“Gracias a Alcarràs he descubierto un mundo que no pensaba que me gustaría tanto”, nos dice Albert (con dos nominaciones como Mejor actor revelación), imaginamos que alucinando aún por todo lo bueno que le está pasando desde que se estrenara este segundo largo de la aclamada directora Carla Simón, que ya se hizo el año pasado con el Oso de Oro en Berlín a la Mejor película, acaba de ganar cinco galardones en los premios Gaudí celebrados el pasado domingo (Mejor película, Mejor dirección, Mejor guión original, Mejor dirección de producción, Premio especial del público, ahí es nada), y tiene once nominaciones a los Goya.
Mejor imposible para un chaval que hasta ahora no había pisado un plató de cine y que se dedica al campo igual que Roger, el personaje que encarna en la película. Tanto es así que la crítica ya habla de él como futura promesa de la actuación, y es uno de los actores que forman parte del acuerdo entre la Academia de Cinema Català y La Roca Village para promover el joven talento.
Antes de empezar me gustaría darte la enhorabuena por tu trabajo en Alcarràs, que lo ha petado y lo está petando. ¿Cómo sientes todas las críticas que está recibiendo la película?
Pues me siento muy satisfecho, la verdad, por las buenas críticas y todo el trabajo hecho en equipo.
Alcarràs es tu primer trabajo en la gran pantalla, y no solo has estado nominado como Mejor Actor Revelación en los premios Gaudí, también lo estás en los Goya. ¿Qué significa todo esto para ti? ¿Pasar a rodar un proyecto tan grande por primera vez y formar parte de las listas de nominados?
Demuestra que los actores pueden salir de la nada y hacer un trabajo espléndido. Estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho porque hemos conseguido ser de las películas más nominadas en premios tan importantes como estos.
En Alcarràs interpretas a Roger, el hijo mayor de una familia bastante grande. Por edad, te acercas a él, pero, ¿y por el modo de vida? ¿Qué supuso interpretar a Roger? ¿Hizo falta mucho trabajo o conectaste rápido con él y su manera de ser?
Creo que el personaje de Roger sí que se parece un poco a mí, interpretarlo fue un privilegio enorme ya que conecté muy rápido con él y su forma de ser por el parecido que tenemos.
Las películas de Carla Simón destacan por su guion. Tiene un trabajo extenso, son principalmente diálogos y reflexiones. ¿Cómo es ese modo de trabajo? ¿Hay margen para la interpretación? ¿Hay algún momento en el que el personaje está por encima del actor?
Sí, tienes margen para la interpretación y es una forma de trabajo que destaca mucho por su manera de hacer el guión. Y sí, hay momentos. Por ejemplo, la experiencia de crear el vínculo como familia, nos ayudó mucho para aprender lo que es una familia que no es de sangre.
Aunque es una narración puede parecer incluso documental en un inicio, existe esa tensión de que en cualquier momento la familia Solé puede perder todo lo que tiene. Eso afecta desde al cabeza de familia hasta a los que no forman parte del núcleo tan directo. ¿Cómo es la transformación de Roger desde el momento en el que empieza la problemática hasta que termina?
Creo que la transformación de Roger va de un chaval responsable que ayuda en casa a darse cuenta del mal rollo que hay y a desahogarse en la fiesta y con el cultivo de marihuana.
Hay cierto momento en la película que Roger piensa y luego hace algo que afecta directamente a la familia; sí, me refiero a una de esas escenas hacia el final en el que ve algo que no le gusta. Pero, ¿por qué? ¿Cuál es la motivación que hay detrás? Al final eso también le afecta a él.
Al final la motivación que hay detrás de todo esto que cuentas en las últimas escenas es putear, y la razón es los sentimientos que tiene hacia su padre, ya que Roger siempre ha intentado ayudarle y él no lo ha sabido valorar.
El relato que vemos en Alcarràs al final es un relato real, es una problemática que actualmente afecta a muchísimas familias agrícolas. Después de haber estado trabajando en la película, supongo que tu concepción al respecto habrá cambiado, o tal vez habrás aprendido algo sobre ello. ¿Albert Bosch ha aprendido algo de Roger y su situación?
La verdad es que he aprendido un poco, porque siempre se aprende algo al hacer cosas nuevas, pero tengo que decir que yo también he vivido esa situación en mi pueblo y alrededores.
Tu visión después de haber formado parte de la historia de los Solé debe ser diferente a la mía como mera espectadora, aun así, consigue conmoverme con la última escena –reconozco que sentí cierta presión en el pecho. ¿Qué sentiste tú entonces? ¿Qué sentiste cuando viste la película? Todo esto teniendo en cuenta que sabes mejor que nadie qué sentía esa familia.
Yo en la escena final sentí una fuerte presión en el pecho porque en mi casa también cultivamos fruta, y no solo por esto, sino por ver el desprecio que hay hacia la agricultura y la ramadería.
Antes de acabar me gustaría desearte mucha suerte, no solo por los premios que están a la vuelta de la esquina, sino que también por el trabajo futuro. ¿Hay algo más después de Alcarràs?
De momento no tenemos nada pero estamos trabajando en ello, porque gracias a Alcarràs he descubierto un mundo que no pensaba que me gustaría tanto.
¿Qué tal la experiencia con La Roca Village en estos Gaudí? Te han vestido ellos y has podido contar con un personal shopper, verdad?
Sí, y la experiencia ha sido espectacular, han sabido captar muy bien mi estilo.
¿Qué te parece que estén apoyando el talento emergente dentro del cine?
Me parece perfecto lo que está haciendo La Roca Village por confiar en talentos emergentes. Hay mucho arte y mucho talento oculto por ahí.