En colaboración con la galería Howard Greenberg de Nueva York y con John Maloof, propietario del legado, llega por vez primera a España parte de la obra de Vivian Maier, encontrada y revelada en un curioso post mortem. La mirada apasionada de la babysitter sobre lo cotidiano, mantenida en un discreto secretismo, ve ahora la luz en la Galería Bernal Espacio.
De una estética apelativa y reconocible por todo amante de fotografía, Vivian Maier tenía perfecta conciencia de su talento. En un blanco y negro contrastado, recogiendo espejos, reflejos y sombras, en todas sus fotografías hay un sentido de tragedia, de definición de la condición humana. Sacadas mayoritariamente en un ángulo picado, Maier confería a cada uno de los retratados una magnitud, una complicidad única, posibilitada por el acercamiento total al espacio del otro. Pero solamente una pequeña porción de su trabajo, recientemente descubierto y recopilado por el joven Maloof tras haber adquirido una caja con negativos suyos en una subasta, ha sido revelado y expuesto. Se trata de una caza constante de las pistas de una fotógrafa anónima, sin familia y sin intención de fama. Su trabajo se compara hoy al de grandes nombres del medio como Diane Arbus, Robert Frank, Helen Levitt o Lissete Model.
Mito del fotoperiodismo y constantemente revisitada, Maier nos presenta la sociedad estadounidense de los años 50. Niños, escaparates vacíos, afueras de las metrópolis e innumerables autorretratos son algunos de sus encuadres favoritos. Recordada con su constante Rolleiflex en el pecho, se consideraba una espía de su tiempo. Caminando por las calles durante sus horas como canguro, con sus excéntricos sombreros, abrigos oversized y botas militares, Maier tenía una pasión compulsiva por sacar fotos y conservar un registro de todo, una ventana más allá de su ordinaria rutina.
Del 9 a 26 de septiembre, la madrileña Galería Bernal Espacio tendrá las puertas abiertas a todos los visitantes que quieran descubrir el mundo a través de la singular lente de Maier, casi perdida para siempre entre almacenes y cajas de subastas y ahora recuperada en Portrait (self) portrait: Vivian Maier.
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Vivian Maier. Chicogoland, n.d.
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Vivian Maier. Central Park, New York, 1954.​
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Vivian Maier. Frank Sinatra, 1960.
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Vivian Maier. New York, NY, 1954.
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Vivian Maier. Self-portrait, Chicago, n.d.
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Vivian Maier. Untitled, nd.​
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Vivian Maier. Untitled, nd.
                          © Vivian Maier / Maloof Collection. Cortesía: Howard Greenberg, NY / Bernal Espacio, Madrid.