Sergio de Arrola se define como fotógrafo, ciclista y aventurero, tres pasiones que de forma espontánea ha unido y plasmado en su segundo libro, Rolling Habits: África. Una aventura en bici a través de África de 12.076km de longitud en la que Sergio ha hecho, como dice Erik Vroons, de “la carretera su musa.” Desde El Cairo a Ciudad del Cabo, un recorrido por diez países –entre ellos algunos tan conflictivos como Sudán–, en un medio de transporte que cae bien e invita a hacer amigos. Tras exponer algunas de sus fotos en Rotterdam y Amsterdam, presentó su libro en Barcelona, donde tuvimos la oportunidad de charlar con él y descubrir más sobre su visión y búsqueda. 
Hola Sergio, primero de todo háblanos un poco de ti, de tus comienzos como fotógrafo y de Rolling Habits.
Es una historia un poco ridícula, pero por qué no contarla. Mis padres me regalaron un kit de Indiana Jones con 8 años. El kit traía una cámara e imagino que una chaqueta de polipiel y un sombrero para meterte en personaje. Al sombrero y a la chaqueta no les hice mucho caso, pero a la cámara sí. Por ahí deben de estar los primeros disparos de mi vida clasificados en un álbum… Pasaron por mis manos muchas cámaras réflex Canon con las que documentaba mis viajes y la vida de mis amigos. Más tarde lo convertí en una “profesión” y trabajé haciendo fotos y vídeos de todo tipo para ganarme la vida. En 2011, cansado de experimentar y de sacar “fotos bonitas” intenté profundizar más en mi estilo. Descubrí que no es fotógrafo el que hace fotos, es fotógrafo el que cuenta historias, el que va más allá de la estética y desarrolla un lenguaje creando su propia voz. Así que, armado con la misma cámara, siempre con el mismo carrete en blanco y negro y un 50mm, me enfrenté a mi mundo para tratar de descubrir lo que de verdad me gusta, lo que me motiva y lo que quiero contar. En ese momento es cuando creé mi blog Rolling Habits para ir vomitando literalmente todo el trabajo que salía de mi laboratorio.
Dices que eres fotógrafo, ciclista y aventurero, ¿que te empujó a unir estas tres pasiones y plasmarlas en dos libro?
Siempre digo que soy estas tres cosas en este orden, de mayor a menor. Aventurero poco. Me gustan mucho los hoteles de cinco estrellas con servicio de habitaciones y los spas con baños turcos; aunque también dormir en el desierto solo o en la parte de detrás de una furgoneta con un saco malo. Estoy esperando el momento en que me haga viejo y me deje de gustar, pero por ahora ni se asoma. Mi amiga Tati, que comparte mis gustos, lo define como ‘’punki delux’’ y creo que ilustra muy bien el concepto.
La bici me ha cambiado la vida. Sé que puede sonar hippie, pero así es. He montado en bici desde pequeño, pero mi afición fuerte viene a raíz de las bicis de piñón fijo. Hace ya unos años largos monté mi primera bici con un cuadro viejo de carretera. Ahora mismo no tengo coche, tengo seis bicis en casa y me siento mucho mejor mentalmente y físicamente. La fotografía es mi forma de expresión más natural. En el futuro me gustaría investigar en nuevos medios y combinarlos con la foto.
La unión de estas tres pasiones fue muy espontánea y me siento muy cómodo con ello. Creo que cada uno tiene que contar algo de sí mismo, dar una visión concreta de algo, y la mía es esta.
Sergiodearrola Metalmagazine 7.jpg
África es un continente enorme en el que desgraciadamente hay muchos conflictos religiosos y políticos, ¿qué te llevó a decantarte por este continente? ¿Qué esperabas encontrar en él?
Pretendía cruzar Rumania, que todavía está en la lista de cosas por hacer. Pero al pedir a mis amigos de Dosnoventa que me dejaran una bici para el viaje, me cambiaron la idea y me metí de lleno a organizar el viaje africano.
Como dices, África es un continente lleno de conflictos. Afortunadamente no me encontré con ninguno de frente, aunque soy consciente de que pasé muy cerca de alguna zona en la que estaban pegándose tiros. No soy de crearme muchas expectativas, así que me planté en El Cairo a ver qué era lo que venía, y me encontré en 20 días con una neumonía con un derrame pleural que casi me deja fuera de juego. Ese fue el recibimiento y el aviso que me dio África apenas llegué. Así que creo que me enteré muy bien de que no es un juego: es duro y muy distinto al estado de bienestar que tenemos en Europa o en otros lugares del primer mundo. Imagino que esto me puso en situación para poder contar de una manera más veraz lo que me fui encontrando.
Algunos de los personajes que aparecen en las fotos parecen ser colegas tuyos, ¿cómo logras esa cercanía con la gente?
