A mediados del siglo XV, con la imprenta de Gutenberg, aparecen una serie de almanaques que contienen las primeras formas de publicidad impresa. La imprenta permitió una mayor difusión de los mensajes publicitarios, y con la creación de nuevas ciudades, la publicidad se consolida como instrumento de comunicación. En Estados Unidos y en Inglaterra evolucionó a finales del siglo XVIII durante la revolución industrial. Apareció un nuevo oficio: el agente de publicidad.
En 1872, el catalán Rafael Roldós, pionero de la publicidad en España, fundó en Barcelona la primera agencia del país. A principios del siglo XX, las agencias se profesionalizan y la creatividad comienza a ser considerada como un factor determinante para elaborar un anuncio publicitario. Con la llegada de la sociedad de consumo, los anuncios de todo tipo forman parte de las vidas ordinarias.
En la actualidad, los canales por los cuales recibimos impactos publicitarios se han multiplicado. Las agencias se han reinventado y lo han hecho de la mano de una nueva generación de visionarios. Una de las más punteras es la agencia internacional DDB, que fue considerada Agencia del Año de los Premios Eficacia en 2017, 2018 y 2019. La Directora General de DDB Barcelona es Sam Júdez, una mujer intrépida, apasionada de su trabajo y con una actitud proactiva que contagia.
Durante el confinamiento la agencia se ha adaptado y ha seguido dando respuestas a sus clientes, entre los que se encuentran las empresas más importantes del país: Audi, Aldi, Affinity, BBVA, Volkswagen y Telepizza. Algunas de las campañas ideadas por Sam y su equipo durante el estado de alarma ya las estamos viendo por televisión y, si os fijáis bien, todas tienen un hilo conductor: la excepcionalidad como una oportunidad en positivo.