Kimberley Tell es una ciudadana del mundo y ha hecho del arte su lenguaje predilecto, al igual que HOFF, la marca de zapatillas de diseño que os presentábamos la semana pasada. Nacida en Lanzarote y criada en Gran Canaria, por sus venas corre sangre inglesa y danesa. Una combinación que converge con la interpretación y la música, la cual se ha atrevido a compartir tras años componiendo y creando para ella misma. Reniega de las estructuras rígidas y se refugia de la intemperie verbalizando sus emociones en forma de canción. Su primer álbum, 135, al que define como “nostálgico y envuelto en papel de caramelo”, vio la luz hace menos de un año. Ahora trabaja en su segundo EP, con el que promete sorprendernos mostrándonos un lado más oscuro.
“A veces escribes y salen temas, y luego te da como cringe de ti misma”, comenta abiertamente Tell, a la vez que reconoce a César Manrique como uno de sus máximos referentes. Y es que el pintor y escultor lanzaroteño posicionó a Canarias en el mapa internacionalmente, a la vez que descubría la belleza de su tierra natal. Algo similar a lo que ahora experimenta la joven artista, para quien 2020 ha supuesto un punto de inflexión en su carrera. Aún sorprendida con la capacidad de adaptación del ser humano derivada de la pandemia mundial, la honestidad y alegría con la que se expresa evidencia la ilusión de aquel que emprende un proyecto con el que lleva años soñando. Pero no se desvincula del plano terrenal en ningún momento, siempre conectado a los obstáculos que abrirse camino en el panorama musical conlleva. “Quiero elegir bien cuáles encajan en el concepto en el que estoy trabajando, y en la elección final de todas veré el resultado”, nos explica sobre los singles que formarán parte de su segundo álbum, que promete ver la luz muy pronto.

Como actriz ha participado en series como Hierro y 45 revoluciones, su trayectoria le ha enseñador a conectar con el público y a ser consciente de que las industrias creativas, muchas veces presentadas como un terreno utópico envuelto de purpurina, gozan de problemas como cualquier otro sector. Desde las dificultades en la financiación de un EP hasta los retrasos en los lanzamientos previstos, Tell hace de la confianza en sí misma su mejor antídoto. “Te das cuenta de que la inseguridad significa tener el ego muy grande, estar demasiado pendiente de ti mismo. Y saber esto me ha ayudado mucho, a nadie le importa”. Ahora ultima los detalles del que será su primer concierto en Madrid, previsto para el 20 de mayo en el Teatro Nuevo Alcalá. “Presentaré 135 además de temitas nuevos”, adelanta.
Hace 2 años te definías como un “nervio volátil”, en una descripción que aludía de forma reiterada al arte. Y es que has experimentado con infinidad de disciplinas creativas, desde la actuación hasta la música, pasando por el dibujo y la fotografía. ¿Qué es el arte para ti?
Es una forma de expresión, el arte es una vía de comunicación, como cualquier otra. Nada de lo que he hecho ha sido de manera consciente, simplemente me dejo llevar por lo que me apetece expresar y comunicar. Antes me juzgaba a mí misma por no estar centrada, por el hecho de no tener una meta o un camino claro. Pero últimamente lo he pensado y he llegado a la conclusión de que es parecido a lo que ocurre con los niños bilingües; tardan más tiempo en aprender una lengua, pero al final dominan dos. Creo que ese es mi caso, puede que tarde más en definirme a mí misma y saber qué es lo que quiero contar, pero también me parece bonito el proceso de búsqueda. Y ahora me siento más orgullosa de ese proceso continuo.
Podríamos decir que no persigues un objetivo definido y te dejas llevar, en cierto sentido.
Eso es. Me he dado cuenta de que hay personas que saben desde un principio qué es lo que quieren contar, y buscan los medios para llegar dónde quieren. Y otros como yo lo hacemos de forma más intuitiva, dándonos cuenta de lo que estamos contando a medida que lo hacemos. Es en el propio transcurso del camino cuando me doy cuenta de ello. Me gusta, creo que es bonito dejarse llevar.
Tu conexión con la creatividad y la libre expresión se remonta tiempo atrás. Estudiaste Bellas Artes en Barcelona, donde viviste 7 años antes de acabar trasladándote a Madrid. ¿Qué recuerdo guardas de tu época universitaria?
