Parece que fue ayer cuando Olaya, Juan, Lucas, Stephen y Mario se unían para crear Axolotes Mexicanos. Pero no, de eso han pasado ya algo más de diez años. En todo este tiempo han dado bolos por toda España y parte del extranjero, han publicado singles, EPs, discos y se han convertido en un referente imprescindible de la escena musical española. Ahora vuelven con 4ever, su cuarto álbum de estudio (el de su casa, porque nada les da más libertad y les gusta más que grabarse y producirse a sí mismxs), el más maduro hasta la fecha y en el que, como siempre, apuestan por combinar sonidos dispares que, en su identidad libre de categorías o etiquetas, quedan genial. Desde la bossa nova de Al atardecer hasta el J-pop de Plaza del sol, pasando por un rock más oscuro en Rosas y espinas, este álbum es una mescolanza musical que da gusto. Tras el lanzamiento y una gira por México, hablamos con Olaya sobre nostalgia, precariedad, la cultura nipona y sus próximos pasos como banda.
Hola, chicxs, es un placer hablar con vosotrxs. A principios de mes publicabais nuevo álbum, y al poco ya lo estabais presentando en Madrid y luego en varias ciudades de México. ¡Menudo trajín! ¿Ya estáis más relajadxs? ¿Contentxs con la acogida hasta el momento?
Estamos muy contentos. Tanto los conciertos de Madrid como toda la gira por México han tenido muy buena acogida, además, es alucinante ver cómo gente de otros países se interesa por tus canciones y son fans, es una locura.
Vuestro cuarto álbum se llama 4ever. ¡Viva MSN Messenger! El retorno al Y2K lleva años presente en la cultura, ¿sentís que la nostalgia ha jugado un papel importante en el proceso creativo?
Creo que sí. En muchas de las letras de Axolotes están presentes el recuerdo y la nostalgia, el replantearse ciertas situaciones y la incertidumbre de no saber qué camino tomar o no saber si has elegido el camino correcto en tu vida. Somos un poco melancólicos (risas).
Por cierto, pienso que a ‘4ever’ solo le puede preceder ‘BFFs’. Muy de Fotolog actualizando el perfil de tu amiga del alma en 2º de la ESO. Pero me gustaría saber, ¿qué os gustaría a vosotrxs que fuera para siempre?
Pues ya llevamos unos cuantos años con el grupo y nuestra música se asocia mucho a lo juvenil. Nos encantaría poder hacer este tipo de música siempre, pero igual tiene fecha de caducidad. Nos gustaría que, aunque el grupo no fuese para siempre, sí lo fuesen las sensaciones de todas las cosas que hemos sentido y hemos ido logrando mientras teníamos nuestra banda.
Punk, hyperpop, bossa nova, jazz electrónico, influencias kawaii… El álbum es un batiburrillo de géneros y estilos y, sin embargo, hay algo inherentemente característico de Axolotes Mexicanos. ¿Cómo ha sido trabajar el sonido de 4ever en conjunto?
Todos los componentes de Axolotes escuchamos muchos estilos diferentes de música y, aunque parezcan muy distintos, todos están muy presentes en lo que se conoce como J-pop (pop japonés). Trabajar este sonido para el disco ha sido relativamente fácil, ya que Juan, nuestro batería, es el que se encarga de grabarnos y componer las canciones. Axolotes es un grupo en el que no nos gusta encasillarnos en hacer solo un tipo de canciones y todo tiene cabida, y el hecho de poder grabarnos y producirnos a nosotros mismos nos ayuda mucho a la hora de conseguir un sonido propio.
Me ha tocado mucho Cuidar a nadie. Creo que todxs hemos pasado por un momento así: “Me he quedado sin trabajo / Vuelvo a estar en lo más bajo / Porque me quedo parada / Mientras todo el mundo avanza”. Y luego, la demoledora frase que inicia el estribillo: “Cómo voy a cuidar a nadie si solo echo de menos ser feliz”. Wow. ¿Resolvéis problemas personales a través de la música?
