Y es así gracias a las vibrantes producciones de Eurosanto, que transforman esta canción en un himno entre el hyperppop, el hardcore y el glitchcore. Sin censura ni tapujos, con una honestidad envidiable, ahora toca esperar que esa persona dé el paso, la llame, desconecte la pantalla y la desvirtualice de una vez por todas.