Alfonso Losa y Patricia Guerrero son dos de los grandes exponentes del flamenco contemporáneo, pero su arte va más allá de lo que los ojos pueden ver. En su obra Alter ego, han fusionado sus trayectorias, estilos y visiones, creando algo que no solo se define por el flamenco, sino por una exploración profunda de la conexión humana a través del baile, fusionando dos voces para dar vida a una tercera, completamente nueva y única.
Presentada el próximo 6 de marzo en el Flamenco Festival en Nueva York, esta pieza se sumerge en los límites del cuerpo, en los silencios entre cada movimiento, buscando lo que está más allá de la forma, lo que está más allá de la mirada del espectador. En esta conversación, hablamos de cómo el baile se convierte en un acto de desnudez emocional, de una profunda conexión entre dos individuos que no solo buscan comunicarse, sino también liberarse, cuestionar y reconstruir su propia identidad a través del arte.
Alfonso y Patricia, para quien no os conozca, ¿podéis ofrecernos una pequeña presentación?
Alfonso: Soy Alfonso Losa, bailaor y coreógrafo madrileño. Llevo desde los catorce o quince años desarrollándome dentro del flamenco, estando en las compañías más relevantes de la época anterior como Manuela Carrasco, El Güito o Manolete. He tenido el placer de estar también con Enrique Morente, un artista emblemático, con las guitarras de Tomatito y Niño José, entre otros. Después he hecho una carrera en solitario con mi compañía, en la que llevo prácticamente doce espectáculos, de los cuales me gustaría destacar los últimos, que han tenido una acogida en el sector algo distinto a los anteriores.
Flamenco espacio creativo, que fue mi anterior espectáculo, fue algo muy especial que se situó en los festivales más importantes del sector. Ahora estamos con Alter ego, con Patricia Guerrero. Ayer estuvimos en Jerez precisamente recogiendo todos los premios que nos dieron el año pasado en el festival. Es una obra que nació de una necesidad de compartir entre Patricia y yo. Ahora tenemos que ir al New York City Center, también a Miami, hemos estado en el Teatro Español… Está siendo un sueño.
Flamenco espacio creativo, que fue mi anterior espectáculo, fue algo muy especial que se situó en los festivales más importantes del sector. Ahora estamos con Alter ego, con Patricia Guerrero. Ayer estuvimos en Jerez precisamente recogiendo todos los premios que nos dieron el año pasado en el festival. Es una obra que nació de una necesidad de compartir entre Patricia y yo. Ahora tenemos que ir al New York City Center, también a Miami, hemos estado en el Teatro Español… Está siendo un sueño.
Patricia: Yo soy bailaora, coreógrafa y directora actual del Ballet Flamenco Andalucía. Llevo muchos años trabajando en el flamenco, desde que era muy pequeña, porque mi madre era maestra de baile. Desde hace unos años, alrededor del 2014, comencé a hacer espectáculos un poquito más comprometidos con una compañía, que ya no eran solo recitales, sino que abarcaban más elementos, bailarines a los que yo coreografiaba.
Llevo varios años con mi compañía privada, hasta hace poco, que me presenté a la convocatoria del Ballet Flamenco Andalucía, donde llevo un año en la dirección. Justo me pilló que habíamos estrenado prácticamente Alter ego, que ha sido un proyecto maravilloso. He tenido la suerte de poder encajar estas fechas con Alfonso, tenemos muchas ganas.
Llevo varios años con mi compañía privada, hasta hace poco, que me presenté a la convocatoria del Ballet Flamenco Andalucía, donde llevo un año en la dirección. Justo me pilló que habíamos estrenado prácticamente Alter ego, que ha sido un proyecto maravilloso. He tenido la suerte de poder encajar estas fechas con Alfonso, tenemos muchas ganas.
Alfonso, ¿de qué manera surge Alter ego?
Alfonso: Nació de una sensación, de una química en escena muy potente, de algo muy natural. En seguida nos dimos cuenta de que nos teníamos que meter en el estudio no solo nosotros, sino los compañeros que nos veían bailar. Luego, en los estudios, también coincidíamos porque las coreografías fluían de una manera muy natural y muy deprisa. Teníamos que montar algo.
