Tras una exitosa primera edición el año pasado, la marca Thinking MU y la agencia Sound Earth Legacy están organizando la segunda ronda de su Thinking Music Festival, cuyo objetivo es fomentar que los músicos emergentes preserven sonidos naturales en riesgo de extinción transformándolos en canciones y piezas sonoras. A todo esto, Niño de Elche se ha convertido en el embajador de esta iniciativa, ya que como nos dice, “los valores que defiende el festival pertenecen a mis intereses y ocupaciones”.
“Todo proyecto que extienda fronteras en la concepción de nuestras formas de relación en las artes tendrá todo mi apoyo”, comenta. Definitivamente, el Thinking Music Festival lo hace. Empezó abriendo convocatoria para que cantantes, músicos y productores de todo el mundo crearan una pieza a partir de un sonido natural y la presentaran a concurso (os lo contamos aquí), y luego había votaciones abiertas para elegir a los finalistas (también os lo contamos aquí).
Y ahora ya tenemos a los cuatro finalistas que se subirán al escenario de La Paloma, en Barcelona, el próximo 21 de marzo. Fecha en la que Niño de Elche también ofrecerá un concierto, claro, y cuyas entradas están a la venta en Dice (enlace aquí). Los cuatro nombres son Aymi, que presentará Balaenidae, donde el canto de las ballenas es protagonista; Giancarlo Arena, que tenderá un puente musical entre su Napoli natal y Barcelona en la pieza Lembranza; Margarida Mariño, una gallega a quien el mar y el Atlántico han influido en su acercamiento al cello, y que presentará la obra Nurdles; y Andre Peral, que Con otras guerras se lanza en solitario tras años en agrupaciones, y en la que hablará de salud mental.
El broche de oro lo pondrá el DJ set final, a cargo de JP Sunshine y Guim, del colectivo Mainline, tras una noche donde la música, la naturaleza, la acción artística y el objetivo de cambio se darán la mano para celebrar la creatividad y la experimentación sonora. ¡Nos vemos allí! Mientras tanto, palabras de un grande, que tanto ha dejado huella en la música española a lo largo de estos años.
Hola, Francisco, un placer hablar contigo. Eres el embajador de la segunda edición del Thinking Music Festival, ¡felicidades! ¿Cómo llega a tus oídos este proyecto?
Existe la idea de servicio que se relaciona con la palabra embajador que hace que me sienta cómodo con este ‘nombramiento’, ya que los valores que defiende el festival pertenecen a mis intereses y ocupaciones. 
Tras una primera edición exitosa, decides implicarte en la de este año. ¿Qué te impulsa a hacerlo?
Pienso que es una propuesta que amplía la idea de festival musical a la que solemos asistir, y todo proyecto que extienda fronteras en la concepción de nuestras formas de relación en las artes tendrá todo mi apoyo. 
Como embajador de esta segunda edición, el próximo 21 de marzo ofrecerás un concierto muy especial en La Paloma, donde también participarán los tres finalistas del concurso. Ya que tienes sobrada experiencia, ¿qué consejos les darías a aquellos que todavía no están tan acostumbrados a estar encima de un escenario?
Podría sugerirles que intenten hacer del escenario  y el acto concertístico un espacio de liberación, que hagan de esa experiencia colectiva una posibilidad para el cambio, por muy pequeño que este pueda ser. 
Uno de los principales objetivos de Sound Earth Legacy, la agencia detrás del festival junto a la marca Thinking MU, es preservar los sonidos naturales en riesgo de perderse debido al cambio climático. ¿De qué manera ha influido la naturaleza en tu propia obra, y cómo crees que afecta a la música en general?
Soy una persona criada en una ciudad industrial como es Elche, cuya acústica tiene que ver con el mundo de las fábricas y sus motores. Mi padre es un cazador de la disciplina conocida como ‘el reclamo’, que se practica con pájaros de perdiz, y me he criado en una casa repleta de este tipo de pájaro cantando a todas horas. Entre este contraste, entre estas diferentes formas de escucha –junto a las discotecas de electrónica y a las fiestas familiares donde se cantaba flamenco– se ha construido parte de mi identidad musical. 
Como curiosidad, ¿hay algún sonido de la naturaleza que te guste especialmente? ¿O que crees que hubieras usado tú si te presentaras al concurso? Desde el ‘canto’ de las ballenas hasta el sonido de las olas, pasando por algunos pájaros o el crujir de las hojas secas al caminar.
El agua ha sido protagonista de algunos proyectos que he podido desarrollar y creo que es el sonido más rico en matices que tiene la naturaleza. En mi disco La exclusión trabajé con un ‘coro’ de asnos cuya colaboración fue crucial para su proceso y desarrollo. Podría nombrarte también algunos acercamientos a las diferentes formas de crepitar del fuego, la utilización de los sonidos del volcán en erupción de La Palma o algunos proyectos que guardan relación con lo vegetal y su traducción rítmica. 
Otro de los objetivos de Thinking Music Festival es brindar la oportunidad a talentos emergentes de darse a conocer e incluso grabar una maqueta con Nico Roig. En un mundo donde lo comercial y el dinero se anteponen casi a todo lo demás, ¿cómo valoras una iniciativa así?
Toda iniciativa que apoye y fomente nuevas propuestas siempre es de valorar positivamente con la paradoja que sin dinero y sin comercio no creo que se pueda conseguir. Por lo tanto, el formato que utiliza el festival me parece que es el correcto para los fines que se han propuesto. 
Uno de los lemas de Thinking MU es “When words fail, music speaks”. Y me parece acertadísimo. ¿Qué papel crees que juega la música en la lucha contra problemas como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad sonora y natural?
La música, como campo artístico que es, nos brinda la oportunidad de abordar las diferentes problemáticas de forma diferenciada a cómo se plantean desde la política o lo social. Si entendemos esto, se nos abre un espacio de reflexión, de pensamiento y por ende crítico y autocrítico que nos forma y nos conforma de maneras –a mí entender– más amplias y profundas.
Ya sé que no formas parte del jurado (de eso se encargan Alexandra Archetti, Santi Barguñó, Louise Sansom y Nico Roig), pero me pregunto qué valoras tú en otros artistas. ¿Cuáles son los elementos o cualidades que más buscas, admiras o te llaman la atención en el trabajo de los demás?
Que no sean excesivamente referenciales. 
No sé si es así, pero entiendo que en tu actuación en La Paloma, los sonidos naturales también jugarán algún papel importante. ¿Nos puedes adelantar algo, darnos alguna pista sobre lo que podemos esperar?
No hay nada más natural que la química que aprendí de mis experiencias con las drogas. Tal vez vayan por ahí mis concepciones de ‘lo natural’ el próximo día 21 de marzo.
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