buena gente que trabaja en la música, desde vuestros inicios Bernal ha seguido una estética visual muy marcada a cargo de d’Matinada Estudi. ¿Cómo habría sido Bernal sin entender su proyecto como algo más que canciones y qué papel juega el trabajo de d’Matinada en todo vuestro storytelling? 
Desde los inicios teníamos claro que queríamos cuidar todo lo estético que rodease a nuestras canciones, y ahí es donde entra el papel fundamental de d’Matinada. Solemos tener una reunión previa donde nosotros les trasladamos lo que para nosotros es el EP o el concepto que sigue, y luego tienen total libertad para darle las vueltas necesarias y mostrarnos qué han ideado.
Siempre hemos dicho y diremos que tienen un alto porcentaje de culpa de que nuestras canciones se escuchen y se compartan porque vivimos en un momento en el que lo visual tiene mucho peso, y d’Matinada consigue que al que ya le pueda gustar la canción, le pueda gustar más o atraer de forma distinta, y también consiguen captar al oyente que no pararía escuchar el tema por leer Bernal pero le gusta la estética, entra, escucha y quizá se quede. 
Presentáis vuestro EP La necesidad de contarlo, donde hacéis referencia a la gente que os ha acompañado durante un año y medio en el que habéis estado trabajando en él: las cintas de Jaime, la risa de María (Abril, 2022), piezas fundamentales que además forman parte del estudio creativo con el que trabajáis. Pero también transmitís esa sensación de estar bien rodeado (abrazos y amistad contra la resaca en Entre naranjos) y hasta ponéis en el centro de vuestro discurso cosas cotidianas como mirar Instagram por la mañana mientras bebes un café en Ciudad. ¿Hasta qué punto lo corriente y ordinario, simple a primera vista, os permite crear letras casi metafóricas a la vez que entendibles a la primera escucha? 
Como bien dices, lo corriente, ordinario y simple a primera vista es lo que más nos inspira a la hora de componer. Contamos lo que nos sucede y lo que sucede a quienes nos rodean sin buscar un vocabulario complejo, utilizando prácticamente las mismas palabras que podemos utilizar en nuestro día a día.
Es también la forma que tenemos de reconocernos en nuestras canciones aunque no hablen directamente de nosotros y hablen de un amigx o una planta. Cuando hemos intentado buscar un lenguaje más elaborado no nos hemos sentido cómodos y se nos nota en el local, por lo que acabamos rehaciendo la letra o descartando la canción. 
Basta con una primera escucha para que resuenen en los oyentes pinceladas de Viva Belgrado, La Dispute, Radiohead, The XX o algún punteo muy específico de midwest emo. ¿Qué bandas os permiten a vosotros seguir creyendo en la música de guitarras, cargada de sentimientos, que apela más al público que a los números y a las reproducciones? 
Quitando las bandas de la escena emergente que hemos comentado anteriormente, seguimos de cerca a otras por las que en parte nació Bernal como Viva Belgrado, Cala Vento, This Will Destroy You, The World is a Beautiful Place, Toe o Modelo de Respuesta Polar. Esta última ya inactiva, pero a la cual seguimos teniendo bastante presente. 
Loco Club, Moby Dick, El Sol o La Jersusalem son algunos de los recintos que os han visto pisar sus escenarios. ¿Con qué expectativas os enfrentáis a los nuevos conciertos que están por venir? 
Mucha intensidad. Estamos preparando un nuevo setlist para los directos de presentación del EP con el que queremos que quien venga a vernos se marche agotadx pero con ganas de más, y que quien venga sin conocernos se marche a casa queriendo aprenderse las canciones para que la próxima vez se pueda dejar la voz.