Pues, volviendo la vista atrás, nos conocemos en septiembre de 2011. Yo estaba trabajando de azafata en un stand en Cibeles durante la semana de la moda, y un día decidí colarme en su desfile con mi cámara. Nunca había estado en pasarela ni había hecho nada relacionado con la moda, y me hacía una ilusión tremenda saber cómo era. Tomé algunas fotos. Al finalizar el show, y después de que los de seguridad corrieran detrás de mí un rato, volví a mi puesto de trabajo como si nada. Al llegar a casa, edité las fotos y las subí a mi Facebook. A la mañana siguiente, cuando estaba dispuesta a volver a mi puesto de trabajo en el stand de Cibeles, miro mi perfil y tenía muchísimos más "me gusta" de lo habitual. Demasiados. Entre ellos estaba el de María Escoté, y lo acompañaba con un mensaje público que decía algo así como, “quién eres y de dónde salen estas fotos. ¡Las quiero todas!” Esa misma mañana, María pasó por el stand para conocerme junto con Carlos Diez, y escribió un post en el blog que llevaba por aquel entonces en Harper’s Bazar contando nuestra historia acompañada por todas mis fotografías. El factor sorpresa fue para ambas. Desde entonces, trabajo para ella directamente en backstage y ando por allí como si de mi propio estudio se tratara. María Escoté es la protagonista de mi cuento de hadas.
Lo que más me gusta de nuestra relación artística es que nunca me ha dicho qué tengo que hacer ni qué espera de mí con las fotos de backstage. Mi estética con ella no es siempre la misma, en algunas colecciones he cortado cabezas a todas las modelos y lo he presentado todo en blanco y negro, en otras he puesto títulos y subtítulos como si fuera un cartel y escenas de algún thriller. Ambas nos divertimos trabajando, creo que esa es la clave del éxito #escotécopado.