Yo creo que, en general y sea lo que sea que estudies, la universidad siempre está bien. Es el primer momento en el que coincides con un montón de gente nueva, aprendes a vivir fuera de casa, a entender cómo piensan otras personas, etc. Creces bastante como persona. De hecho, ahora me da mucha pena la gente que estudia, porque con el Covid se están perdiendo esa parte social que tiene la universidad, en la que te relacionas con la gente y con el mundo, que es donde más aprendes. Disfruté mucho de la época universitaria, pero es verdad que creo que cualquier cosa artística se disfruta más cuando has vivido un poco más. Salimos del instituto con la mentalidad de estudiar para aprobar, y la carrera la hacemos un poco desde ese prisma. Ahora me da pena, cuando me doy cuenta de que no aproveché todos los talleres y cursos que había a mi disposición.
Tu perfil es indiscutiblemente internacional. Naciste en Lanzarote, pero por tu venas también corre sangre inglesa y danesa. ¿Qué importancia juegan tus raíces en tu trabajo? ¿Te has interesado por saber más sobre tus orígenes a lo largo de tu vida?
No hago una búsqueda consciente de mis raíces, es algo que siempre he tenido presente. Vivir en España teniendo padres extranjeros significa estar colocada en otro sitio. Pero para los ingleses y los daneses, soy la española. No soy de ningún sitio, pero soy de muchos a la vez. Nosotros veíamos la televisión inglesa y sin darte cuenta bebes de eso. La música que escuchaban mis padres, las diferentes referencias... Y los diferentes clichés que tienen unos países de otros te colocan en un sitio neutro. Flotas y no te colocas en ningún lugar porque ves los estereotipos que tiene cada país, de sí mismo y del resto.
De Madrid decías valorar la espontaneidad que se palpa en la calle, donde siempre hay mil planes entre los que elegir. Desde actividades culturales hasta encuentros distendidos, conciertos callejeros y exposiciones de todo tipo. ¿Cómo definirías tu relación con la ciudad? ¿Ha cambiado mucho desde que aterrizases ahí hace ya varios años?
Yo en Madrid me siento como en casa, es un sitio muy guay. Barcelona también me encanta, ¡y tiene playa! Pero si Madrid tuviese playa, ya no sería Madrid (risas). Tiene una cosa casi de pueblo y tengo la escapatoria de irme de vez en cuando a Lanzarote, que eso siempre ayuda (risas).
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Vestido FATIMA MIÑANA, prenda de punto EMEERREE STUDIO, zapatillas HOFF Montreal (City Collection).
Y hablando de ciudades, ¿puede un artista forjar una carrera de éxito sin sucumbir a las grandes urbes? Es decir, a veces da la sensación de que, independientemente de su estilo o background, todos los creativos tienen que mudarse a los centros neurálgicos donde se concentra la vida social y artística para hacerse un hueco en la industria.
No creo que haga falta per se, porque ahora al ser todo virtual es fácil hacer cualquier cosa estés donde estés. Pero salir de casa e irte a una ciudad te forma como persona, conoces a gente y te da unas ideas que igual no tienes si no sales de tu zona de confort. Yo he aprendido muchas cosas, he cambiado mucho. La Kimberley que vivía en Canarias no es la misma que la de hoy en día. A mi me encanta la figura de César Manrique en Lanzarote. Todo lo que ha hecho por la isla, el hecho de que un artista tuviera tanto poder, me encanta. Él salió al mundo, se juntó con artistas en Nueva York, y estando fuera fue cuando apreció lo increíble que era su isla. Hasta entonces, era una isla pequeñita donde los propios lanzaroteños eran inseguros incluso de sí mismos. Pero aprovechando las ideas que traía de fuera, acentuó la belleza de Lanzarote.
Acabas de decir que no eres la misma persona que salió de Lanzarote hace unos años para formarse y emprender su carrera. ¿Cuál es el principal cambio que adviertes?
Al final siempre eres la misma, y yo misma me pregunto en qué momento de la vida uno crece. Creo que incluso hasta los 60 te puedes seguir sintiendo una niña y aprendiendo cosas. Sigo siendo la misma, pero lo que cambia es el tiempo, las personas que conoces o los propios intereses.
Y más allá de César Manrique, ¿tienes algún referente o personaje que te inspire, ya sea en tu trabajo o en tu día a día?
¡Mi tía abuela me encanta! Ella tenía un grupo de rock en los 60, todo mujeres, The She Trinity. Unas eran inglesas y otras canadienses, y estaban entre ambos países. Las historias de esta mujer son brutales (risas). Ella sigue viajando por el mundo con más de 80 años, y lo que me encanta es que sigue haciendo planes de futuro.
“Todo bien por aquí, tutto bene”, entonas en tu último single, No Hard Feelings. ¿En qué momento vital te encuentras?
Ha sido un año complicado, pero en lo musical me lo he pasado muy bien. Al final he lanzado una carrera musical en medio de una pandemia. ¡Sí, va “tutto bene”!
