De la inversión inicial que conlleva emprender a la búsqueda de orfebres capaces de entender su imaginario artístico, no son pocos los obstáculos que Rígido ha tenido que superar en su primer año de vida, periodo en el que han demostrado una plausible resiliencia a través de la superación constante y la reivindicación de la diversión en el trabajo.
“Tendemos a aburrirnos relativamente pronto de determinadas ideas, por lo que siempre estamos buscando inspiración”, explica el tándem creativo, quienes no dudan en reconocer a España como uno de los países referentes en joyería. “Pero no tanto en innovación, en ese sentido vemos un largo camino que trazar”, añaden. Prefieren ser cautos cuando les preguntamos por sus próximos proyectos, lo que evidencia los efectos de haber levantado un negocio en mitad de una crisis sanitaria. “De cara al futuro, es posible que nos adentremos en nuevos proyectos que no estén relacionados con la joyería”, nos adelantan.