La oscuridad es un lugar extraño. Una amenaza y un refugio a la vez. O ocasiones, ambos. Ahí, entre sombras, uno puede desvanecerse o encontrarse, perderse un instante o volverse más nítido. Alejandro García Contreras trabaja en ese umbral, en esa penumbra donde lo incierto se confunde antes de volverse esencial. Su último proyecto parte de una frase de Jennie en Zen: “In the dark I grow”, y explora la oscuridad como impulso, como posibilidad. Con su destreza en la cerámica contemporánea, esculpe formas que proyectan luz en Malasaña.
En el marco de la edición 2025 de ARCO Madrid, Alejandro García Contreras presenta Con la oscuridad germino, un proyecto en colaboración con Cerámica Suro, uno de los talleres de cerámica más prestigiosos de México. La muestra se instala en La Esquina de LENOM, un espacio en Malasaña que apuesta por preservar la esencia del barrio mientras acoge propuestas artísticas del continente americano en diálogo con el público español.
La obra del mexicano es un cruce de mundos que nunca terminan de separarse. Se rozan, se confunden, se entrelazan en la cerámica, en la gráfica, en la pintura, en todo lo que sus manos tocan. Ahí están lo divino, lo erótico y lo sagrado, mirándose sin pudor, cambiando de forma. Su imaginario es un mapa desordenado donde las artesanías chiapanecas, las historietas pop, el folclore y la mitología se buscan y se encuentran sin pedir permiso. Y en medio de todo, el espectador camina sin saber si avanza o si retrocede, tropezando con nuevos significados, con ídolos que parecen antiguos, pero acaban de nacer.
Este enredo de mundos se materializa en Con la oscuridad germino, donde tres piezas expanden lo imaginario en materia. En el mural homónimo, ojos, serpientes, raíces y cuerpos se entrelazan en la oscuridad, fragmentados en mosaicos de cerámica esmaltada, como si la materia se fundiera con la memoria. Espejo Negro VI se abre como un umbral místico, donde el reflejo se disuelve en la negrura y el espectador se enfrenta a la sombra de su propio inconsciente. Mientras tanto, en Mecanismos y evidencias de la coevolución genital III, serpientes esmaltadas emergen de su territorio, desdibujando el género y la sexualidad, avanzando sin amarras hacia una nueva forma de libertad. Juntas, estas piezas conforman un espacio que da lugar a nuevas formas de ser y de estar.
“Esta exhibición nos permite explorar los usos de la cerámica en el arte contemporáneo mexicano, generando a su vez un vínculo con el pasado y las primeras tecnologías que desarrolló el ser humano: el uso de la arcilla y el vidrio. Preservando así, en objetos cotidianos, los mitos, tradiciones e historias de civilizaciones antiguas, parte fundamental de la memoria colectiva de la humanidad”, explica el artista.
Su obra es testigo de ese linaje, pero también lo subvierte. Porque todo empieza en la oscuridad; las semillas, los sueños, los cuerpos que se buscan sin verse. La cerámica, como la memoria, guarda y transforma, conserva y traiciona. Y la oscuridad no es solo una forma de arte, sino también una manera de seguir existiendo.




Hasta el 16 de marzo en LaEsquina de Lenom, calle Pez, 16, Madrid