“Deben existir los malos momentos para poder aprender, conectar con lo básico y plantearnos las cosas”, comentabas la última vez que hablamos, con motivo del lanzamiento de tu primer EP, 135. ¿Qué conclusiones sacas en claro a raíz de la pandemia?
Me sorprendo cada vez más con la capacidad de adaptación que tenemos, de aceptar las nuevas realidades como si hubiéramos vivido así toda la vida. Creo que la gente está más introspectiva ahora mismo, todo el mundo se está prestando más atención a sí mismo. Creo que en el arte, la temática de la ansiedad va a ganar protagonismo.
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Vestido ERNESTO NARANJO, zapatillas HOFF Kensington (District Collection).
2020 ha sido un año importante para ti. Y es que, como adelantábamos hace un momento, desvelaste tu primer álbum al mundo. No obstante, esta no fue tu primera incursión en la música. Ya habías lanzado tu single Lo que no me dices en 2019, y tu propia versión del mítico single de Mecano, Hoy no me puedo levantar, entre otras. Y ambas se convirtieron en banda sonora de la popular serie Élite. ¿Qué ha supuesto este EP para ti?
135 es un retrato del momento que estaba viviendo. Son diferentes historias y momentos desde la cama, elemento que cogí como símbolo de vida. Pero al final lo que cuento es el momento vital por el que estaba pasando. Es muy importante para mí porque me permitió convertir un momento de crisis existencial en probar a hacer música, ha sido la primera vez que me he lanzado. Siempre hacía música para mi de forma privada, y ahora lo he compartido.
Cuando piensas en 135, ¿cuál es la primera imagen que se te viene a la cabeza?
135 son las medidas de mi cama, así que es evidente (risas). ¡Y el techo!
Y si el EP fuese un color, ¿cuál sería?
Rosa pastel, tiene un punto nostálgico, pero está todo envuelto en papel de caramelo.
Eran muchos los que ya te conocían gracias a tu trabajo como actriz en series como Buscando el norte, 45 revoluciones, Hierro o Campamento Albanta. Pero abrirse al mundo a través de la música, a la que te referías como “más sencilla” que la interpretación, supone ir un paso más allá. ¿Qué feedback has recibido?
Es curioso porque está bastante separado, hay mucha gente que escucha mi música que no sabe que también soy actriz. De repente hay algún iluminado que dice “¡esta es la actriz de Hierro!”. La música, al estar en plataformas, es mucho más internacional. Gran parte de mi público está en México y otros países, lo que favorece que esté separado. Creo que el que me conoce de las series es público más adulto, y el de la música es bastante más joven.
Además de cantar, compones y produces. ¿Qué parte del proceso creativo es la que más disfrutas? ¿Por qué?
La producción se me da bastante mal (risas). Hago mis maquetillas, pero con quien he estado produciendo todo hasta ahora ha sido Matías Eisen. Trabajamos juntos prácticamente a diario. Me encanta el mundo del estudio. La parte compositiva la hago sola, y en Lanzarote. No tengo mucho más que hacer y dedico todo mi tiempo a leer y escribir. Pero me gusta mucho convertir una idea en canción en el estudio. En cuanto a conciertos, he tenido pocos, pero espero que salgan muchos más.
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Full look LOEWE, zapatillas HOFF Toulouse (City Collection).
¿Eres muy autocrítica?
Sí. A veces escribes y salen temas, y luego te da como cringe de ti misma. Lo que me pasa es que hago algo y cuando lo termino no me gusta y no lo saco. Me arrepiento y no lo quiero sacar, y así eternamente. Me pasó también con mi primer single, Lo que no me diste. Te das cuenta de que la inseguridad significa tener el ego muy grande, estar demasiado pendiente de ti mismo. Y saber esto me ha ayudado mucho, a nadie le importa.
¿Cuándo empezaste a trabajar en 135 y cuánto tiempo le has dedicado?
Entre una cosa y otra, estuvimos alrededor de un año. Ahora estoy haciendo mi segundo álbum. Descartas unas, rescatas otras...
Definirse es limitarse, pero siempre existe la opción de crear etiquetas propias que se adapten a la realidad de cada uno. ¿Cómo definirías tu música? ¿La incluirías dentro de algún género musical concreto?
No lo sé, creo que definirlo desde uno mismo siempre es difícil. No pienso en un estilo concreto cuando lo hago, voy buscando sonidos que me gustan y vamos rellenando la canción hasta que suena lo que quiero. Pero sí que bebo de muchas fuentes, del hip-hop, del indie-pop, etc.
