A estas alturas es casi imposible no haber oído a hablar de
Rosalía, la artista que está derrumbando las barreras entre el flamenco y el siglo XXI. Quizá es precisamente porque tiene un pie en la tradición y otro en la experimentación más contemporánea por lo que resulta tan complicado definirla con pocas palabras. Camaleónica, moderna, magnética, presente. Su forma de entender el arte no tiene límites —ni de forma, ni de contenido— porque viene de ella, de una expresión libre y personal, que ataca lo más íntimo desde un lenguaje universal como es la música. La buena música, en este caso. Hablamos con ella, para conocerla un poco mejor y saber qué se trae entre manos, y aprovechamos para presentar el trabajo que ha realizado con el fotógrafo
Javier Castán, una editorial con estilismos de Maria Ke Fisherman. Una prueba más de que Rosalía no se encariña con una sola etiqueta.