El pasado viernes en la Sala Hiroshima, los rotundos protagonistas fueron la exploración de distintos materiales, sonidos y movimientos, y el diálogo que estos mantuvieron entre sí. Rodrigo, Paulo y Emiliana, –esta última, bajo el nombre artístico Kinética–, los artistas de esta experiencia visual y sensorial que se encuentra a medio camino entre la performance cinematográfica y la instalación sonora, llegaban desde Chile con esta pieza extrasensorial de formato innovador. Estos creadores han obtenido importantes distinciones, entre las cuales destacan Mejor artista de música electrónica, Mejor intérprete de danza contemporánea y el Premio Especial a la trayectoria en el Festival de Diseño Audiovisual de Valdivia y el EMPAC Dance Movies Comission de Nueva York.
Y con la intención de sumergir al público en un estado hipnótico y sugerente, este juego óptico y sonoro experimenta con el concepto de ruido –el fenómeno del ruido como un sonido erróneo y anómalo–, para desde ahí poder crear distintos efectos abstractos y poéticos. Los artífices de este proyecto han creado un espacio libre de reglas y limitaciones, donde todas las disciplinas artísticas tienen una voz y muchas ganas de hablar. El espectador se convierte en implicado observador de cómo estas disciplinas artísticas se encuentran a mitad de camino y van desarrollando una conversación entre todas ellas, enriqueciéndose unas de las otras. Un estimulante diálogo en el que todas tienen mucho por contarse.