Podría decirse que el viaje de Pedro Artola es un viaje hacia sí mismo a través de la industria de la moda y la música. Ha pasado de desfilar y posar para Palomo Spain o trabajar para Jacquemus a convertirse en uno de los artistas audiovisuales más reconocibles y solicitados de la industria musical española. Su estilo sensible, bucólico y ligeramente nostálgico ha enamorado a artistas como Sen Senra o Guitarricadelafuente, con quien acumula ya cuatro colaboraciones.
Ahora ha llegado el momento de presentar la más reciente, el videoclip de Vidalita de mar, una historia de retornos y de luchas contra un pasado al que es difícil dejar atrás. Y es que la voz de Guitarrica y las imágenes de Artola vuelven a demostrar que son un tándem infalible, con ese derroche de estilo y personalidad. Charlamos con el director quien nos habla con honestidad sobre su infancia, gran fuente de inspiración, su evolución personal y artística y de sus siempre aplaudidos proyectos visuales.
Recuerdo que, cuando nos conocimos hace un par de años, me dijiste que todavía te considerabas un niño. ¿Sigues pensando lo mismo?
Para algunas cosas sí, pero para otras siento que voy creciendo y evolucionando. Creo que es más en la parte personal que profesional, en la manera en la que estoy cuidando mis amistades, mi casa… Siento que estoy madurando, pero creo que ese espíritu de niño siempre va a estar ahí pero evoluciona. Es un tándem y espero no perder nunca la inocencia y la manera en la que veo las cosas. La visión adulta es mucho más racional y la parte de niño es más emocional y no quiero perderla.
Lo primero que escribí en mi vida fue un relato de unos chicos en Japón. Lo redacté creo que en cuarto de primaria. ¿Cuándo dirías que empezaste tú?
Es un poco raro porque siempre he tenido una parte social, pero tengo otra parte más honesta y sincera que es muy vergonzosa y reservada, estoy siempre metido en mi cabeza. La movida es que me recuerdo así desde que era pequeño. Más concretamente puedo recordar estar en el coche con mis padres y pensar en historias mientras miraba por la ventanilla. Me imaginaba futuribles que me causaban incluso ansiedad, pero también cosas muy bonitas. Desde muy pequeño mi sueño siempre ha sido contar historias y emocionar a la gente, y es adonde me gustaría llevar mi carrera.
Mi padre, que era abogado, me introdujo en la fotografía y sacaba siempre muchas fotos; bueno, lo sigue haciendo. Aunque nunca pude desarrollar del todo esa parte creativa, siempre estaba presente. Creo que era algo innato aunque tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta de ello. Durante años me sentí muy inseguro y no paraba de repetirme que no, que yo no tenía eso dentro de mí. En el colegio, cuando somos más esponjas, nunca se me presentó la oportunidad de desarrollarme de esa manera.
Mi padre, que era abogado, me introdujo en la fotografía y sacaba siempre muchas fotos; bueno, lo sigue haciendo. Aunque nunca pude desarrollar del todo esa parte creativa, siempre estaba presente. Creo que era algo innato aunque tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta de ello. Durante años me sentí muy inseguro y no paraba de repetirme que no, que yo no tenía eso dentro de mí. En el colegio, cuando somos más esponjas, nunca se me presentó la oportunidad de desarrollarme de esa manera.
Entonces, ¿cuándo dirías que empezó la aventura?
Te diría que durante mi etapa en París, cuando trabajaba para Jacquemus. Obviamente trabajar en esa marca fue una experiencia muy creativa, no por el trabajo en sí, sino por la gente de la que me rodeaba y la ciudad en la que me encontraba. Empecé a ir a eventos o a planes más relacionados con el arte. Reconecté con ese niño. Incluso le pedí a mi padre que me dejara una cámara de vídeo y junto con los vídeos que hacía con el móvil cada día empecé a montarlos y consiguieron emocionarme, disfrutaba mucho haciéndolo.
¿Eres capaz de definir tu propio estilo como creador visual?
La verdad es que no. Me encantaría decirte lo contrario, pero todavía es muy pronto para hacerlo. Creo que hay un lenguaje y unos temas que salen siempre, al igual que los cánones de belleza, que sí pueden verse como puntos en común.
La principal fuente de inspiración de tus trabajos de vídeo y fotografía parecen brotar de la vida mundana, del encanto de lo cotidiano. ¿Qué es lo que tiene el día a día que te resulta tan atractivo y sugerente?
No sé, me gusta mucho el realismo de las cosas. Desde hace más de 4 años tengo un blog de notas lleno de cosas que me voy encontrando, que voy escuchando y que me cuentan. Lo encuentro muy atractivo y creo que aprendo mucho de eso. Siempre fui muy curioso. En mi infancia recuerdo que las reuniones familiares se dividían en hombres y mujeres y yo siempre iba con ellas. Me encantaba el cotilleo, conocer sus historias y lo que tenían que decir; me hipnotizaba. A día de hoy me sigue pasando e incluso se ha ampliado.