Sí, nuestras letras son muy personales, y tanto Stephen como yo usamos experiencias propias o de amigos a la hora de componer los temas. A mí personalmente me ayuda mucho escribir una canción cuando me encuentro mal o algo me preocupa para ordenar mis pensamientos.
En realidad, la canción habla de la precariedad que vivimos los jóvenes y que llevamos años arrastrando. Todxs vosotrxs compagináis varios proyectos artísticos (Confeti de Odio, Carolina Durante, Stephen Please…) además de trabajos más fijos y ‘estables’ (si se pueden llamar así). La ansiedad constante o la falta de perspectivas de futuro son males comunes en nuestra generación. ¿Cómo lo vivís vosotrxs?
Pues lo vivimos bastante mal, creo que esa es una razón por la que la mayoría de nuestras canciones son un poco tristes aunque la música sea más alegre. Aunque intentamos tener un mensaje positivo, el panorama para nosotros es un poco desalentador, pero es bonito tener canciones que hablen de ello y que le muestren a la gente que no está sola y que la situación es así para muchos más jóvenes y que no es su culpa.
“Nos gustaría que, aunque el grupo no fuese para siempre, sí lo fuesen las sensaciones de todas las cosas que hemos sentido y hemos ido logrando mientras teníamos nuestra banda.”
De trece canciones en total, solo hay una colaboración: Rosas y espinas, con Aiko el Grupo. ¿Cómo surgió el tema, y por qué ellas son las únicas afortunadas de participar en el proyecto?
Nos cuesta mucho hacer colaboraciones a no ser que surjan de manera orgánica, y a veces pensamos que se hacen por interés en vez de por hacer música en sí. Con Aiko fue muy fácil porque son nuestras amigas y nos encanta todo lo que hacen. En el futuro vamos a intentar sacar canciones con más gente porque es bonito esto de colaborar y le hemos cogido el gusto.
En una entrevista reciente afirmáis que 4ever es vuestro mejor disco hasta la fecha. La experiencia es algo a tener en cuenta. ¿Qué otros factores hacen que sea el mejor?
Pues no sé si será el mejor, eso lo ha dicho Lucas, pero sí que es verdad que en cada disco crecemos a nivel de sonido y de producción, quizás por la propia experiencia del grupo. Creo que el sonido de canciones como Amarre o Rosas y espinas, o por ejemplo, las guitarras y los arreglos de Al atardecer, notan una evolución en la banda que difícilmente se podría ver en nuestros primeros discos.
A pesar de apellidaros mexicanos, siento que hay más influencia de la cultura nipona que otra cosa: desde las covers hasta vuestros estilismos, pasando por títulos de canciones como Himawari u Oshare Kei. ¿Qué es lo que más os gusta de Japón y su cultura, y de qué manera influye la identidad del grupo?
Stephen y yo nos conocimos en el instituto hablando de grupos japoneses, y mi hermano Juan siempre fue muy fan de la música japonesa también, así que ha influenciado al grupo desde sus inicios. Obviamente también nos gustan el anime, el manga y la moda japonesa, pero principalmente es una influencia musical. Nos encantan las bandas de allí de todos los estilos, ya sean de Visualkei, de J-pop o J-rock, bandas de idols, tadas… Esas cosas las intentamos mezclar con la música occidental que nos gusta, tanto la española como el punk-pop estadounidense, y ahora incluso un poco el emo.
La audiencia japonesa es conocida por ser muy respetuosa y bailar muy coordinadamente con brazaletes y otros complementos luminiscentes. ¿Cómo os imagináis un concierto allí?
Nos encantaría tocar allí. Sé que Elefant Records tenía pensado hacer una pequeña tirada de discos allí, pero no sé si tendríamos muchos fans. De todas maneras, sería increíble poder llegar a tocar en Japón.
Con la broma, lleváis diez años en activo como banda. Echando la vista atrás, ¿cómo valoráis el camino andado? ¿Y cómo os imagináis el que queda por recorrer?
Intentamos no pensar en eso y seguir adelante, ojalá nuestra música cada vez llegue a más gente y podamos seguir tocando juntos y siendo amigos, que es lo mas importante para nosotros.