¿Por qué no hablamos de la muerte? Puede que por falta de valentía o por comodidad, pero lo que sí tenemos claro es que cada uno se la toma diferente. Amanda Lago nos presenta hoy su nuevo corto, Mrs. Poucheau, una historia sobre la pérdida de un ser querido y cómo la protagonista la afronta de una manera un tanto peculiar. Hoy hablamos con la directora para que nos cuente un poco más sobre su nuevo corto, otros proyectos, la naturaleza y su función terapéutica, y qué le espera en un futuro.
Si alguien no te conoce, ¿podrías presentarte?
Hace algún tiempo quizá te podría haber dicho, “Hola, soy patatín o patatán"; ahora no tengo ni idea, la verdad. Vengo de una familia un poco desestructurada, peculiar. “Tu familia es de traca” dicen mis amigos –les resulta gracioso el ambiente. De niña a mi también me gustaba, me sentía diferente. “Vaya familia aburrida la vuestra”. Desde luego ahora ya no me hace tanta gracia. Cosas que sé, que ya están demasiado adheridas a mí: el caos, la contradicción, desgraciadamente el pasotismo (llamémosle pereza) y una cierta sensibilidad hacia lo bonito que a la vez puede ser muy, muy feo. Hace poco he descubierto que soy el eneatipo número cuatro, y aunque suene ridículo, me preocupa bastante.
¿Cuándo decidiste coger una cámara y empezar a grabar?
De pequeña pasaba mucho tiempo sola. No tengo hermanos, aunque sí dos hermanastros más recientes a los cuales apenas veo –de uno solamente conozco su voz–, con lo cual de niña tenía mucha vida interior. Me montaba mis películas en la cabeza, hablaba sola, me contestaba mientras me miraba al espejo y cosas así. Yo quería interpretar, ser muchas personas a la vez, pasármelo bien y que me dejasen a mi aire. El gusto por la cámara llegó mucho después. Hoy en día sigo interpretando pero de otra manera. Para mí, dirigir es actuar pero con muchas más posibilidades.
Has hecho muchos tipos diferentes de proyectos, desde cortos personales a anuncios y fashion films. Pero, ¿cuál es el que más te atrae y por el que más te dejas la piel?
Intento dar lo mejor de mí en todos y llevarlos a mi terreno, aunque soy muy mala con la retórica y la persuasión. Algunos surgieron de rebote y, de repente, te das cuenta que tienen más posibilidades de lo que pensabas, como los vídeos musicales. Puedes hacer realmente lo que te dé la gana, y es peligroso porque tienes tanta libertad que a veces puedes tardar o perderte demasiado en pensamientos o fantasías y no cerrar ideas.
Uno de los temas que más tocas es la muerte, pero tengo la sensación que no es algo a lo que tengamos que tener miedo. ¿Es este el caso de Mrs. Poucheau? ¿Qué importancia tiene este tema durante el corto? ¿Por qué nunca se desvela lo que ha perdido?
Nuestro destino es morir pero estamos tan absortos con el día a día que nos olvidamos de ese vínculo. Tampoco suele apetecer ahondar en ese tema por miedo, supongo. Luego está el tema religioso, a algunos de momento les funciona y con eso están tranquilos. A mí la muerte siempre me ha aterrado, creo que por un sentimiento de falta de seguridad. No es que me haya faltado techo ni comida jamás, pero nunca sabía qué iba a pasar, y esa inseguridad de ‘y mañana qué’ me ha creado un gran lazo con eso. Intento acercarme a ella con ternura, paz y algo de misticismo, siendo consciente que no tengo ni idea y estoy completamente perdida. En parte sí se desvela, pero hay que estar atento a los mínimos detalles. En ciertos momentos de la pieza hay miradas, movimientos, gestos que quizá no tendrías con un hijo o una hermana (¡Ah! ¡Ya me has pillado!). Pero sí, me gusta que no todo esté súper claro y que el que lo vea no lo haga de manera completamente pasiva. Quiero que lo sienta y se pregunte cosas, que entre y se moje. En este caso es ‘amable’, pero podría no serlo.
En el corto, la muerte se trata como algo que es bello, como algo que tenemos que aceptar y que, en vez de traernos dolor, nos puede incluso alegrar. ¿Cuándo vemos que la protagonista acepta la muerte de esta persona? ¿Por qué demuestra momentos de flaqueza y después se hace más fuerte?