Especialmente en el estudio, éramos capaces de delegar los criterios artísticos y conceptuales de la otra persona y desarrollarnos a partir de ahí, que yo creo ha sido la clave de este espectáculo. Porque no eres tú, ni es ella, ni somos los dos bailando; soy yo bailando con el concepto o con el criterio de ella. Y esto yo creo que lo hace muy especial.
Especialmente en el estudio, éramos capaces de delegar los criterios artísticos y conceptuales de la otra persona y desarrollarnos a partir de ahí, que yo creo ha sido la clave de este espectáculo. Porque no eres tú, ni es ella, ni somos los dos bailando; soy yo bailando con el concepto o con el criterio de ella. Y esto yo creo que lo hace muy especial.
Este proyecto, además, se describe como un “juego entre dos individuos que investigan sus propios límites a través del baile”. Patricia, ¿de qué tratan esos límites?
Los límites son todos los que uno mismo se pone personalmente. Cuando te encuentras o te enfrentas a la pareja, como en este caso, tus miedos son aún mayores. Cuando estás solo, muchas veces puedes esconderlo, pero cuando estás en pareja es difícil porque una mirada tiene que ser real. Y algo que sucedió maravilloso entre Alfonso y yo es que esa realidad ya existía, no había que provocarla.
Hay una conexión muy fuerte entre su baile y el mío, entre su persona y la mía, y eso se refleja en el espectáculo. Es muy bonito porque hemos roto esos límites, hemos intentado romperlos y lo hemos conseguido porque se consigue el confort en la pareja, el encontrarnos el uno al otro. En Alter ego lo que sucede es que él tiene su personalidad y yo, la mía, y creamos una tercera personalidad en la escena.
Hay una conexión muy fuerte entre su baile y el mío, entre su persona y la mía, y eso se refleja en el espectáculo. Es muy bonito porque hemos roto esos límites, hemos intentado romperlos y lo hemos conseguido porque se consigue el confort en la pareja, el encontrarnos el uno al otro. En Alter ego lo que sucede es que él tiene su personalidad y yo, la mía, y creamos una tercera personalidad en la escena.
“Hay una conexión muy fuerte entre su baile y el mío, entre su persona y la mía, y eso se refleja en el espectáculo.” Patricia Guerrero
En la obra también se habla de “los otros yos más sinceros, lejanos, comprometidos, desinhibidos y expuestos”. ¿Cómo se manifiestan estos ‘otros yos’ en vuestra danza?
Alfonso: Se manifiestan buscándolos bajo el confort del criterio del otro. Es mucho más sencillo sacar cosas que a lo mejor te dan miedo sacar o incluso cosas que no quieres ni que salgan. Lo que hicimos como idea original, y es una parte muy importante del espectáculo, la parte troncal que está en medio, es el encuentro entre los dos totalmente en silencio.
Lo que hacemos es buscar esos límites mediante el reflejo de la improvisación de la otra persona. Es decir, yo le voy preguntando a Patricia conceptos como ‘al borde de lo propio’ o ‘eres libre’, que son anhelos míos, y en su respuesta, en su improvisación sobre el concepto, es donde yo sigo buscando mi propio anhelo. Se trata de eso, de ir preguntando conceptos que tú quieres sacar de ti mismo y la otra persona te conduce hacia esa liberación, hacia esos límites.
Lo que hacemos es buscar esos límites mediante el reflejo de la improvisación de la otra persona. Es decir, yo le voy preguntando a Patricia conceptos como ‘al borde de lo propio’ o ‘eres libre’, que son anhelos míos, y en su respuesta, en su improvisación sobre el concepto, es donde yo sigo buscando mi propio anhelo. Se trata de eso, de ir preguntando conceptos que tú quieres sacar de ti mismo y la otra persona te conduce hacia esa liberación, hacia esos límites.
Patricia: Cuando ves Alter ego te das cuenta de que eso sucede realmente. Quien nos haya visto en nuestros anteriores trabajos se da cuenta que está presente Alfonso y también Patricia, pero de una forma diferente. Los dos nos complementamos de tal manera que ocurre algo muy único, esa tercera personalidad. No la hemos creado ni yo sola ni él solo, existe cuando estamos los dos.
