Se conocieron a través de una amiga en común y conectaron al instante. “Nos gusta la libertad y la desinhibición, la seducción del juego de hacer fotos y la dinámica que se genera entre los dos.” El fotógrafo Pol Rebaque y la escritora, artista y modelo Alejandra Smits crean On my bed, I moan alone, un proyecto que explora el deseo y el placer femenino alrededor de los objetos y los espacios domésticos. Pol ha sido el que ha disparado las fotos, y Alejandra la musa que las ha encarnado, además de escribir el texto que acompaña la serie fotográfica. Un texto en el que nos habla sobre sexualidad y deseo y cómo estos elementos se relacionan con la intimidad del hogar.
Primero de todo, ¿nos podéis contar cómo os conocisteis? ¿Qué fue lo que más os llamó la atención del uno al otro?
Nos conocimos a través de una amiga en común, Elena Martín, y conectamos instantáneamente. A los pocos minutos de presentarnos estábamos imaginando un videoclip que queremos dirigir juntos y contándonos intimidades de todo tipo.
Ambos sois artistas, lo cual es motivo suficiente para trabajar juntos, pero seguro que hay algún otro vínculo que os une. Contadnos, ¿qué visión artística compartís? ¿Qué os empujó a trabajar juntos?
Nos gustan la libertad y la desinhibición, la seducción del juego de hacer fotos y la dinámica que se genera entre los dos. De esta conexión tan magnética nos dimos cuenta cuando fuimos a pasar un mes a una residencia artística en Italia, y como hacía tanto calor nos pasábamos la mayoría del tiempo desnudos y haciéndonos fotos. Creo que donde nos entendemos respecto a nuestras visiones artísticas es en el rechazo del artificio. Nos gusta representar imágenes genuinas y que nos representen de una manera cercana a como estamos normalmente cuando no hay una cámara delante, pero con un twist de picardía y pose. En este caso, hemos querido plasmar la sexualidad desde el reposo.
On my bed, I moan, alone es una serie fotográfica que explora el deseo y el placer femenino en un entorno doméstico. ¿Por qué decidís explorar el espacio doméstico? ¿Cómo lo relacionáis con el placer, el deseo y la feminidad?
Alejandra: Porque habla de la sexualidad que puedes despertar tú contigo misma sin que haya nadie más en el espacio seguro e íntimo de tu casa, tú sola. Es una energía con la que puedes conectar porque está dentro de ti. Y cualquier elemento de tu hogar, o de donde sea, puede hacerte conectar con esa vibración.
La serie va acompañada de un texto escrito por ti, Alejandra. En él nos hablas sobre sexualidad y deseo en la intimidad y la seguridad de las paredes de tu hogar. Comentaste que tu padre te dio un hogar frío (emocionalmente hablando). ¿En la actualidad, qué simboliza el hogar para ti? ¿Qué elementos hacen de una casa un hogar?
He dedicado mucho tiempo a pensar y escribir sobre el concepto de hogar en los últimos dos años. Recordar mi hogar de la infancia me lleva a un sitio frío emocional y literalmente. Siempre hacía frío en mi casa porque a mi padre le encantaba el aire acondicionado. Para mí el hogar a día de hoy es una intersección entre tu estado emocional, tu cuerpo físico y el espacio que decides habitar. Lo bueno del hogar es que lo puedes llevar a muchos sitios. Cuanto más reviso y sano mis heridas, más capaz soy de construir mi hogar allá donde vaya. ¿Qué elementos hacen de una casa un hogar? Tú y tu imaginario emocional.
Luz que entra desde una ventana, cortinas bordadas, sábanas blancas… todo ello envuelto en un velo de intimidad, belleza y vulnerabilidad. Pol, ¿cómo es tu proceso de creación? ¿Cómo consigues capturar todos estos atributos con tu lente?
El proceso parte de una preparación previa. Busco textos o referencias visuales que me despierten curiosidad y me inciten a disparar. Me sirven de punto de apoyo para determinar de antemano qué es lo que me interesa y qué imágenes estoy buscando. Pero una vez tengo la cámara en mano sigo mi intuición y permito que el trabajo difiera de la idea que tenía en mi cabeza. Por lo general, en una sesión de fotos siempre suceden cosas bellas o interesantes, pero suele ser distinto a como lo habías imaginado. Trato de mantenerme alerta ante cualquier cosa que me emocione o sorprenda y confío en que valdrá la pena.
Alejandra, comentas que siempre has tenido una obsesión por la narración y el storytelling. Esto se ve reflejado en muchas de las imágenes, en las que utilizas tu cuerpo como herramienta de autoexpresión. ¿De qué manera te permite tu cuerpo contar historias que no te permite la escritura?
Hay muchos clichés alrededor del personaje de la ‘escritora’ en los que yo no encajo. Uso mucho mi cuerpo para comunicarme constantemente, y romper con esa pequeña barrera ha sido uno de los motivos principales que me ha llevado a abrazar mi expresión corporal. Además del camino de aceptar mi propio cuerpo, amarlo y respetarlo. Una vez escribí: I like poetry, I like to twerk. I can do both. Y las dos se me dan bien. Y no tengo que escoger. Mi cuerpo es una herramienta maravillosa para rellenar y alcanzar espacios a los que mi palabra no consigue llegar y viceversa.
