Hay quienes siguen creyendo que el porno es inofensivo. Solo hace falta que abramos un poco los ojos para darnos cuenta de todo lo que esconde. Tras el mediático caso de violación en España comúnmente llamado La Manada, las palabras “La Manada”, “manada”, “San Fermín” y “violación” fueron las más buscadas en la versión española de Porntube. Es repugnante y vergonzoso, pero sobre todo es una realidad. De ahí que Ángelo Néstore –artista queer no binaria– escribiera el poema Porntube (que forma parte de su libro Hágase mi voluntad, publicado en 2020), en el que reflexiona acerca del consumo de pornografía y la educación en el deseo heteronormativo que aprende de las violencias que se reflejan en ella. Ahora presenta Incognito, su segundo single y videoclip que nace de ese poema.
La pieza sigue con la labor activista de la artista, dando protagonismo a la cultura Ballroom, pero esta vez con un tono mucho más desolador que en su debut Poeta Cíborg Pecador. En una misma propuesta, Néstore consigue juntar la poesía, la música, el baile, la teoría académica y la reivindicación demostrando que la poesía no solo existe para ser leída, sino que también se puede llevar a la pantalla.

Y más allá del mensaje, la dirección de arte de Sara Torres y Velascovel, y la dirección de Ariana Oña tienen como resultado este videoclip tan hermoso como pulido. La coreógrafa y bailarina Jayce (de la Gorgeous House of Gucci) junto a otrxs performers de la escena Ballroom de Barcelona – Alba Bailón aka Arcade 007, Yandra de la Mano aka Yahandra 007, Deborah Hankings-Evans aka Nolani_007 y Tolú Laveaux– ponen en evidencia el potencial de la danza y el baile en cuanto a la educación corporal y la exploración hacia puntos de fuga que permitan liberarnos de la heterosexualidad obligatoria, el binarismo de género y las prácticas machistas.

El proyecto ha sido posible gracias al reconocimiento y apoyo económico del proyecto VIDAS (Vicerrectorado de Igualdad, Diversidad y la Acción Social, de la Universidad de Málaga), que busca promover la conversación entre los jóvenes y proporcionarles una mirada inclusiva y queer respecto a las formas de deseo y las relaciones sexuales. “Como sujetos deseantes, las generaciones que exploran otras identidades y deseos no normativas cargan aún con el estrato de una educación sexual misógina que se construye a través de imágenes de cuerpos activos junto a cuerpos pasivos, dominadores y dominados”, concluye Ángelo Néstore.
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