¿Qué parte de vosotros mismos sentís que estáis revelando al público a través de esta obra?
Alfonso: Hay una parte que es la libertad de movimiento, la delicadeza, la sensibilidad. Este espectáculo no tiene género pero sí esa femineidad de ella. No por buscarla, sino por compartirla y hacer algo personal que esté implícito entre las dos personas. También hay una parte muy importante que es el concepto coreográfico global, la forma de equilibrar el discurso coreográfico. Esa es una de las cosas que Patricia me ha aportado y de la que estoy disfrutando mucho, no solamente en este espectáculo, sino en los que vienen.
Patricia: Es muy visceral también, intentamos sacar la improvisación desde la máxima libertad, desde el no saber. Hicimos un listado de eso que tú hablas, del límite al borde de lo propio. Nos decimos palabras clave en escena e improvisamos sobre ellas. Hay cosas muy bonitas que salen en los bolos que no vuelven a salir porque suceden ahí.
En ese riesgo, en esa falsa libertad (porque no es libertad, sino que estamos realmente atados a esa palabra), encontramos algo que es nuevo para nosotros y que quizás nos da una sensación diferente en cada lugar donde vamos. En ese lugar de improvisación es donde yo me expongo también, donde podemos investigar. Me gusta muchísimo y me siento muy cómoda con él.
En ese riesgo, en esa falsa libertad (porque no es libertad, sino que estamos realmente atados a esa palabra), encontramos algo que es nuevo para nosotros y que quizás nos da una sensación diferente en cada lugar donde vamos. En ese lugar de improvisación es donde yo me expongo también, donde podemos investigar. Me gusta muchísimo y me siento muy cómoda con él.
El próximo 6 de marzo presentaréis Alter ego en el Flamenco Festival en Nueva York, un encuentro muy especial en el legendario New York City Center. ¿Qué significa presentar este proyecto en un escenario de tanta historia y prestigio, especialmente en el contexto de un festival tan relevante?
Alfonso: Es un sueño, es uno de los teatros más importantes de danza en el mundo. Como bailarín desde chiquitito, que llevamos luchando en esta profesión y que siempre tenemos la ambición como motor artístico, hay veces que llega el momento. Vamos con muchísima ilusión, con el espectáculo muy hecho, muy rodado, prácticamente está en la piel de cada intérprete. Creo que es el mejor escenario para que esa noche sea muy especial.
Patricia: Es un sueño hecho realidad. Yo llevo muchísimos años yendo al festival. Me acuerdo que hace trece o catorce años fui con el Ballet Flamenco de Andalucía precisamente, hicimos la gira del Flamenco Festival y la verdad es que ha sido maravilloso. Luego he ido con otros programas de otro tipo de compañías, pero claro, nunca había ido con mi propio proyecto al New York City Center, que aparte, Manhattan es una de mis ciudades preferidas. Se aúnan muchísimas cosas. Encima voy con un proyecto que me apasiona. Creo que Alter ego va a volver loco a los neoyorquinos. Me ilusiona muchísimo poder presentarlo allí.

¿Qué recibimiento esperáis del público neoyorquino?
Alfonso: Yo creo que va a ser un recibimiento con las manos abiertas porque es un público que sabe, tiene conocimiento de danza. Este es un espectáculo no solamente de flamenco, sino que tiene muchísima danza, muchos registros (folklore, danza española, flamenco), y, sobre todo, lo que tiene es mucho corazón, mucha verdad y mucho minimalismo. Somos cinco personas, cinco seres humanos desnudos en escena, cada uno alimentándonos de lo más profundo de nuestro ser, y eso creo que siempre llega directo al público.
Patricia: Cada vez que he ido la gente es tan pasional, tan expresiva, que, imagínate, cualquier remate de flamenco allí es un grito. Y me acuerdo de las matinettes que a veces se hacen, que creo que nosotros también las hacemos para los niños, son emocionantes. Los niños expresan como les sale, no tienen miramiento. De repente había tres mil niños chillando, es fuerte. La verdad es que me apetece mucho y creo que van a ser noches preciosas.
Y en España, ¿creéis que durante los últimos años el flamenco se ha abierto más camino y hay un mayor recibimiento?
