Se conocieron trabajando en un e-commerce para una empresa de calzado hace 3 años, y ahora lideran una de las marcas de joyería más interesantes de la escena actual. Carla Barral y Javier González se decidieron a fundar Rígido, un proyecto en el que presente, pasado y futuro se unen para canalizar sus propias inspiraciones y referentes, aprovechando el profundo legado artesano de su tierra natal, A Coruña. Ahora presentan su nueva colección, Experimental Drift. Una propuesta más madura en términos estéticos y creativos que, acompañada de la inteligente estrategia de comunicación e imagen por la que han apostado desde que fundaron la marca justo un mes antes del inicio de la pandemia, promete ser un éxito.
De la inversión inicial que conlleva emprender a la búsqueda de orfebres capaces de entender su imaginario artístico, no son pocos los obstáculos que Rígido ha tenido que superar en su primer año de vida, periodo en el que han demostrado una plausible resiliencia a través de la superación constante y la reivindicación de la diversión en el trabajo.

“Tendemos a aburrirnos relativamente pronto de determinadas ideas, por lo que siempre estamos buscando inspiración”, explica el tándem creativo, quienes no dudan en reconocer a España como uno de los países referentes en joyería. “Pero no tanto en innovación, en ese sentido vemos un largo camino que trazar”, añaden. Prefieren ser cautos cuando les preguntamos por sus próximos proyectos, lo que evidencia los efectos de haber levantado un negocio en mitad de una crisis sanitaria. “De cara al futuro, es posible que nos adentremos en nuevos proyectos que no estén relacionados con la joyería”, nos adelantan.
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Carla, Javier, a principios de 2020 os decidisteis a emprender vuestro proyecto más personal: Rígido. Un estudio de joyería con base en A Coruña en el que canalizáis vuestras emociones respetando la naturaleza de los materiales. ¿Cómo os conocisteis? ¿Cómo fue el proceso desde que planteasteis la idea inicial hasta que disteis respuesta a vuestras inquietudes a través de la firma de joyería?
Rígido empieza en febrero del 2020, pero se ha estado gestando desde 2017, año en que nos conocimos, trabajando conjuntamente en un e-commerce de una empresa de calzado. Conectamos muy rápido y teníamos las mismas inquietudes artísticas y profesionales, por lo que la idea de un proyecto en común empezó a aflorar. Al principio no teníamos claro sobre qué trataría, pero los pilares estaban claros: un proyecto propio radicado en Galicia que aunase diferentes ramas artísticas desde el diseño, la fotografía o la dirección creativa. También teníamos claro que queríamos explorar un camino donde fuésemos nuestros propios jefes, y poder gestionar todo lo que concierne a una empresa desde nuestra visión.
Con el paso del tiempo, Javi se dio cuenta de la gran oportunidad que teníamos siguiendo el legado orfebre del padre de Carla, joyero con años de experiencia a sus espaldas, pudiendo así reivindicar el legado cultural que la artesanía –y especialmente la joyería– tiene en nuestra localidad, A Coruña, desde un punto de vista propio y adecuado a nuestra estética.
“El gran reto ha sido comunicar sabiendo la dificultad por la que han pasado tantísimas personas”, comentabais en una entrevista anterior. Y es que es importante destacar que Rígido ha crecido en un ecosistema marcado por la incertidumbre y el desconsuelo derivado de la pandemia mundial. ¿Qué otros obstáculos os habéis encontrado a lo largo de esta primera fase?
La pandemia ha supuesto el mayor obstáculo una vez la marca ha visto la luz, ya que un mes después de nuestro lanzamiento ocurrió todo. En sí el desarrollo de una marca, en cuanto a emprendimiento se refiere, es complicado. Necesitas ser constante y trabajar mucho mentalmente para poder lidiar con los obstáculos, que no son pocos.
Los principales obstáculos han sido, en primer lugar, encontrar artesanos con los que poder trabajar. Hay parte de nuestro proceso productivo que lo hacemos en nuestro propio taller, pero hay otra que la realizan artesanos de nuestra localidad. Hasta dar con orfebres con los que realmente poder formar un equipo de trabajo, que entendiesen nuestra marca y el producto que queríamos ofrecer, nos llevó un tiempo y bastantes prueba-error por el camino. Ahora formamos un gran equipo con el que poder trabajar mano a mano, convirtiéndose en algo indispensable.
