Siempre me gustó el reto de experimentar con nuevas disciplinas artísticas, me considero un autodidacta curioso. Creo que dominar varias técnicas da más libertad a la hora de transmitir un mensaje… Pero no me considero un experto, reconozco que todavía me quedan muchas cosas por aprender: esto me motiva especialmente a la hora de afrontar un nuevo proyecto. Lo mejor es olvidar los miedos y sorprenderse a uno mismo.
Sí, de pequeño ya destacaba en el dibujo. Dibujando e inmerso en mi mundo de fantasía, era feliz. Y acabé estudiando ilustración. Empecé trabajando como diseñador gráfico e ilustrador al mismo tiempo que iniciaba mi trayectoria como artista plástico. Luego, poco, a poco, fui ganando experiencia y evolucionando… Y, a día de hoy, sigo en ello.
En realidad no hay mucha diferencia, en todo el mundo hay gente con interés y sensibilidad hacia el arte. Pero sí que es cierto que hay países donde la gente está mas acostumbrada a comprar una obra de arte que en otros. Es un factor cultural, supongo, aunque el nivel adquisitivo también influye.
Bueno… Se trata de transmitir o, mejor dicho, sugerir un mensaje, una idea o un concepto. Pero de una manera sutil y contundente, dura y amable al mismo tiempo. Normalmente, dejo que el proyecto fluya hasta materializarse. De la primera idea hasta la obra final, hay todo un viaje de dudas. Es difícil saber desde el principio cómo acabará.
La respuesta es fácil: ¡soy daltónico! Bueno, un poco daltónico, no del todo: tengo algunos problemas para ver según qué colores. Pero también creo que el color, si no es importante para la obra, no hace falta… Aunque, ahora que vivo en México, es algo que podría cambiar para mí.
Últimamente he pasado muchos momentos caminando por la naturaleza, disfrutando de las montañas y de sus bosques. Esto, sumado a que mi pareja, Laura, es geóloga, inevitablemente ha influenciado en mi obra reciente. Mediante mis últimos trabajos he querido, de alguna manera, juntar estas dos pasiones.
No lo sé, supongo que me apasionan como objeto. El cómo un simple órgano puede ser tan importante, tener tantas connotaciones, tantas lecturas y tantos significados en nuestra cultura: para mí es como la víscera del sentimiento, la representación del amor y del dolor, el latido del alma que nos mantiene vivos.
Al acabar los estudios, Jordi Santamaría, Josep María Galceran, Mario Tarragó y yo decidimos montar nuestro propio estudio de diseño gráfico e ilustración. De esta unión surgieron varios proyectos como La Caixa d´Art o El Libro es el Lugar, en los que también colaborábamos con escritores, poetas, músicos, fotógrafos… Aunque ahora cada cual haya ido por diferentes caminos, nos une una gran amistad y seguimos colaborando juntos de vez en cuando.
Lo que más me llena es ver que mi obra puede llegar a la gente, conmover consciencias, emocionar y no dejar indiferente al espectador. Lo que más vacío me deja es, precisamente, ver lo vacío que puede llegar a ser, a veces, el mundo del arte.
Visité el Museo de Antropología de México DF hace poco, lo recomiendo mucho. Quedé muy impresionado, pero solo pude ver la mitad… ¡Es enorme! Hacen falta unos tres días para verlo con calma.
Ahora el proyecto Cors de Pedra, que no considero cerrado: me gustaría ampliarlo y culminarlo en forma de libro. Pero también estoy pensando en proyectos nuevos que, de momento, son un secreto hasta para mí…¡Todo se andará!










