Danza, simetría, zooms con los detalles de una mano tatuada, una mirada nostálgica directamente a cámara, golpes en una mesa y en una taza, una chica lanzándose a una piscina. Nur Casadevall trabaja con metáforas, pequeños trozos de información que harán que el espectador que vea su trabajo se vea rodeado por un aura de belleza intensa e inmersiva.
Para los que nos lean y no saben quién eres, ¿puedes presentarte?
Soy Nur Casadevall, nací el 1990 y crecí en el Alt Emporda. Vivo en Barcelona, estudié en la Escac (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña) y actualmente trabajo como realizadora en Barcelona y Londres.
En pocas palabras, ¿cómo te definirías como cineasta?
¡Qué difícil! Me cuesta mucho definirme a mí misma. Creo que es algo que no me corresponde. Estoy en proceso, descubriéndome y creciendo.
Estudiaste en la Escac y te has presentado a varios festivales con tu trabajo, pero, ¿cuándo empezó tu pasión por el cine?
Ya de pequeña siempre estaba creando historias en mi mente. Era una niña un poco solitaria así que tenía bastante tiempo, y supongo que era una forma de pasarlo. Pero nunca escribía esas historias, eran más bien un viaje interior espontáneo que surgía de la música que escuchaba y así llegaba hasta lugares recónditos, escenas oscuras, otras idílicas. Yo creo que mi pasión por el cine vino de unas ganas terribles de materializar todo aquello que hervía en mi cabeza. También, claro, cuando fui creciendo y viendo más cine acabé por ver que ese era el arte con el que quería expresarme.
¿Qué es lo que más te interesa transmitir cuando filmas?
Quizás suena muy absoluto pero diría que belleza y verdad. Me gusta llegar a eso atrapando y absorbiendo al espectador, hacerlo un habitante más del universo que he intentado crear. Me interesan mucho las experiencias inmersivas, a través del sonido y la imagen. Me doy cuenta de que hay punto de tristeza y melancolía que atraviesa parte de mis piezas pero no es algo estrictamente intencionado o que busque transmitir a plena conciencia. Creo que es algo que llevo de forma natural en mí y es inevitable no plasmarlo en alguna de las capas emocionales de mis vídeos.
Tus vídeos, en bastantes ocasiones, tienen una entrevista o un monólogo como único diálogo. ¿En qué te basas para escribir estas palabras? ¿Son siempre tuyas?
Algunas veces sí son mías, otras veces son palabras de Marc –un amigo de la universidad al que adoro y que me encanta cómo escribe. Funcionamos casi siempre igual: yo le explico el concepto de lo que quiero transmitir y él es capaz de bajarlo en palabras, con su estilo un tanto poético, que normalmente casa muy bien con mis visuales. Como nos conocemos desde hace tiempo y somos amigos es una parte del proceso muy fácil y agradable.
Me he fijado en que hay muchos vídeos donde la danza y el arte son puntos desencadenantes de la historia. Aparte de la música, el diálogo y los anteriormente nombrados, ¿qué otros elementos visuales o metafóricos te gusta usar? ¿Hay alguno que siempre sea recurrente en tus vídeos?
Los elementos de los que hablas son esenciales para mí. El cuerpo en movimiento dialogando con el entorno es algo fascinante que da mucho juego. Aparte de la danza, la música o la voz siempre busco crear simbolismos visuales: metáforas abiertas que tenga mil posibles lecturas, aunque, sensitivamente hablando, lleguen directas al subconsciente del espectador.
El casting es el otro gran elemento, por no decir el principal. Trabajo muchísimo en encontrar el personaje ideal. Siempre estoy en búsqueda de una cara especial, no tan bella, sino que me transporte a una profundidad misteriosa con una composición extraña que debe ser protegida y cuidada.
El casting es el otro gran elemento, por no decir el principal. Trabajo muchísimo en encontrar el personaje ideal. Siempre estoy en búsqueda de una cara especial, no tan bella, sino que me transporte a una profundidad misteriosa con una composición extraña que debe ser protegida y cuidada.
Hay muchos tipos de vídeo en tu perfil de Vimeo, que van desde videoclips a fashion films, pasando por anuncios, el tráiler de Lina, o un diario personal. ¿Hay algún tipo de proyecto que prefieras sobre los otros? ¿Tienes algún favorito?