Alfonso: Creo que en los últimos años está creciendo lo que es la visión hacia el flamenco y la repercusión de los trabajos que se están haciendo; las compañías flamencas, me refiero. Pero también es porque esos trabajos son muy buenos, estamos en el buen camino. Siempre nos gustaría tener más presencia, sobre todo porque lo importante es que si no te ven, si al público no le llegan estos espectáculos tan buenos y tan elaborados, tampoco pueden adquirir un conocimiento para un futuro.
Patricia: Falta muchísimo. Hay una pérdida ahí, una falta de consumo de la danza, y, evidentemente, afecta al flamenco. Lo que pasa es que el flamenco tiene otros hábitats, como los tablaos, que le permiten desarrollarse. Pero a nivel de danza a los españoles les falta, en general también al teatro, pero la danza es la gran olvidada.
Yo siempre digo que el mejor plan del mundo es llevar a alguien a ver danza, incluso a consumir nuestro arte, que es en los tablaos, que van artistas maravillosos de primera línea. Como si te vas al garito más potente de Nueva York a ver jazz, pues exactamente lo mismo. Siempre intento dar esa visión desde la juventud que ahora mismo tengo para que la gente vea que no es algo antiguo ni está en otra época, todo lo contrario. En general, a nivel de danza hay una falta de consumo que, para mi punto de vista, también es una falta de programación. No lo programan, no lo consumen y esto va así.
Yo siempre digo que el mejor plan del mundo es llevar a alguien a ver danza, incluso a consumir nuestro arte, que es en los tablaos, que van artistas maravillosos de primera línea. Como si te vas al garito más potente de Nueva York a ver jazz, pues exactamente lo mismo. Siempre intento dar esa visión desde la juventud que ahora mismo tengo para que la gente vea que no es algo antiguo ni está en otra época, todo lo contrario. En general, a nivel de danza hay una falta de consumo que, para mi punto de vista, también es una falta de programación. No lo programan, no lo consumen y esto va así.
“Hay una parte que es la libertad de movimiento, la delicadeza, la sensibilidad. Este espectáculo no tiene género pero sí esa femineidad de ella. No por buscarla, sino por compartirla.” Alfonso Losa
Patricia, como directora del Ballet Flamenco de Andalucía, y Alfonso, como exponente de la escuela madrileña de danza flamenca, ¿de qué manera se enriquecen vuestras diferentes formaciones y estilos a la hora de crear esta obra juntos?
Alfonso: Lo que hemos aportado uno al otro son todas las capacidades y conocimientos que tenemos. Llevamos una carrera muy larga con muchos espectáculos detrás, y sobre todo lo que te comenté antes, la capacidad de desarrollarnos en el criterio de la otra persona. No es que ella me haya aportado su forma de coreografía, sino que yo me he desarrollado dentro de esa forma. Eso yo creo que es lo más importante como mensaje a la danza en general. Tener tu carrera es complicado, es un camino largo que te hace ser una persona hermética en tus criterios, pero tener la capacidad de delegar en el artista que está a tu lado es un mundo nuevo. Tú vas a ser el mismo y sigues con todo lo que tienes, y sin embargo, te permite esa apertura.
En el caso de Patricia, ella venía de espectáculos muy coreográficos (me refiero al formato), y yo creo que le hemos podido aportar, no solo yo sino el grupo, ese minimalismo, ese flamenco más directo, más suelto, más libre porque no tiene tanto contenido coreográfico. En esa libertad, esa frescura y esa forma de empatizar en el momento con los que están se ha visto una Patricia no nueva, sino muy fresca. A mí ella me ha aportado esa sutileza coreográfica, esa forma de equilibrar en escena, de equilibrar el espectáculo.
En el caso de Patricia, ella venía de espectáculos muy coreográficos (me refiero al formato), y yo creo que le hemos podido aportar, no solo yo sino el grupo, ese minimalismo, ese flamenco más directo, más suelto, más libre porque no tiene tanto contenido coreográfico. En esa libertad, esa frescura y esa forma de empatizar en el momento con los que están se ha visto una Patricia no nueva, sino muy fresca. A mí ella me ha aportado esa sutileza coreográfica, esa forma de equilibrar en escena, de equilibrar el espectáculo.