En las fotografías encontramos mucho contraste. Bordados rugosos sobre piel suave, luces y sombras, botones sobre piel desnuda… ¿Qué cuentan esos contrastes? ¿Qué historias esconden?
Pol: Al descontextualizar los objetos de su lugar y utilidad habituales se crea una fricción o roce respecto a la expectativa que tenemos de ellos. Además, disponerlos como una extensión del cuerpo de Alejandra permite crear un nuevo significado. La sensación que buscábamos es por una parte la de extrañeza y desubicación pero también la de goce y disfrute, tanto a nivel emocional como físico. En nuestra realidad más inmediata nos relacionamos con objetos cotidianos a diario y en estas relaciones existe la posibilidad de habitar el espacio y nuestro cuerpo de una manera mucho más profunda y placentera.
Las frutas simbolizan la sexualidad, la suavidad, la feminidad y la fertilidad. En la serie encontramos varias, como las peras o las mandarinas, pero también aparecen algunas piedras, justo todo lo contrario a las frutas. ¿A qué se debe esa disparidad? ¿Buscabais con ello contraponer la energía femenina y la masculina?
Pol: Creo que las piedras y los minerales pueden ser muy femeninos, de una manera más poderosa incluso que la fruta. En este caso, nuestra intención era poder reflejar cómo cualquier elemento puede relacionarse con el cuerpo y viceversa. Más que oposiciones, nuestra intención era crear asociaciones y rimas visuales. La luz filtrada por un determinado objeto o tela sobre la piel, o bien el parecido entre una silueta y una sombra pueden darnos a entender que nuestra casa y nuestros objetos reflejan cómo nos sentimos por dentro realmente.
El rojo se asocia a la feminidad, y por lo que veo, el color aparece reiteradamente en las fotografías. Reflejado en el rostro de Alejandra, en su cuerpo, en la tela del sofá… ¿Pol, a ti qué te dice el color rojo? ¿Qué buscas transmitir con él?
El rojo ganó predominancia en la sesión de fotos de una manera muy intuitiva. Utilizamos algunos elementos y reflejos azules, pero por algún motivo los descartamos enseguida. Creo que el rojo, aparte de estar asociado a la feminidad, es un concepto que nace vinculado a la sangre, el corazón y la pulsión de vida en su expresión más primaria. Con estas fotos tenía ganas de crear algo sin estar ligado a la razón o al intelecto, así que me agrada que el rojo haya acabado siendo el color principal.
En la serie hay un juego de espejos y reflejos muy marcado. ¿Cuál es la intencionalidad? ¿Qué papel desarrollan en la trama?
Intuitivamente yo lo he sentido como una posible representación de cómo siento mi propia sexualidad por dentro: un juego muy divertido de capas y reflejos que vas descubriendo y destapando a medida que pasa el tiempo. Y no deja de sorprender, eso seguro. No deja de enrollarse como una espiral.
Alejandra, en tu web comentas que tu proceso de convertirte en una mujer es un proceso eterno que nunca se detendrá, y que estás aprendiendo sobre la marcha. ¿De momento, qué cosas nuevas has aprendido este 2020 acerca de tu feminidad?
Uf… Mi feminidad, qué difícil se me hace contestar esto. En 2020 he aprendido que soy más heterosexual de lo que me pensaba (risas). Me pregunto mucho sobre los conceptos ‘masculinidad’ y ‘feminidad’. Y luego el vínculo que tienen con la sexualidad. Es demasiado complejo para mi entendimiento de humana de veintisiete años. Quizás más adelante en la vida tenga más pistas sobre esto y te pueda hilar un esquema maravilloso sobre estos temas.
De cara al futuro, ¿habéis pensado en hacer una segunda parte de la serie explorando los mismos temas, pero en un entorno distinto?
Pol: Sí, me gustaría continuar trabajando en la representación de otros tipos de deseo y expresiones de la sexualidad, quizás más centrado en la energía masculina, pero manteniendo la misma delicadeza y ternura.
On my bed, I moan, alone.
by Alejandra Smits
by Alejandra Smits
In the sheltered space of my home, I taste the air as my lover.
Everything around me can make me feel desire.
Because it lives under my skin.
Worlds of normality open the door to universes of strangeness and fantasy.
Sexuality arises
from places I touch
and I surrender
to the rough textures of physical matter,
where pleasant friction can be found in the void.
I scratch and caress
my wounds
inside the walls of my home.
Inhale, exhale.
Import, export.
The land is fertile and is pure.
Everything around me can make me feel desire.
Because it lives under my skin.
Worlds of normality open the door to universes of strangeness and fantasy.
Sexuality arises
from places I touch
and I surrender
to the rough textures of physical matter,
where pleasant friction can be found in the void.
I scratch and caress
my wounds
inside the walls of my home.
Inhale, exhale.
Import, export.
The land is fertile and is pure.