A todos les guardo un cariño especial. De alguna forma al que guardo más cariño es Lina, el proyecto final de carrera. Aunque a A touch of Magic también le tengo especial cariño, ya que hice un tributo a una escena de Bande à part que me encanta. Wet, el vídeo que hice para Dream Magazine, le tengo un aprecio especial también porqué fue toda una ingeniería pensar cómo hacer los bodegones, junto con la directora de arte Cristina Ramos y el director de fotografía Oriol Barcelona.
Los fashion films son una nueva manera de trabajar la publicidad en moda, dándole más presencia a la historia y creando un vínculo emotivo con el comprador, ¿por qué te decantaste hacia este tipo de cortometraje?
¡Porque es muy creativo! Es un formato que te deja mucho margen y libertad para hacer cosas que en una publicidad estándar no sueles hacer. Además, me gusta mucho la moda como arte creativo, sus mezclas de colores, texturas, su conexión con el cuerpo, actitudes y estados emocionales. Así que para mí es una gozada poder trabajar con este arte e integrarlo como parte visual y emotiva de la pieza audiovisual.
Eres una directora que ha trabajado con distintas marcas y revistas, pero en tus vídeos se nota que dejas tu propia marca a la hora de grabar. ¿Das siempre un toque personal a tu trabajo? ¿O te basas en lo que te pide la marca para la que trabajas?
Siempre que puedo intento darle la vuelta y hacer algo que me guste y con lo que me sienta cómoda. Es importante saber que vas a pasar unos ratos largos en cada trabajo, así que mejor que algo de ti esté allí, para mirarlo con más cariño.
Cada proyecto es un diálogo constante con la marca, al fin y al cabo, tampoco estás haciendo un vídeo para ti estrictamente ya que la existencia de una marca conlleva pensar en ella todo el rato y no olvidar qué es lo que quieren transmitir con tu creación.
Cada proyecto es un diálogo constante con la marca, al fin y al cabo, tampoco estás haciendo un vídeo para ti estrictamente ya que la existencia de una marca conlleva pensar en ella todo el rato y no olvidar qué es lo que quieren transmitir con tu creación.
Participaste hace un año en el Festival de Málaga, presentando Lina, un cortometraje que surgió como trabajo de final de carrera, y no solamente eso, sino que te llevaste un Biznaga de Plata a Mejor Dirección. ¿Qué te llevó a presentar esa obra? ¿Cómo reaccionaste a llevarte un premio allí?
Sentí mucho, mucho agradecimiento. Vivir un festival es muy bonito y más si acaba con este enorme reconocimiento para la obra en la que has puesto más el corazón. El circuito de festivales de Lina ha sido de lo más emocionante, sobre todo porque significaba cerrar la etapa de la universidad de una forma muy dulce.
Pero Lina no se ha quedado solamente ahí, también te llevaste un premio Silver Screen para un cortometraje europeo. ¿Qué te aportó este premio? ¿Te imaginabas ganar algún galardón con este trabajo, aparte del anteriormente mencionado Biznaga de Plata?
¡La verdad es que no me lo imaginaba! Realmente me enteré al día siguiente porque, desafortunadamente, no pude ir a Cannes por trabajo. Honestamente, después de todo este tiempo, me siento muy agradecida por la acogida que ha tenido en los festivales, hemos ido a unos veinte más o menos. Hace unos meses lo estrenamos online en Nowness, así que ya hemos finalizado el circuito. Este premio ha servido para que productoras francesas conocieran mi trabajo y así abrirme paso en el mercado francés.
¿Qué cineastas han inspirado tu trabajo?
¡Muchos! Va a épocas, pero de los que más me han marcado son Paul Thomas Anderson, Rian Johnson, Sofia Coppola y Andrea Arnold. Ahora mismo me vienen a la cabeza estos, pero claro, hay muchos más.
Estoy segura que tienes muchísimos proyectos para un futuro no muy lejano, ¿podrías adelantarnos alguno?
Voy a intentar materializar y llevar a cabo una historia que tengo a la cabeza desde tercero de la universidad, ¡a ver si lo consigo! Tengo muchas ganas de poder realizarla. Además, si una historia se queda en la cabeza tanto tiempo es que tienes que rodarla. Las historias son como estrellas fugaces, muchas veces se van y creo que eso significa que no había razón para intentar rodarlas. Hay otras que aparecen pero no tienes la oportunidad de realizarlas en ese momento, aunque allí se quedan. Es como un enamoramiento, hay momentos más altos y más bajos, de más interés o menos con esa historia, pero no deja de habitar tu cabeza. Personalmente, ahora estoy en el momento en que quiero rodar esta historia.