Sin duda, la dualidad es protagonista tanto del single como del videoclip. Y es que Mitch Ryan ha sabido reflejar visualmente todo lo que la cantante quiere transmitir. Vemos cómo Rosalía se pasea por un campo vestida de blanco, representando la pureza e inocencia. Pero luego aparece montada en un toro mecánico, agarrando con fuerza las riendas o tumbada sensualmente encima de un colchón, en medio de una plaza de toros. ¿Cómo es capaz de cantar con tal delicadeza y dulzura sobre el sexo y montar a su pareja? De ahí el título de la canción, que encaja con ese choque de juntar dibujos de anime con contenido sexual y pornográfico.
Parece que escucharla por completo ha sorprendido y, generalmente, ha gustado mucho más de lo esperado. Eso sí, la controversia sigue. Para empezar, no han faltado las risas al ver que la artista ha contado con la ayuda de nueve personas para escribir Hentai, entre ellas su hermana Pili o Pharrell Williams. Y la cosa no acaba aquí. A raíz de una de las frases de la catalana, ha llovido una oleada de críticas. “Siempre me pone por delante de esas putas”, canta Rosalía, y los titulares y las redes parecen haberse quedado con esos dos segundos de canción. La pregunta es: ¿lo hubiesen señalado tanto si lo cantara un hombre? ¿Y a caso no es lo que Rosalía buscaba, dar de que hablar?