¿Con qué otros problemas os habéis encontrado?
En segundo lugar, la limitación de movilidad y lo que esto conlleva, y la postergación de eventos y ferias, lo cual no nos ha permitido poder presentar nuestra marca a nivel internacional; algo que teníamos planteado prácticamente desde nuestra salida. Hay una parte de estos obstáculos que está asociada a tu propia capacidad financiera. Necesitas estar en todos lados e invertir sin parar para poder llegar a consolidarte. Lo que sí teníamos claro era que no queríamos endeudarnos con este proyecto, por lo que todo lo invertido ha salido de nuestro propio trabajo.
De todos modos, demasiadas veces abruma todo el ecosistema de una marca. Es importante destacar el reto de la confianza. En un clima como el actual, resulta complicado que retailers y tiendas confíen en un proyecto nuevo y arriesgado de cara a apostar por tu producto. Y por último, el valor joyería. Sí que es cierto que a nivel España, y esto es una visión personal, creemos que se apuesta más por la bisutería que por la joyería. La importancia de los materiales con los que se produce queda relegada frente a un diseño innovador o un precio competitivo. Otros mercados valoran más lo que hay detrás de los productos, desde los materiales hasta su modo de fabricación. Esto hace que España sea un país más complicado a la hora de asentar nuestra marca.
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Del consumo responsable a la economía circular, sin dejar de lado a vuestro entorno más cercano y la importancia que concedéis a la diversidad en vuestro imaginario. Da la sensación de que vuestro proyecto es el resultado de reunir lo mejor de distintas épocas en una idea común. El trabajo artesanal de antaño, los castings heterogéneos actuales, etc. ¿Qué os inspira más: el pasado, el presente o el futuro?
Justamente es lo que intentamos, rescatar del pasado las buenas prácticas, sobre todo en lo que a producción se refiere, y traer del futuro lo que esperamos de él para crear un presente que aúne todo lo que nos define. Así que, contestando a tu pregunta, no hay una época específica, sino que intentamos empaparnos de todo lo positivo que cada una de ellas nos pueda aportar. También es cierto que es un proyecto que nos representa, reflejando gran parte de lo que somos a nivel personal, por lo que nuestras propias inspiraciones o referentes vienen de distintas épocas. Y Rígido es el canalizador de todo.
¿Tuvisteis claro desde un primer momento que vuestras piezas debían ser unisex?
Desde el principio quisimos darle el carácter unisex, sobre todo porque no queremos ni contemplamos a nivel estético la diferenciación entre géneros. Creemos y apoyamos este mensaje en nuestra vida personal, y lo hemos querido trasladar a la marca.
Tras la buena acogida de vuestra primera colección y habiendo hecho de Instagram una efectiva plataforma a la hora de tomar el pulso a la calle en lo que a gustos e impresiones se refiere, ahora presentáis vuestra nueva colección, Experimental Drift. ¿Cómo la definiríais en una sola frase?
Experimentación en estado puro. Realmente tratamos de condensar en el nombre de la colección, la vibra de lo que ha sido todo el proceso y lo que queríamos transmitir. Ha sido una deriva experimental en toda regla.
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Sin renunciar a vuestra identidad, en esta nueva propuesta vais un paso más allá en términos de riesgo cromático. El dorado y el plateado dejan paso a amarillos, verdes, naranjas y verdes flúor. ¿Es esta colección un punto de inflexión en vuestra aún incipiente trayectoria como marca?
Desde luego, queremos seguir creando y sacando nuestro lado más artístico. Sabemos que, como todo, hay que tener un balance, pero divertirnos con lo que hacemos era una de nuestras premisas a la hora de crear nuestra marca. Esta colección es un punto de inflexión en lo que a madurez se refiere.
En la primera colección, el proceso productivo estaba centrado en el propio diseño de las piezas. Es decir, las piezas se fueron dibujando y haciendo bocetos para luego darle forma sobre el propio metal, y lograr así a través del retoque de prototipos la pieza final. En Experimental Drift ha sido Carla quien ha ido moldeando y esculpiendo directamente las piezas sobre la cera. Es una colección que nos representa mucho más, por lo que no es solo una madurez a nivel productivo, también a nivel conceptual y creativo. De todos modos, siempre hemos entendido la marca como una especie de hub creativo.
