Atrás quedaron aquellos tiempos en los que, para descubrir buenos locales en los que contentar nuestro lado más sibarita, debíamos buscar y probar casi a ciegas, equivocándonos tantas veces. Hoy, ya hay profesionales con un criterio acorde a las tendencias y preferencias actuales que hace ese trabajo por nosotros, dejándonos pasar directamente a la parte más sencilla y agradable: la de disfrutar comiendo. Hablamos con el grupo de profesionales –y foodies– que hay detrás de la segunda guía con los mejores locales del panorama gastronómico barcelonés: la 24 Hour Foodie People. Si, como tantos de nosotros, consideras que comer –bien y bonito– es uno de los mayores placeres de la vida, sigue leyendo: necesitarás hacerte con ella.
24 Hour Foodie People es el nombre de la segunda guía que presentáis dentro del proyecto de Barcelona Foodie Guide. Contadnos un poco en qué destaca esta respecto de la primera edición.
Tras el éxito de la primera guía, donde agotamos 2000 ejemplares en dos meses, decidimos sacar otra nueva, con el mismo criterio de selección –sitios independientes y proyectos auténticos–, pero organizada de otra manera: la idea era ordenar todos los hotspots según el momento del día. Es decir, facilitar la consulta de la guía distribuyendo los 53 lugares seleccionados según su especialidad: café, almuerzo, merienda, afterwork o cena. De ahí su título, 24 hour foodie people.
¿Cómo describiríais a la gente foodie? ¿Cómo es el tipo de persona que lleva vuestra guía bajo el brazo?
El foodie es aquella persona que adora comer bien, que recorre de norte a sur la ciudad solo para tomar un specialty coffee y que no se conforma con un plato cualquiera: busca propuestas de calidad y elaboradas con cariño, que tengan, además, un precio equilibrado. Además, el foodie es todo un esteta, esto quiere decir que, además de lo anterior, también acostumbra a hacer acrobacias para sacar una buena foto de su plato, característica más que obvia de esta tribu. Quizás hoy asociamos el término foodie a la gente joven y modernilla, pero su palabra surgió en los años 80: para nosotros, los foodies originales son, sin duda, nuestros abuelos.
Vuestro equipo cuenta con Stefania y Andreu, de In&Out Barcelona, con Sergi Barnet y Laura Hernandez de Olocomesolodejas y con Marta Garreta, responsable de Lamaga Comunica. ¿Cómo surge esta unión? ¿Qué tipo de roles desempeñáis cada uno de vosotros?
En octubre de 2014, Marta, la ideóloga del proyecto, seleccionó nuestros blogs con el objetivo de que cada uno de nosotros escogiera los mejores sitios para comer en la ciudad. Con filosofías muy parecidas en cada uno de nuestros blogs y de forma común, seleccionamos los bares o restaurantes que, para nosotros, cumplían los requisitos de excelencia que andábamos buscando. También fuimos y somos responsables de todo el contenido, tanto de los textos como de la fotografía. Por su parte, Lamaga Comunica son los responsables de la maquetación, la edición y la comercialización.
Explicadnos un poco cuál es el proceso para seleccionar los locales que aparecen en vuestra guía. ¿Qué requisitos habéis exigido a los seleccionados en esta segunda edición?
La selección de los establecimientos de la guía la hemos hecho en función de nuestros propios gustos en cuanto a la propuesta gastronómica, al espíritu del propio local y las personas que lo regentan. No solo valoramos la comida que ofrecen, sino la voluntad de aportar un producto de calidad y hecho con cariño. Nos gusta apoyar nuevos proyectos que llevan a cabo emprendedores jóvenes y que se caracterizan por su pasión y por su savoir faire a la hora de trabajar. La decoración del establecimiento juega muy a favor también, ya que un local que consiga transmitirnos algo –ya sea por los colores de las paredes, los muebles o el buen gusto a la hora de conjugar todos los elementos– más allá de la comida, hará que nos sintamos a gusto y disfrutemos de la experiencia con todos los sentidos.
Para algo tan personal y subjetivo como es el mundo del sabor, quizás sea difícil dejar de lado los gustos personales de cada uno para tener en cuenta los del público, tan amplio y exigente, al que servís de referencia. ¿Cómo os aseguráis de que vuestro criterio a la hora de escogerlos es óptimo?
Tras la publicación de la anterior guía y el feedback que obtuvimos de nuestros seguidores, vimos que nuestros gustos personales conectaban con lo que el público buscaba. Nos alejamos de grandes cadenas o grupos para ofrecer propuestas únicas y especiales, que pueden ser desconocidas hasta ahora para nuestros lectores. Como decíamos anteriormente, la selección de establecimientos es personal y, como tal, puede que no guste a todo el mundo. También es importante recordar que los chefs son personas, y eso también juega un papel importante: puede que la experiencia de cada comensal sea distinta.
¿Qué es lo que realmente os hace disfrutar de un plato? Describidnos alguno que hayáis probado y que se os haya quedado en la memoria.
Stefania: Yo me quedo con la empanadilla japonesa Shoronpo: son de cerdo, y se deshacen suavemente en la boca. Podéis probarlas en Fan Shoronpo.