Hay situaciones muy diferentes en el libro. Desde encuentros casuales y rápidos en medio de la carretera hasta gente con la que he pasado varias horas o días. Por ejemplo, en este libro hay muchos retratos mientras pillaba o fumaba hierba. Son retratos en los que se ve cercanía, despreocupación y actitudes muy relajadas. A raíz de esto, quiero empezar una serie que por ahora se llama International Stoners, en la que me gustaría retratar distintos grupos de fumetas por el mundo. Es un estilo de vida en el que las actitudes y modus operandi son bastante parecidos, a pesar de las diferencias culturales o religiosas de cada país o zona, y esto me resulta muy atractivo de retratar.
La razón más importante por la que parecen colegas míos no soy yo o mi cámara, sin duda es la bici. Es una parte muy importante de mi trabajo. Un retrato es en cierta manera el reflejo del fotógrafo. Y yo cuando viajo no soy solo una persona, soy una persona en una bici, un tipo sudado que recorre tu país. La bici es pacífica, amable y positiva, y por eso se puede apreciar tanta cercanía e incluso amistad en mis fotos.
Debes de tener miles de anécdotas del viaje, ¿hay alguna que no vayas a olvidar nunca?
Una desagradable, pero que la recuerdo muy divertida también, fue cuando Dj Peace –un chaval al que traté como si fuera mi hermano durante dos días en Arusha (Tanzania)– me agarraba del brazo para que le diera una propina. La situación era muy violenta y cada vez me apretaba del brazo más fuerte, así que tiré la mochila al suelo, le pegué cuatro gritos y me puse en posición de combate. El pobre chaval se cubría la cabeza mientras me pedía clemencia. No aguanto el trato que algunos locales te dan cuando viajas. Por mucho que estés en un país lejano al tuyo, somos todos seres humanos y el mundo es de todos. Cuando encuentro a un extranjero en mi país intento que esté cómodo y tratarle como a mí me gustaría que me trataran, pero hay gente que no lo tiene claro. A pesar de todo esto Dj Peace está en mi libro fumando dentro de un coche. (Perdona amigo, ¡fue la única salida que vi ante la situación en la que me pusiste!) La más agradable fue cuando el que luego ha resultado ser mi mecenas, Hans Versluis, el holandés maravilloso que ha pagado todo el libro y la exposición, me ofreció la posibilidad de colaborar juntos. Estábamos en Namibia, en el medio de la nada, cerca de Solitaire, y así sin más me comentó esto: “¿Por qué no hacer un libro juntos?’’ Lo más mágico de todo es que el siguiente retrato que hice fue a dos hermanos que se llamaban Hans y Frans. Ahora Hans Versluis es como mi padre, mi tío, mi hermano y mi mejor amigo holandés. Se lo debo todo y le quiero con toda mi alma.
Sergiodearrola Metalmagazine 8.jpg
Vemos que prefieres la fotografía analógica y que te gusta el formato panorámico, ¿qué cámara y óptica sueles utilizar? 
Suelo utilizar una Leica M6 con un 50mm de Konica. Para este viaje me hice con una Hasselblad Xpan, también de 35mm y con una óptica de 45mm casi de formato medio, pero con la posibilidad de disparar en doble 35, lo que hace un formato panorámico muy atractivo para todos los paisajes que me he encontrado. He descubierto que es increíble para combinar retratos y paisajes en la misma foto, así como para situaciones con varias personas. Es un formato muy cinematográfico que te permite contar historias más complejas en un solo fotográma.
Tras el viaje, ¿has cambiado la percepción que tenías de África? ¿Qué te llevas de esta nueva aventura?
Me llevo un agujero en el pulmón gracias a la neumonía que pillé en Sudán, un cuadro de bici partido, la pantalla de mi móvil y de mi ordenador y alguna cosa más. Además me llevo la experiencia de conocer en profundidad un continente increíble, unos cuantos amigos para toda la vida y la buena sensación de haber acabado esto a pesar de todos los factores que se pusieron en mi contra.
Para terminar, cuéntanos, ¿tienes algún viaje en mente?
Ahora mismo estoy metido de lleno en mi nuevo proyecto de libro, Brotherhood: A year inside Dosnoventa. Es un proyecto documental durante un año retratando la escena del piñón fijo a lo largo y ancho del mundo. Venimos de Nueva York y en 15 días nos vamos a Corea del Sur. Mi siguiente viaje en bici en solitario quiero que sea entre Ucrania y Venecia pasando por Rumania. Pero quién sabe lo que deparará el futuro.
Sergiodearrola Metalmagazine 2.jpg
Sergiodearrola Metalmagazine 1.jpg
Sergiodearrola Metalmagazine 4.jpg
Sergiodearrola Metalmagazine 6.jpg
Sergiodearrola Metalmagazine 5.jpg