Tenemos una inteligencia estética que nos juega malas pasadas, ya que de casi todo podemos ver algo bello. También somos medio neófilos, tendemos a aburrirnos relativamente pronto de determinadas ideas, creaciones, por lo que siempre estamos buscando inspiración. Así que no sé por dónde saldremos en la próxima colección.
No hay duda de que la experimentación continua es uno de los pilares sobre los que se construye Rígido. Una premisa que, de no aplicarse adecuadamente, corre el riesgo de confundir al público y diluir la esencia del proyecto entre continuas innovaciones y cambios. ¿Cómo encontráis el balance entre la novedad y la preservación de vuestro ADN?
Puede llegar a ser un problema a nivel de comunicación, marketing e identidad de marca, pero creemos que en ese sentido no somos demasiado políticamente correctos. Si tuviésemos que continuar en 5 años haciendo sellos, o haciendo piezas experimentales durante media década, creo que dejaríamos Rígido. Al final, como te decíamos, Rígido es una extensión de nuestra vida. Vamos cumpliendo años, nuevas inspiraciones y gente nueva entra en el proyecto: Adri, Dani, Park. Es una especie de necesidad vital. Si no tuviésemos esto, creo que no estaríamos haciendo algo honesto, pero quizás sí ganaríamos más dinero (risas).
Y es que, si hay algo que ha propiciado la necesidad de estímulos visuales constantes, han sido las redes sociales. Más aún en un ámbito tan ligado a la estética como es la joyería. ¿Cómo es vuestra relación con las redes y cómo las utilizáis para expandir vuestro mensaje?
Carla: Cada vez tratamos de pasar menos tiempo en redes sociales para concentrarnos en el producto y en el diseño e imagen, que es lo que realmente nos hace felices y apasiona. Es una buena herramienta para conocer gente y tener un acceso a la exposición que no podríamos haber logrado de otra manera, por eso damos las gracias, pero a veces se convierte en algo que agota mucho mentalmente, y también es necesario ver la vida desde un prisma más terrenal.
Javi: A mí me gustan a nivel visual para ver la creatividad de la gente, también como marca. Como dice Carla, nos permite llegar a personas que hace un tiempo jamás habríamos pensado. Pero es cierto que corremos el riesgo de que al final todo se centre en la imagen y el producto quede 100% diluido por las personas que lo anuncian, sus vidas, sus mansiones... Para mí, el monopolio que Facebook e Instagram ejercen sobre el resto de empresas me parece exagerado, la verdad. Les quiero, pero también les odio.
A nivel influencers, pues qué te puedo decir… Nos gusta generar una comunidad de personas que se sientan identificadas con Rígido, pero creo que la utilización masiva de estas figuras para comunicar cualquier tipo de producto también se ha desmadrado. Como marca pequeña no podemos invertir demasiado ahí, simplemente intentamos colaborar con perfiles que nos gustan y que nos enorgullece que lleven nuestras piezas más allá de la publicidad. 
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¿En qué momento se encuentra la joyería actualmente? ¿Es España un referente en lo que a innovación en esta disciplina se refiere?
Nos cuesta decir si es un buen o mal momento; es como todo, según el prisma desde el que se vea. La bisutería vive el mejor de sus momentos, y vemos que ha venido para quedarse. Los materiales de fabricación, que es lo que hace significativa la diferenciación entre estos dos términos, cada vez son menos relevantes para el público general, y hay una búsqueda de diseño y consciencia cada vez mayor, por lo que podemos ver. Creemos que España, a nivel joyería, ha sido y es un gran referente en esta disciplina, pero no tanto en innovación, en ese sentido vemos un largo camino que trazar
¿Y qué nos podéis adelantar sobre vuestros próximos proyectos? ¿Os veremos colaborar con alguna otra marca en un futuro cercano?
Preferimos ser prudentes con nuestros próximos proyectos, pero vamos a seguir esta línea que hemos adoptado de seguir experimentando, no solo en el ámbito de la joyería, sino que nos gustaría adentrarnos en otras disciplinas.Las sinergias con otras marcas y artistas son fundamentales, el apoyo mutuo y el aprendizaje nutren tanto a nivel personal como profesional. Cómo te decíamos, entendemos Rígido como un hub creativo, por lo que de cara al futuro, es posible que nos adentremos en nuevos proyectos que no estén relacionados con la joyería.
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