Este joven diseñador lo tiene claro: para que cualquier trabajo creativo sea apasionante, hay que tomárselo como algo personal. Y él, además de uno, tiene dos. Víctor Nouman es arquitecto y diseñador de moda, y en la plataforma Teratoma Productions combina estas dos disciplinas que se complementan entre sí junto a Eugenio Fernández. Arrojamos un poco de luz sobre este madrileño fan de David Lynch, de las pequeñas historias que habitan en el día a día y, sobre todo, de divertirse haciendo lo que hace.
Hola, Víctor. Empecemos con las presentaciones: cuéntanos lo imprescindible sobre ti.
¡Hola! Me llamo Víctor Nouman, tengo 24 años y soy arquitecto y diseñador. Desde 2014 dirijo, junto con Eugenio Fernández, Teratoma Productions, una plataforma creativa dedicada a la arquitectura y la moda, de la que forma parte Nouman.
Has estudiado, como dices, tanto moda como arquitectura. ¿Siempre supiste que querías dedicarte a ambas disciplinas? ¿Qué fue primero?
No siempre lo supe. Empecé arquitectura y siempre tuve un gran interés por la moda, pero fue en cuarto de carrera cuando me di cuenta de que ambas disciplinas no eran tan diferentes. Me interesan mucho las pequeñas historias cotidianas que nos rodean, y la moda me permite de alguna forma intervenir en ellas.
¿Qué te aporta combinar estos dos conocimientos entre sí? ¿Qué tipo de visión obtienes al unirlos?
Creo que es algo que te amplía mucho la perspectiva, el flujo creativo es bidireccional. Consideramos que nuestro trabajo está basado en construir narraciones. Muchas veces, proyectos tan arquitectónicos como una casa se producen desde las prendas de sus habitantes y viceversa, como en las películas de Wes Anderson o de Woody Allen.
¿Cómo son los caminos hacia el desarrollo profesional en el mundo de la moda, en comparación con el de la arquitectura? ¿En qué se parecen y en qué difieren más claramente?
Son parecidos, como cualquier proceso creativo, y pueden ser muy apasionantes si te lo tomas como algo personal. Lo que me gusta de la moda respecto a la arquitectura es que todo va mucho más rápido, es más fresco y más accesible.
Tu última colección, Nouman’s Land, es muy artística, en el sentido más literal de la palabra; la segunda, Act II, era muy teatral, muy de contornos y de formas, de juegos visuales y de texturas entre la prenda y el cuerpo. ¿Qué tipo de referencias tenías en mente al principio para estas colecciones?
Nuestras colecciones son muy autobiográficas, y casi siempre parten de momentos muy específicos que nos obsesionan. La segunda colección, Act II, se genera precisamente a partir de una secuencia de la película Mulholland Drive, de David Lynch. En esta escena, la cantante Dolores del Río se desvanece en el escenario de un teatro prácticamente vacío, pero su voz sigue sonando en toda la sala. Esta situación genera una especie de alucinación en las dos protagonistas que observan desde el patio de butacas, y eso es lo que queríamos que estuviese muy presente en la ropa. Las referencias para la última colección, Nouman's Land, tienen que ver con el concepto de los niños perdidos y algunos proyectos del paisajista Burle Marx.
"Consideramos que nuestro trabajo está basado en construir narraciones."
Siguiendo un poco la línea de la pregunta anterior: ¿cómo es tu proceso creativo? Háblanos de lo que pasa por tu mente en el momento de diseñar.
El proceso creativo tiene que ser muy fresco: tienes que estar muy despierto a la hora de diseñar, tanto en arquitectura como en moda. Lo primero que hacemos es ver muchas imágenes de todo tipo, desde películas, Pinterest, Instagram… también leer mucho. Hay que estar abierto a los estímulos que te rodean, porque todo cambia muy rápido y es difícil localizar focos de interés real.
En referencia a tu faceta como arquitecto, además de tener tu estudio propio, Teratoma Productions, colaboras también con el Langarita-Navarro. ¿Qué tipo de proyectos llevas a cabo en estos estudios, especialmente en el Teratoma?
He colaborado con el estudio Langarita-Navarro hasta marzo de este año. En Teratoma desarrollamos proyectos en formatos y escalas muy diversas, tanto de investigación como de diseño. En la actualidad, estamos con un proyecto para un restaurante-invernadero, pero también andamos preparando alguna exposición y proyectos editoriales. Intentamos hacer todo lo que nos estimula y colaborar con gente cuyo trabajo nos inspira.
¿De qué trabajo realizado, ya sea en arquitectura o en moda, te sientes más orgulloso a día de hoy? ¿Por qué?
Cualquier proyecto, desde el diseño de un photocall hasta el de una prenda, puede ser una oportunidad. Todo lo que hemos hecho tiene interés para nosotros, también los errores. Podríamos decir que nuestro proyecto más mediático es el Technopicnic, que recopila muchos de los ingredientes que nos parecen imprescindibles. Y en cuanto a moda, la colección de la que estamos más orgullosos es la última, AW16/17, ya que creemos que incluye referencias a películas de las que somos muy fans, y que ha marcado un antes y un después en la línea que estábamos siguiendo.
¿En qué punto dirías que te encuentras ahora mismo como profesional, y adónde te gustaría llegar? ¿Cuál es tu meta más grande?
Creo que me encuentro en el inicio de mi carrera, donde todavía podemos decidir qué camino tomar y cómo definirnos. Para nosotros es muy importante divertirnos con lo que hacemos. Nuestra meta es encontrar una estética propia y construir una comunidad a la que le interese lo que hacemos. Aún queda mucho por descubrir, ¡y eso es siempre excitante!
¿Dónde vamos a poder encontrarte a corto y a largo plazo?
A corto plazo me podéis encontrar en mi estudio, trabajando en la próxima colección. A largo plazo… ¡nos encantaría estar trabajando en muchas ciudades a la vez!
