Thinking Music es un festival de música consciente desarrollado por Thinking Mu en colaboración con Sound Earth Legacy. Si quieres asistir, apunta esta fecha en tu agenda: 21 de marzo. Pero antes de que llegue el día, hay todo un proceso en marcha vía concurso por el cual se seleccionarán a los artistas que subirán a tocar al escenario de La Paloma, en Barcelona. Te lo contamos todo hace unos días aquí. Llegados a este punto, la admisión de propuestas está cerrada y ahora toca que vosotros, el público, escojáis a los veinte semifinalistas. ¿Cómo? Entrando en esta plataforma y votando por vuestra propuesta favorita. Entre los veinte seleccionados un jurado escogerá los tres que subirán al escenario. Ojo, que solo podéis votar una vez. Para saber más acerca de este interesante proyecto que pone en primera línea sostenibilidad y naturaleza hemos hablado con los equipos tanto de Thinking Mu como de Sound Earth Legacy y conocer así de primera mano cómo se puso en marcha.
La unión entre la marca de moda de espíritu mediterráneo Thinking Mu y la asociación sin ánimo de lucro que lucha para preservar los sonidos de la naturaleza Sound Earth Legacy a priori puede parecer algo insólita. Sin embargo, la iniciativa de crear un festival juntos que implicase a público y a artistas surgió de forma orgánica gracias a una “conexión en todos los niveles” que se remonta a los inicios de ambas marcas: el equipo de Sound Earth Legacy conocía a Pepe Barguñó, uno de los fundadores de Thinking Mu, marca que siempre se ha preocupado por temas de sostenibilidad y regeneración. Natural que se entendieran.
De ese entendimiento surgió el festival, que a su vez tomó forma de concurso: los participantes debían emplear alguno de los sonidos del catálogo de Sound Earth Legacy para crear un tema inédito, que luego sería valorado por el público y por un jurado especializado. Esta premisa permite ofrecer una oportunidad a los artistas, tanto emergentes como consagrados, de formar parte del movimiento, sello y editorial musical de Sound Earth Legacy. Y a su vez da la oportunidad a los participantes de difundir los distintos sonidos de la naturaleza, muchas veces en peligro de extinción.
Gracias a esta colaboración, Sound Earth Legacy ha podido ampliar la función que viene realizando con su proyecto Planetary Music, que impulsa a diversos artistas a crear un tema inédito generado a partir de sonidos de los océanos del mundo para recaudar fondos destinados a preservar el legado acústico de la Tierra. Hablamos de la necesidad no sólo de documentar, sino de reivindicar el patrimonio sonoro. Cuando pensamos en patrimonio medioambiental, el sonido ciertamente no es lo primero que viene a la cabeza, sino que solemos valorar más aquello que se puede ver o tocar.  Desde Sound Earth Legacy son conscientes de esto y apuntan: “Es curioso porque lo primero que percibimos estando en el vientre materno son las vibraciones que se traducen en sonidos, como los latidos del corazón, y es lo que nos conecta con el mundo. Pero al nacer, nos adentramos en el mundo físico y material, por lo que nos enfocamos en desarrollar otro tipo de sentidos más que el oído. Pero no nos olvidemos que el sonido nos da una información única del estado del medioambiente. Es el lenguaje original que compartimos todas las especies y el que nos ayuda a comprender lo que nos rodea”.
Por otra parte, para Thinking Mu esta unión supone la oportunidad de ampliar su labor continuada por la naturaleza y el medioambiente, a la vez que conectan con el entorno musical de su ciudad, Barcelona, pero sin abandonar un enfoque internacional. Siempre han defendido la importancia del mundo sensorial, y con el festival no quieren solo “introducir la música en nuestras comunicaciones, sino inspirar para crearla y compartirla con otras personas para las que la música es una forma de vida, mientras seguimos dando visibilidad a la causa climática”. Ellos son una marca de moda, porque, como dicen, “es lo que mejor sabemos hacer”. Sin embargo, la esencia de la marca no está en lo que hacen, sino en sus valores, y por eso buscan expandirse en otros ámbitos culturales y artísticos. No se ponen límites, les apasiona abrirse a nuevas iniciativas y comunidades y creen que la moda “debe ser un canal más a través del cual poder dar visibilidad a todo tipo de arte, proyecto o sector que nos complemente”. 
Este año, y gracias a la buena acogida que tuvo en su primera edición, los organizadores han querido profesionalizarlo más y llegar a nuevas audiencias. Como novedades, han cambiado la identidad gráfica del festival, se han trasladado a La Paloma para poder albergar una mayor capacidad de público e incluso han mejorado el premio que se llevará el ganador: tres mil euros en metálico y la oportunidad de grabar una maqueta de su proyecto con el productor Nico Roig. Además, han sumado al proyecto a Niño de Elche como embajador oficial. Cuando les preguntamos por él, se emocionan: “Apostamos por artistas genuinos, que tienen algo que decir con un lenguaje y sonido únicos. Él es puro talento, estamos seguros de que nos hará vibrar con su actuación en La Paloma”. También afirman que en el futuro, se ven llevando este festival a ciudades como Berlín o París, incluyendo novedades que sigan dándole entidad y reivindicando la conexión del ser humano con la naturaleza, lo artesano y todo aquello que está hecho con cariño y tiempo. Desde aquí no podemos tener más ganas de ver lo que el futuro le depara al festival, de escuchar los temas de este año y, sobre todo, de descubrir quiénes serán los artistas que junto a Niño de Elche nos harán vibrar el próximo 21 de marzo.