Con el objetivo de cambiar percepciones y de abrir un debate sobre la concepción de nuestro propio cuerpo, nace Anna Bonny. Un proyecto que consiste en soluciones no invasivas para mujeres que han sufrido una mastectomía. Presentando los Mastectomy Patches, hablamos con su creadora, Noelia, acerca de la aventura en la que se ha embarcado. Un proyecto nacido a raíz de su propia experiencia, que revoluciona el concepto de feminidad y demuestra que lo sexy no tiene que ir acompañado de un concepto de simetría sino de salud y autoestima.
Anna Bonny va más allá de ofrecer un producto. Su intencionalidad es ofrecer una alternativa a las mujeres que han sufrido una mastectomía, para que se cuestionen la mejor manera de gestionar su enfermedad y tomen sus propias decisiones con el fin de recuperar su cuerpo. Con todo ello, intenta dar voz a una discusión que reclama nuestra atención sobre la forma de enfocar la enfermedad que tiene la medicina occidental y lo que representa realmente la belleza de la mujer. Un proyecto de máxima calidad, responsable y sostenible creado en Barcelona. Y no hay mejor ocasión para hablar de él, ya que este es el mes internacional del cáncer de mama.
Un día, contemplándote en el espejo para cambiar la concepción sobre tu propio cuerpo, decidiste romper con lo establecido y darle una nueva forma a uno de tus sujetadores, transformando la adversidad en un motivo de autoconfianza. Esa acción ha podido cambiar la percepción que miles de mujeres tenían de sí mismas. ¿En qué momento pensaste en compartir tu idea con el resto del mundo?
Con solo un pecho, las situaciones en que tu cuerpo está desnudo, frente a otros o frente a ti, no son cómodas. Y me resistía a pensar que andaría siempre tapada y que en realidad los dos pechos desaparecen. Busqué y busqué en el mercado la prenda que tenía en la cabeza y sorprendentemente no existía, así que me puse a hacerla yo.
Cuando aparecí ante mi pareja con mi primer parche, quien pensó en compartirlo no fui yo sino él, que me dijo inmediatamente que tenía que hacer muchos para las miles de mujeres que podrían disfrutar de ese pequeño milagro de volver a estar desnuda sin jugar al escondite.
Cuando aparecí ante mi pareja con mi primer parche, quien pensó en compartirlo no fui yo sino él, que me dijo inmediatamente que tenía que hacer muchos para las miles de mujeres que podrían disfrutar de ese pequeño milagro de volver a estar desnuda sin jugar al escondite.
Cuéntanos un poco sobre Anna Bonny. ¿Por qué escogiste ese nombre?
Anna Bonny fue una pirata irlandesa legendaria. Cuentan que era una mujer valiente, aventurera, bisexual y bellísima que vivió la vida en sus propios términos. No llevaba parche, pero el parche ha sido asimismo símbolo de grandes rebeldes, seductores, un poco malos a veces pero con estilo. Mi Mastectomy Patch parte del mismo principio que el uso de un parche cuando perdemos un ojo, y me pareció que toda la analogía tenía sentido.
Tus creaciones han sido pensadas para la comodidad de las mujeres que las llevan. También se utilizan materiales de primera calidad en su confección para no irritar ni dañar ninguna herida o cicatriz, con el añadido que están realizadas a mano en Barcelona. ¿Puedes contarnos cómo es el proceso de elaboración?
Tenía la idea en la cabeza y tenía claras dos cosas: la prenda tenía que ser de máxima calidad –el haute couture de los parches– y responsable en cuanto a la sostenibilidad de todo el proyecto. El diseño fue fácil, tengo los amigos más talentosos del mundo. La ejecución no tanto: las petites mains que teníamos cerca han ido desapareciendo y hay pocos talleres que trabajan hoy con la calidad de antes. Pero lo hemos conseguido, y hoy elaboran todas las prendas manos artesanas en Barcelona.
Podemos encontrar varios modelos de parches: los modelos básicos, llamados Original, los de autor, adaptaciones de diseñadores y conocidos y el Monokini, una versión del traje de baño. ¿Qué modelo de parche es tu favorito?
¡Los uso todos! Del Original me gusta que responde a la idea original de “parche” –de ahí su nombre–, los Magnolia me gustan para momentos de intimidad, son más completos, y me chifla la idea de que aparezcan los brillantes Swarovski de Jessica al desabrochar una blusa o que asomen por un buen escote. El Monokini salió pensando en las mujeres que solían hacer topless.
En general creo que cada mujer le dará un uso u otro en función del contexto. Al final, todas estamos desnudas en algún momento, tengamos el cuerpo y la edad que tengamos.
En general creo que cada mujer le dará un uso u otro en función del contexto. Al final, todas estamos desnudas en algún momento, tengamos el cuerpo y la edad que tengamos.
