Tan únicos como desplazados, sus pinturas las protagonizan freaks, inadaptados, seres incomprendidos, peculiares y excluidos. Las pinturas de este artista catalán florecen de una mirada observadora que contempla y visibiliza aquello que no todos tenemos el tiempo o coraje para admirar. Quizás por recelo, egoísmo o despiste. Y sea como sea, por su originalidad o extravagancia, sus pinturas pueden incomodarnos. Incómodo porque alecciona, porque nos despierta. Impresionan y transmiten. ¿Para qué sirve el arte, sino?
Nos saca de nuestra zona de confort, nos tienta, nos sacude, encontrándonos tan absortos como maravillados. Lejos de dejar a nadie indiferente, sus escenas, vacilantes y atrevidas ponen de manifiesto la magia camuflada tras el delirio, haciendo que estas yazcan en algún lugar entre lo perturbador y lo extraordinario.