Mario y Samuel, jóvenes de Zaragoza, con solo batería y contrabajo, han ido recorriendo un camino en el mundo de la música que, aunque solo hayan dado sus primeros pasos, puede suponer un ejemplo para muchas otras bandas. Su espíritu libre, sin ataduras creativas, es su principal arma a la hora de enfrentarse a la industria y a un público que, sorprendido, jamás se espera lo que van a realizar cuando se suben a un escenario. No les mueven la fama o los likes en Instagram, lo único que quieren es divertirse, pasar un buen rato y sacar una sonrisa y un baile a todo aquel que se pare a escucharlos.