Patricia: Para mí Alfonso es un referente del baile y era un maestro para mí (lo sigue siendo). Evidentemente tengo ese respeto hacia él desde el inicio y lo sigo teniendo sin ningún tipo de cambio, pero es cierto que el encuentro artístico entre él y yo nos ha transformado y hemos encontrado ese alter ego.
No siempre se encuentra en el arte a la persona con la que realmente conectas desde un lugar de verdad, desde un lugar en el que no nos importa quién nos esté mirando, sino el momento, él y yo y el disfrute del momento. En el Ballet Flamenco de Andalucía precisamente llamé a Alfonso porque creo que es uno de los grandes ponentes y le daría una calidad y un valor al baile maravilloso, y así ha sido. Alfonso es uno de los grandes artistas actuales del flamenco y de la danza, no se merece menos que un teatro como este de importante.
No siempre se encuentra en el arte a la persona con la que realmente conectas desde un lugar de verdad, desde un lugar en el que no nos importa quién nos esté mirando, sino el momento, él y yo y el disfrute del momento. En el Ballet Flamenco de Andalucía precisamente llamé a Alfonso porque creo que es uno de los grandes ponentes y le daría una calidad y un valor al baile maravilloso, y así ha sido. Alfonso es uno de los grandes artistas actuales del flamenco y de la danza, no se merece menos que un teatro como este de importante.
Y a nivel individual, ¿quiénes han sido vuestras mayores influencias en el mundo del baile?
Alfonso: Es que han sido unos y ahora son otros, y espero que en un futuro sean otros distintos. Lo importante es estar abierto, con la cabeza y con el corazón siempre a la expectativa de que algo te mejore a ti como artista y que te llegue como ser humano. En esa línea ha habido artistas antiguos que han marcado mi vida y mi trayectoria, como los grandes que ya te he mencionado. Pero siempre, y siempre lo digo, los compañeros que están contigo: Daniel, mis amigos que son bailaores también, con los que vas al teatro, compartes experiencias, reflexiones… Ellos son los que realmente te ayudan a crecer y marcan tu personalidad.
De ahí te puedo hablar de José Maya, que es un grandísimo bailaor y muy amigo mío, de Nino de los Reyes, o de muchos más. Cuando se habla de los maestros y de las referencias siempre se va a lo histórico y a lo emblemático, pero creo que lo cotidiano, lo que está alrededor tuyo y se comparte y se aprende, es con nosotros mismos, nuestros compañeros.
De ahí te puedo hablar de José Maya, que es un grandísimo bailaor y muy amigo mío, de Nino de los Reyes, o de muchos más. Cuando se habla de los maestros y de las referencias siempre se va a lo histórico y a lo emblemático, pero creo que lo cotidiano, lo que está alrededor tuyo y se comparte y se aprende, es con nosotros mismos, nuestros compañeros.
Patricia: Para mí todos los maestros con los que me he cruzado, y aunque me hayan dado clase o no, han sido mis maestros. Tengo la suerte de ser capaz de aprender de lo que tengo alrededor y de la gente que me inspira. Puedo destacar a Mario Maya, que sí me marcó muchísimo de pequeña, estuve en su compañía. Y a Rubén Olmo, actual director del Baile Nacional, con el que también trabajé muchísimo. A la gran bailaora Belén Maya.
No solo referentes de baile, para mí en guitarra y cante han sido referentes Maire Martín, Marina Heredia, que está en este festival también. El flamenco está lleno de referentes y, en este caso, como bailaora, es verdad que tiras más al baile, pero para mí mis maestros han sido todos.
No solo referentes de baile, para mí en guitarra y cante han sido referentes Maire Martín, Marina Heredia, que está en este festival también. El flamenco está lleno de referentes y, en este caso, como bailaora, es verdad que tiras más al baile, pero para mí mis maestros han sido todos.

Alter ego, además, se ha alzado con los premios del Público y de la Crítica en el Festival de Jerez. ¿Qué supuso este reconocimiento para vosotros?
