Si piensas que el movimiento de tu muñeca al lavarte los dientes es irrelevante, te equivocas. La artista
Rosana Antolí es capaz de convertir cualquier gesto del día a día en una coreografía, una performance o un vídeo. Artista pluridisciplinar con una carga conceptual muy fuerte, Rosana insiste en que la emoción en su trabajo es primordial. Y es que después de grabar decenas de movimientos cotidianos por el East End de Londres, crear una performance que critica y denuncia las
Antropometrías de Yves Klein, o hacer que la gente diera besos al vacío mientras escuchaba instrucciones sobre cómo hacerlo en una habitación roja, se puede afirmar que la obra de Antolí no deja a nadie indiferente.