Me invento historias continuamente, sueño despierta, me pasa desde que era pequeña, canalizo mis dudas existenciales a través de historias inventadas que son ficción pero me retumban igualmente. Me inventé Niño Reptil Ángel, por ejemplo, estando tumbada en el césped, al lado tenía un estanque con ranas y yo miraba el cielo. Es la historia de un niño que nace deformado antes de hora, con manitas de sapo y pecho morado, desde un medio acuático como es el vientre de su madre, una especie de figura mitológica, medio humano medio reptil, que no consigue sobrevivir y sube al cielo convertido en ángel. Desde allá nos protege, llora y sus lágrimas llenan pozos y ríos, dándonos agua dulce para vivir… No quería que fuese una canción terrible porque tendemos siempre a asociar la muerte con algo oscuro, quería explicar la historia desde la ternura y la belleza.
Detrás de esa imagen hay un mensaje mucho más profundo, Niño Reptil Ángel representa el cuerpo no normativo, el miedo, la vulnerabilidad, la espiritualidad, dónde situamos la belleza y porqué la situamos ahí.