Pero no solo presentas tus creaciones, que son fantásticas, sino que también ofreces un tutorial gratuito para aquellas mujeres que se atrevan a crear su propio parche.
Desde el principio había algo mucho más fuerte que el objeto o la venta en sí, y era compartir que la feminidad no se pierde, que la fuerza es sexy y que una buena actitud enamora. La prenda en sí no era lo más importante, lo que era importante para mí es que existiera, y que existiera por supuesto para todas.
“Desde el principio había algo mucho más fuerte que el objeto o la venta en sí, y era compartir que la feminidad no se pierde, que la fuerza es sexy y que una buena actitud enamora.”
En la tienda de Anna Bonny, además, se pueden adquirir unas reinterpretaciones de dos clásicos del arte como la Venus de Milo o la de Botticelli, como redefinición de los conceptos de belleza a los que estamos habituados. ¿Este concepto se podría aplicar a cualquier esquema actual para hacer entender a las mujeres que la salud prevalece ante la belleza impuesta por un canon ya obsoleto?
Las Venus aparecieron en la primera presentación que prepararon Alba y Santi de Bendita Gloria. Según sus propias palabras, ambas reinterpretaciones de las Venus no pretenden tachar al canon de obsoleto, ninguna de las dos referencias originales podría caducar –la belleza clásica está libre de este juicio–, pero sí reclaman ampliarlo. Otra belleza, un consenso sobre la perfección de otras formas, también es posible. Para nosotros fue tan impactante, no solo la imagen sino la idea, que quisimos incorporarlas a la tienda.
Parece que sigue existiendo un estigma social sobre las mastectomías. ¿Crees que es la sociedad la que impide a las mujeres que han sufrido una mastectomía hacer las paces con su propio cuerpo?
Creo que lo que hay es demasiado silencio, y en consecuencia desconocimiento. Lo poco que escuchamos además tras la cirugía, habla de simular, esconder, de que no se note. No creo que nadie quiera impedirnos hacer las paces, como dices, pero sí creo que vivimos con muchas capas que nos impide pensar de forma diferente, o que lo hace menos fácil.
Your body is a battleground, como dijo Barbara Kruger, cita que te ha inspirado mucho. Desde que somos pequeños estamos expuestos a que nos sucedan mil cosas, desde un brazo roto por una caída en bici a una simple marca de acné. Por esa razón, ¿por qué motivo crees que estamos tan empeñados en ocultar nuestras marcas de guerra?
Yo tengo la impresión de que ese empeño es sobre todo publicitario, diría que son minoría las personas que ocultan sus marcas de guerra. Lo que no podemos negar es que el cuerpo es clave para la construcción de nuestra identidad y que gustarse es importante. Sin embargo, hacerlo en función de un patrón de belleza ya marcado carece de sentido.
Con Your body is a battleground Barbara Kruger empoderó a muchas mujeres y contribuyó a ganar conciencia sobre la importancia que tiene decidir y gestionar tu cuerpo y sus intervenciones. Perder un pecho además va más allá de las cicatrices, es una mutilación y hay detrás una enfermedad que asusta.
Con Your body is a battleground Barbara Kruger empoderó a muchas mujeres y contribuyó a ganar conciencia sobre la importancia que tiene decidir y gestionar tu cuerpo y sus intervenciones. Perder un pecho además va más allá de las cicatrices, es una mutilación y hay detrás una enfermedad que asusta.
Parece que se da por hecho que, al superar el cáncer de pecho, las mujeres deben operarse para la reconstrucción del seno, pero aproximadamente el 58% de mujeres deciden no hacerlo. ¿Cómo fue tu experiencia?
La presión por la reconstrucción la sientes en casi todo momento, no se explica además muy bien y lo que pocos saben es que es un camino largo, difícil, y que no siempre acaba con los resultados esperados. Pensé en razones para hacerlo y no encontré ni una, no sentí perdida mi feminidad ni mi atractivo. Yo solo quería recuperarme cuanto antes y dejar atrás la enfermedad. Más aún, ¡viéndome tan bonita con mi Anna Bonny!
Al compartir la historia de la marca también compartes tu propia experiencia, vais unidas de la mano. Además, difundes varios artículos en los que se desvela la realidad de las mastectomías. ¿Cuál es el resultado que te gustaría ver?
¡Que se cumpliera lo que pronosticas en tu primera pregunta! Que miles de mujeres cambien la percepción que tienen de sí mismas, que se hagan preguntas, que gestionen su enfermedad y que tomen sus propias decisiones. Que recuperen su cuerpo ¡y que se pasen de nuevo 20 minutos posando desnudas en el espejo como hice yo el día que me puse la primera muestra!
Por último, ¿cómo imaginas el futuro de Anna Bonny?
Anna Bonny tiene condición de pirata, no piensa mucho en el futuro, seguirá supongo en busca de aventuras. Pero ojalá un día desaparezca porque ya no tenga razón de ser, ¡esa sería la mejor noticia!