¿Qué vidas dirías que encuentras inspiradoras?
No te nombraría a alguien especial pero sí que hay varias historias que son cercanas, que conecto mucho con ellas y me gustaría poder desarrollarlas en una película. Y, bueno, si buscas que te diga algún referente conocido o destacable no tengo, pero sí que podría mencionarte al director Sebastian Faena. Me gusta su forma de explorar la creatividad en todos los aspectos.
También me inspira mucho el sufrimiento. Intentamos taparlo, nos resulta incómodo pero las relaciones que más conservo con cariño son aquellas en las que puedo hablar del sufrimiento. No me atraen las historias positivas, prefiero el realismo. Conecto mucho con la parte del cine independiente europeo ya que no busca el final feliz, busca expresar la vida tal y como es.
También me inspira mucho el sufrimiento. Intentamos taparlo, nos resulta incómodo pero las relaciones que más conservo con cariño son aquellas en las que puedo hablar del sufrimiento. No me atraen las historias positivas, prefiero el realismo. Conecto mucho con la parte del cine independiente europeo ya que no busca el final feliz, busca expresar la vida tal y como es.
Entonces, la vida es sufrimiento.
Un poquito. Yo soy bastante autosaboteador, sé perfectamente que no puedo quejarme, que soy un afortunado. Pero soy muy ansioso, me boicoteo a mí mismo convirtiéndome en mi peor enemigo. Me aplico pensamientos negativos como si mi cerebro funcionara así sin poder evitarlo. Ahora intento tomarme cada día centrándome en el presente, ya que al fin y al cabo cambiamos de parecer muy rápidamente en un mismo día, no puedes anclarte en nada, todo cambia. Cuando lo entendí me ayudó mucho a rebajar mi nivel de ansiedad y sufrimiento, a disfrutar mucho más.
¿Dirías que has conseguido ir puliendo tus defectos como artista?
Obviamente he evolucionado a nivel personal y profesional, pero me queda un montón que aprender, una inmensidad. No quiero nunca dejar de encontrar cosas que me pongan contento y me motiven. Espero no sentir nunca estancamiento, aunque seguramente pase. Esto empezó como un juego y se ha terminado convirtiendo en una profesión, he pasado y paso por muchos momentos de dudas en los que no sé si sirvo para esto. Creo que siempre voy a estar sumergido en ese mar de dudas. Hay días que los gestionaré bien y otros que no. Gracias a la gente que me rodea consigo salir de los malos momentos.
¿Hacia dónde dirías que te diriges como artista y persona?
A corto plazo me gustaría poder llevar a cabo un corto que estoy escribiendo. En mi vida me había planteado hacerlo, pero de manera orgánica ha ido surgiendo. Recuerdo volver a mi casa de noche con los cascos puestos cuando era más joven y pensar: yo quiero contar historias. Con la moda y los videoclips dependes de una canción o de un cliente, y esta sería la primera vez que haría algo cien por cien mío.
Me da la impresión que el gusanillo de ser productor te va a terminar picando…
A día de hoy no. Lo que me apetece es escribir y dirigir. La producción se la dejo a otros profesionales más preparados. Eso sí, nunca digas nunca.
¿Puedes desvelarme algo de ese corto que quieras contar?
Se encuentra en una fase muy muy inicial. Puedo decirte que me gustaría hablar de la masculinidad en la que yo me crié y sus consecuencias. Quiero contar algo que sea cien por cien yo y en este proyecto, en el formato del cortometraje, he encontrado una comodidad absoluta para contar la historia que deseo.
Hablando de proyectos: acaba de estrenarse el videoclip Vidalita del mar que dirigiste para Guitarricadelafuente. Has dirigido ya varios de sus vídeos, ¿por qué diríais que conectáis tan bien los dos?
Cuando Álvaro me mandó la primera canción Guantanamera, para la que dirigí un videoclip, yo sentía mucha ansiedad y necesitaba mover ficha hacia otro lado. En ese momento escuchaba algo totalmente alejado de lo que hace Guitarrica, pero escuché esa canción y me emocionó un montón. A las dos semanas nos fuimos a su pueblo y rodamos el vídeo. Para mí siempre va ser el vídeo más bonito que he hecho. Creo que cuando nos conocimos nos caímos muy bien. Los dos estábamos empezando, él con su primer tema en solitario y yo explorando el panorama visual. No fue una conexión artística, fue personal para ir después creciendo los dos juntos.
¿Qué puedes decirme de este último tema en concreto, Vidalita del mar?
La historia trata sobre una mujer que vuelve al lugar donde se crió e intenta transmitir ese dolor e incomodidad que surge cuando vuelves a un lugar donde fuiste feliz, pero que también alberga recuerdos negativos. Escuchar la voz de Álvaro te hace conectar mucho más con esos orígenes de manera tan fuerte que huyes, incluso cuando te sigue persiguiendo. Yo lo interpreté de esa manera, partiendo de la dureza de volver a ese tipo de sitios. No se pretende resolver esa incomodidad, simplemente se queda ahí.
