Primero surgió el concepto, el nombre quisimos que apareciera de forma orgánica, y así fue. Cuando decidimos crear ropa de cama, de manera genuina compusimos el imaginario de Santa, un seguido de formas modeladas por la Tramuntana dejando insinuar figuras humanas con un aspecto divino en un entorno natural único, con la misión de transmitir la esencia de nuestra tierra, humanidad, y en un cierto modo espiritualidad; una forma de conexión entre el ser humano, la naturaleza y el dormitorio, nuestro templo.
Cuando unimos todos los puntos nos dimos cuenta de que necesitábamos un nombre que rápidamente se relacionara con algo místico, pero realmente no queríamos encasillarnos en ninguna religión ni creencia. Es algo más conceptual inspirado en la cultura clásica; reforzado por el logo, basado en una cruz griega, un elemento muy arquitectónico y geométrico, con dos barras paralelas en vertical que nos simbolizan a nosotros.