El vínculo con la persona que se ha ido es tan fuerte que por momentos vive pensando que todavía está. Durante toda la primera parte no está sola, pero también es abierto lo que pienses de ella. ¿Está recordando? ¿Ha perdido el juicio? ¿Realmente lo sabe pero le es más fácil imaginar que no ha pasado? Yo creo que ella en el fondo es consciente y vive en un eterno retorno. Empieza a recordar, a sentir. Sus sentimientos y recuerdos son tan nítidos que cada vez van a más pero, en un momento, abre los ojos y se pega la hostia emocional. Ahí empieza a caer y sigue cayendo. El sinsentido de la vida la abrasa y corre, corre hasta que se queda sin aliento, y una vez calmada, vuelve a ver su imagen (podría oler una prenda o escuchar un sonido, es lo mismo) y de nuevo vuelve con la misma cantinela. Es doloroso, pero no quiere salir de ese mundo que ha creado. Esa es su decisión, su sacrificio.
Mrs. Poucheau también está representada metafóricamente como una muñeca de porcelana: perfecta, parada en el tiempo, siempre sonriente. ¿Por qué relacionar el pasado idílico con un presente triste? ¿Qué otros motivos tenías para incorporar esta muñeca al film?
La muñeca forma parte de su pasado juntos pero también vive en el presente. No sonríe, más bien mira nostálgica. Es la conexión de esos dos mundos, de los dos tiempos. Es la que lo ve todo pero no puede hacer nada. Es la que más los conoce y la única que la entiende. La muñeca es mía, y en realidad se llama Eustaquia. Hace unos años la llevaba en mi coche, muy creepy para algunos, sobre todo para mi ex. La tenía que ver día y noche y acabó dándole la vuelta poniéndola boca abajo. Un día tuvimos un accidente en la autopista bastante serio, el coche se fue a la mierda, pero ella sobrevivió, solo perdió el brazo. Es una superviviente.
Ya hemos comentado que nunca se desvela qué ha perdido la protagonista; podría ser un hijo, un amante, una hermana, una madre. ¿Está pensado para que las personas que tienen esta necesidad de pasar página y aceptar la muerte de un ser querido se vean reflejadas en todos los casos? ¿Qué importancia tiene la empatía del espectador en este cortometraje?
Sí, eso es, creo que apela a la empatía con el espectador. Que conecte con quien tenga que hacerlo. Y quizá no tenga que pensar en nadie que conozca, puede fantasear con alguien desconocido o puede que sea simplemente el anhelo de algo tan puro. Ahora que lo pienso, quizá sea mi propio anhelo.
¿Qué importancia tiene hablar de estas cuestiones como la muerte y su aceptación? ¿De qué manera te gustaría abordar estos temas en un futuro?
Para mí muchísima, es una necesidad. Comprender poco a poco el sentido, o más bien, el no sentido de la vida, lo que a las personas nos lastima o da esperanza, lo que nos mueve, lo que nos hace flipar de gusto. Todo, bueno o malo, es increíble.
Otros proyectos, como To the Beat of the Earth y Annude, nos dejan ver un proceso de curación o de aceptación usando la naturaleza como vía principal, ¿por qué? ¿Qué tiene de especial la naturaleza para ti?
Sí, creo que la naturaleza tiene el poder de curar. Suelo ir a mil por hora. La incertidumbre y la sobreinformación me consumen demasiado y es necesario parar y mandar a tomar viento el resto. He vivido siempre en ciudades, pequeñas, pero de asfalto, al fin y al cabo. Para mí, un mini jardín con cuatro piedras ya es terapéutico.
En tu web podemos leer que de pequeña caminabas sin un rumbo aparente, ¿aparecen así las ideas relacionadas con la naturaleza? ¿Es algo que siempre te ha definido tanto como cineasta como persona?
Caminar es otra terapia y no funciona igual si sabes a dónde estás yendo. Cuando estás sentando, delante del ordenador, llega un momento en el que te estancas, las ideas se paralizan o bloquean. Pero si te da por caminar, algo aparece seguro. Da igual a dónde.
Finalmente, ¿qué otros proyectos tienes en mente? ¿Qué vídeos tuyos –o quizá largometrajes– podremos ver en el futuro?
Pues ahora mismo estoy preparando el segundo videoclip de mi amiga Fatal Tiger,  y el primero del que me aguanta a diario Alberto De Miguel aka Horror.vacui. Ambos intensitos (no ellos, los vídeos). En paralelo estoy preparando un corto de dos hermanos mellizos con un mundo interior algo raruno. Todavía está en proceso, y si funciona, me encantaría convertirlo en largo. Y en publicidad, ¡a ver qué pasa!