¿Tú te sientes incómodo echando la vista hacia atrás?
Mi infancia en Oviedo fue bastante difícil, ya que sufrí bullying en el colegio. No lo pasé muy bien, siento que hay una serie de años que, aunque no cambiaría porque me han hecho ser quien soy, me gustaría que hubiesen sido más felices. Cuando vuelvo y me encuentro a determinadas personas sí que vuelven a surgir ciertos pensamientos sobre que no encajo ahí, e incluso siento cierto miedo al ver a esas personas que me putearon a saco.
También has trabajado con Sen Senra, Jedet o Gabriela Richardson, ¿qué tiene que tener un artista para que desees colaborar en su proyecto?
Lo más importante es la música que hacen, la canción sobre la que voy a trabajar me tiene que gustar, que me haga sentir algo y active mi imaginario. También me fijo en el perfil estético con que se asocia el artista, si me despierta algo su discurso, aunque no me identifique.
¿Hay alguien especial con el que te gustaría colaborar?
¡Rosalía! ¡Pagaría por hacer algo con ella! Ojalá surgiera. Me acuerdo cuándo salió el vídeo de Malamente, recordé que de pequeño veía muchísimos videoclips y me despertó muchas ganas de hacer cosas.
En los tiempos en los que vivimos, ¿no crees que es importante el entretenimiento de este tipo, que nos evada de la realidad?
A mí me gustaría que la gente conecte con lo que vea, que sienta algo, lo que sea, bueno o malo. Hoy en día, una de las cosas más importantes es conseguir estar presente. Con todo lo del Covid creo que hemos aprendido que hacer planes muchas veces no sirve para nada, y que lo que de verdad cuenta es el presente. El arte en general ayuda un poco a eso, a sentirte conectado con algo real.
Yo no lo considero ínfimo. El escapismo que puede producir un videoclip o una película es de gran importancia.
Totalmente de acuerdo. Durante un tiempo se nos limitaron las experiencias más humanas y el arte, en general, es guay para hacernos sentir, aunque sea de otra manera.
Has mencionado tu labor de escritor durante la conversación, cuéntame, ¿serías capaz de mencionarme algunos referentes?
Yo nunca he sido un loco de la escritura, estaba ahí y me gustaba, pero no lo tenía claro desde siempre, fue surgiendo y evolucionando de manera natural. Solemos pensar que este tipo de cosas siempre surgen de manera vocacional, pero mi camino ha ido saliendo solo y creo que es lo que genuinamente me apetece hacer actualmente.
A nivel visual, obviamente la última película de Paolo Sorrentino, por ejemplo, me ha hecho flipar. Me identifico mucho con ese realismo, ese costumbrismo. Obviamente Pedro Almodóvar es uno de los mayores referentes que tengo y que tenemos a nivel español. Tacones lejanos es mi película favorita suya.
A nivel visual, obviamente la última película de Paolo Sorrentino, por ejemplo, me ha hecho flipar. Me identifico mucho con ese realismo, ese costumbrismo. Obviamente Pedro Almodóvar es uno de los mayores referentes que tengo y que tenemos a nivel español. Tacones lejanos es mi película favorita suya.
La mía es La flor de mi secreto.
Xavier Dolan también me encanta. Los tres que te he nombrado comparten ciertas temáticas que hacen que me sienta muy reflejado. Almodóvar tiene puntos más locos, claro. Hablar de esto me resulta muy osado, ya que yo estoy aún aprendiendo, empapándome. Siento que soy un niño aún, no tengo miles de referencias, yo aún sigo haciendo los deberes. Y quiero aprender antes de meterme en este mundo que respeto. Ahora es cuando yo mismo me estoy educando sobre el terreno.
Antes has comentado que trabajaste en Jacquemus, pero también has colaborado con Carolina Herrera o Jean Paul Gaultier, ¿qué papel tiene la moda en tu vida?
El vestuario en mis trabajos siempre es algo muy importante para mí y en lo que me involucro mucho. Muchas veces el destacar mucho la parte visual puede despistarte pero a día de hoy yo doy mucha importancia a lo que entra por el ojo. Una de las cosas más potentes que hay en el mundo artístico es lo que puedes crear a nivel de imagen. El estilismo y cómo presentas a los personajes es fundamental, mucha gente se queda con eso. Puedes no quedarte con el nombre del director, pero sí con la manera en la que presenta al personaje y la ropa que lleva. Para mí es natural, es obvio.
Sueles estás detrás de las cámaras pero hiciste de modelo para Palomo Spain, ¿cómo surgió eso?
Fue totalmente aleatorio. Me contactaron a través de Instagram para participar en su primer desfile. Fui acojonado e inseguro pero lo hice. Después conocí a Kito Muñoz y a Filip Custic e hicimos también la campaña para Palomo. Todo fue muy natural.
¿Nunca te plantearías volver a ponerte delante de las cámaras?
Por ahora no, pero nunca se sabe. Es algo que me genera mucha inseguridad. Quizás un día pase, la vida da muchas vueltas.