Si nos adentramos en tu estética a través de tus videoclips, vemos que todos comparten una identidad propia. Un lenguaje que, al igual que en la música, se vuelve reconocible. Luz natural, motivos propios de la naturaleza y una actitud relajada en la que pareces expresarte a través del movimiento. ¿Qué papel juega la imagen en tu visión creativa?
Le doy mucha importancia, la parte estética me gusta mucho y creo que suma al producto en sí. No es lo mismo hacer un videoclip en digital, nocturno y con luces de neón, que hacerlo en 16mm, de día y en la naturaleza. La canción no se va a percibir igual, no tiene nada que ver un lenguaje con otro. Es verdad que el primer EP es más luminoso, más suave y más pastel. Ahora estoy investigando otras cosas y quiero hacer algo diferente. También le doy mucha importancia a las portadas, había encontrado un artista alemán que me encantaba e hicimos una portada general y portadas para cada single. Me gusta mucho esta parte creativa.
¿Y qué nos puedes contar sobre este segundo álbum en el que estás trabajando? ¿Es una continuación de 135, o un nuevo episodio en tu aún incipiente carrera musical?
Estoy tardando porque estoy intentando planificarlo todo, y además necesita financiación y soy independiente, me lo pago yo. Me da mucha rabia estar demorándolo, se tarda mucho, más de lo que la gente se piensa. ¡Pero espero sacar un primer single ahora en mayo! Se notan mucho las canciones que están hechas prácticamente después de 135, y aquellas que he hecho recientemente y quiero incluir. Noto una evolución hacia un lado más oscuro, pero quiero mezclarlo todo. Quiero elegir bien cuáles encajan en el concepto en el que estoy trabajando, y en la elección final de todas veré el resultado.
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Full look DIOR.
Además de la financiación, otro de los pilares que contribuyen al éxito de un trabajo musical es la comunicación, la cual ha de empezar en uno mismo. De hecho, tu presencia en redes sociales también parece responder a un universo estético común. Los rosas empolvados y los escenarios playeros conviven con fragmentos de tus actuaciones musicales e imágenes junto a amigos. ¿Cómo es tu relación con las redes? ¿Son una herramienta fundamental en la promoción y difusión del trabajo artístico?
Comparto lo que hago, pero no me expongo demasiado. No subo contenido a diario, y probablemente tendría que usarlas más. Siempre de forma inteligente.
¿Y qué piensas de las colaboraciones entre artistas? ¿Hay alguien con quien te gustaría trabajar?
Hay algún artista con el que he colaborado, pero no lo voy a desvelar. ¡Tendréis que esperar a que salga! (Risas). No he hecho muchas porque me encierro en el estudio y hago mis temas, no nacen desde una propuesta de colaboración, pero sí estoy dispuesta a ello. Para las portadas de los discos sí hay artistas que me gustan con los que quiero trabajar y construir algo juntos. Me da miedo decir nombres hasta que se materialice…
Antes de acabar y teniendo en cuenta la incertidumbre del momento presente, ¿qué nos puedes adelantar sobre tus próximos proyectos? ¿Pretendes seguir compaginando la música y la actuación como vienes haciendo en los últimos meses?
Creo que las dos son súper compaginables. Desde Hierro no he vuelto a grabar nada, por lo que dedico todo mi tiempo libre a la música. He encontrado algo que me apasiona y a lo que dedicarle mi tiempo, porque en la interpretación cuando estás esperando estás desesperado. O trabajas sin descanso, o estás a la intemperie. Y yo con la intemperie me agobio muchísimo. Lo empecé haciendo porque me gustaba, y me siento súper orgullosa de que haya salido algo material de esta búsqueda. De todas las profesiones que existen, creo que son las más compaginables. La música la creas en los momentos que te apetece, no hay horarios.
¿Y un sueño por cumplir?
Me agobia pensar en el futuro, y con el paso del tiempo más aún. Me he dado cuenta de que disfruto mucho más pensando en los pasitos que tengo que dar a corto plazo.
Adaptemos entonces la pregunta al corto plazo. ¿Cuál es tu siguiente objetivo?
Quiero sacar ya mi álbum. ¡Y quiero hacer conciertos!
 
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Zapatillas HOFF Toulouse (City Collection).
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Total look LOEWE.
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Full look DIOR.
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Zapatillas HOFF Montreal (City Collection).
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Vestido ERNESTO NARANJO, zapatillas HOFF Kensington (District Collection).
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Corsé y pantalones JCPAJARES. En la foto de apertura, zapatillas HOFF East Village (District Collection).
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Pantalones  JCPAJARES, zapatillas HOFF East Village (District Collection).