Alfonso: En el Festival de Jerez están los treinta espectáculos más importantes del año dentro del sector. Llevarte todos los premios, aún estando entre los mejores espectáculos y propuestas increíbles de compañeros nuestros, imagínate, es como un sueño. También tuvo una acogida en la edición del año pasado que fue… vamos, ahí se ha quedado para la historia. ¡El Teatro Villa Marta se caía! La sensación después en la calle de los compañeros era como que estaban todos en la nube, fue algo único. Es una noche muy especial, un espectáculo muy bonito, distinto a lo que había antes. Eso también es importante porque ahí se crean un tipo de reacciones. No es fácil sorprender a la gente cuando ve algo nuevo de dos personajes que llevan veinte años de carrera.
Patricia: Una maravilla. La verdad es que todas las cosas que nos vengan con Alter ego las recibimos desde la máxima alegría, porque cuando conectas tanto con un proyecto es natural que sucedan esas cosas. Si no nos lo danm no pasa nada, pero yo creo que está bien dado. Con Alter ego puede pasar cualquier cosa porque la gente conecta con el espectáculo, se emociona. Cada vez que hemos salido, a la gente le ha tocado, le ha llegado algo de nosotros.
El proyecto también cuenta con la participación de los cantaores Sandra Carrasco e Ismael ‘El Bola’, y el guitarrista José Manuel Martínez ‘El Peli’. ¿De qué manera la música influye en el ritmo y la energía de la coreografía?
Alfonso: La música es prácticamente el espectáculo también. Todo empezó con el creador musical, Fran Vinuesa. Es un guitarrista que tiene una forma de empatizar con la coreografía, con el concepto y con el propio bailaor… se mete directamente en el corazón del proyecto. No impone su música, sino que la crea directamente para la obra. En ese caso, Sandra Carrasco e Ismael El Bola han tenido un proceso creativo, también gracias a In Progress. Estuvimos juntos en un emplazamiento precioso en Torrox y tuvimos el tiempo de ir creando de una manera muy natural.
Creo que llegar a buscar la belleza dentro del flamenco es una clave también musical que hay en este espectáculo y coreográfica. La delicadeza, la dulzura, la belleza de esos momentos de cante, esos momentos de guitarra y esos momentos de danza.
Creo que llegar a buscar la belleza dentro del flamenco es una clave también musical que hay en este espectáculo y coreográfica. La delicadeza, la dulzura, la belleza de esos momentos de cante, esos momentos de guitarra y esos momentos de danza.
Patricia: Es muy curioso porque, a su vez, Sandra y El Bola hacen un poco de paralelismo con nosotros y son también su alter ego. La música, en este caso, aunque venga El Peli a Estados Unidos, es de Fran Vinuesa. Cómo se creó desde el conjunto, desde el encuentro de todos, se nota. El espectáculo tiene las características que tiene porque se creó desde nuestras personalidades, entonces es muy fuerte ver la obra porque te das cuenta de ese encuentro y de ese centro en el que todos nos sentimos cómodos. Es muy potente verlos con nosotros y a nosotros con ellos.
Para mí, Sandra es una de las grandes artistas ya consagradas de este arte, y El Bola, pues imagínate, un cantaor que pese a su juventud ha trabajado con los más grandes. Tiene un conocimiento a su espalda grandísimo y ya es una figura del cante, pero lo será muchísimo más.
Para mí, Sandra es una de las grandes artistas ya consagradas de este arte, y El Bola, pues imagínate, un cantaor que pese a su juventud ha trabajado con los más grandes. Tiene un conocimiento a su espalda grandísimo y ya es una figura del cante, pero lo será muchísimo más.
Por último, lleváis un año girando con este proyecto. En líneas generales, ¿qué aprendizaje os lleváis de Alter ego y qué proyectos se os presentan próximamente?
Alfonso: El aprendizaje, sobre todo, es que la línea a seguir es la apertura y tener la mente abierta. Seguir por esta línea del concepto coreográfico global, de la delicadeza, de saber equilibrar, sobre todo de buscar muchos registros dentro del baile, del cante, de la guitarra. Y seguir buscando la belleza, la delicadeza, lo sutil, que creo que es algo muy importante, no solamente en el flamenco, sino en lo social también. Buscar ese matiz delicado y sencillo es complicado muchas veces.
Patricia: El compañerismo, el amor y la profesionalidad a este trabajo. El respeto a este trabajo, que es lo más importante, sin duda.