Laura: Yo escojo el donut de Pumpkin Pie de La Donutería. Me sorprendió encontrar el peculiar sabor de la tarta de calabaza dentro de un donut.
Andreu: Desde que tomo speciality coffee de Onna Coffee y otras cafeterías especializadas, he abandonado el azúcar, porque no lo necesita.
Serge: Para mí, el cucurucho de Fish&Chips. Me flipa.
Marta: Yo soy adicta a dos cosas: al café –últimamente, Animal Coffee Bar es mi centro de peregrinaje– y a los sandwich de roastbeef de OhBo, donde se une la excelencia de la materia prima orgánica con el sabor.
Laura: Yo escojo el donut de Pumpkin Pie de La Donutería. Me sorprendió encontrar el peculiar sabor de la tarta de calabaza dentro de un donut.
Andreu: Desde que tomo speciality coffee de Onna Coffee y otras cafeterías especializadas, he abandonado el azúcar, porque no lo necesita.
Serge: Para mí, el cucurucho de Fish&Chips. Me flipa.
Marta: Yo soy adicta a dos cosas: al café –últimamente, Animal Coffee Bar es mi centro de peregrinaje– y a los sandwich de roastbeef de OhBo, donde se une la excelencia de la materia prima orgánica con el sabor.
Podría decirse que, igual que ocurre en el mundo de la moda, en el panorama gastronómico también hay tendencias. ¿Cómo definiríais el panorama foodie actual de la ciudad condal? ¿Qué es lo que más se lleva en este ámbito ahora mismo?
Barcelona está viviendo un fuerte auge gastronómico gracias a mercados de streetfood, a los nuevos restaurantes y a los eventos pop up. La aparición de chefs jóvenes con ganas de comerse el mundo y ofrecer propuestas nuevas ayudan también a posicionar la ciudad como un referente dentro del mundo gastronómico.
Así como en la primera edición de la guía la gran novedad fueron los foodtrucks y el brunch, en este volumen lo son los coffee corners, que sirven specialty coffee. Año tras año, vemos cómo surgen nuevas tendencias y también cómo mueren otras que parecían consolidadas. Sin duda, en 2015, y probablemente también en 2016, el café es el rey: ha dejado de ser un simple complemento que acompaña a la sobremesa para convertirse en protagonista dentro del mundo foodie.
Así como en la primera edición de la guía la gran novedad fueron los foodtrucks y el brunch, en este volumen lo son los coffee corners, que sirven specialty coffee. Año tras año, vemos cómo surgen nuevas tendencias y también cómo mueren otras que parecían consolidadas. Sin duda, en 2015, y probablemente también en 2016, el café es el rey: ha dejado de ser un simple complemento que acompaña a la sobremesa para convertirse en protagonista dentro del mundo foodie.
Desde hace tiempo, y cada vez más, la comida es tratada, en cierto modo, como una obra de arte. Sobre todo desde el boom de Instagram, que nos convirtió un poco a todos en fotógrafos gastronómicos, como decíais. ¿Creéis que, a veces, al tener tan en cuenta el aspecto final del plato, se puede llegar a dejar de lado el sabor?
Evidentemente, en el universo foodie hay gente para todos los gustos: los que publican la foto de un plato bonito y lo aconsejan pero no lo prueban porque están a dieta, los que le sacan una foto tan de cerca que consiguen anular la belleza del plato o los que, tal vez, buscan una mise en place cuidada, unida a la calidad del plato. Cada uno es libre de seguir su camino y de darle al unfollow a todo lo que no le gusta. De todas maneras, nos gusta creer que los chefs no se dejan influenciar demasiado por lo que se publica en las redes sociales y priman, ante todo, la calidad y el buen sabor de un plato. Si, además, este es fotogénico, ¡ya se ha ganado nuestro amor incondicional!
Siendo unos expertos en los locales barceloneses donde mejor se disfruta de la comida, ¿soléis comer alguna vez en casa, o no podéis parar de probar sitios nuevos?
Por motivos profesionales, y por puro placer, somos asiduos a comer fuera. No obstante, las reuniones más prolíficas han sido en casa, con Marta o Stefania a los fogones. Nos encanta comer en casa, especialmente en familia, dejando a nuestros padres el placer de mimarnos con sus platos.
¿Hacia dónde creéis que avanzará en sector gastronómico de la ciudad en un futuro? ¿Pensáis que habrá algún cambio relevante, alguna nueva tendencia que esté emergiendo con fuerza?
El primer cambio que estamos viviendo es el modelo colaborativo, gracias al cual el know-how de individuos distintos se pone a disposición para conseguir un objetivo común. Por ejemplo, esta guía nació así: una agencia de comunicación, Lamaga Comunica, quiso reunir dos blogs, que, en lugar de verse como competidores, se han unido para compartir ideas y fuerzas. En cuanto a posibles cambios en la escena gastro de la ciudad, creemos que son inevitables. El ser humano busca descubrir nuevas cosas, disfrutar y, en cuanto algo le aburre, cambiar, así que no existe mejor forma de mejorar y crecer que a través del cambio. De esta manera surgirán nuevas tendencias y modas, nuevas formas de hacer las cosas y, por tanto, la propia evolución del mundo foodie de Barcelona.