Llega el frío y aún así, queremos hablar de refrescarnos, y más que nunca, porque el nuevo proyecto de la polivalente Olga de la Iglesia, Refresco, es mucho más que esas prendas ligeras y estampadas a todo color que nos hacen pensar en baños al sol. Olga, junto a su socio Javi Reyes, se proponen descubrirnos el auténtico Caribe: su arte, su gente y su ambiente. Refresco abre una ventana hacia un lugar que apetece explorar, y nos permite renovar la visión que tenemos del exótico paraíso caribeño.
Según tengo entendido, Refresco no solo “recuerda” al Caribe, si no que nace en una de sus islas. Cuéntame, ¿cómo empezó todo? Y, ¿qué te llevó a irte a la otra punta del mundo?
Olga: Me lancé a la aventura. Dejé el trabajo y me compré un billete al Caribe con la idea de pasar tres meses y medio y probar suerte. Conocí a Javi gracias a una amiga en común, él es diseñador gráfico y yo también, así que pensamos que por qué no colaborar mano a mano en proyectos en República Dominicana, (de donde es él). Me fui para allá con metas profesionales pero nunca imaginé que de ahí saldría Refresco.
Te tiras a la piscina de pleno y en un lugar totalmente desconocido, aunque tenías una muleta importante esperándote allí. Seguro que Javi ya te habría preparado el terreno un pelín, ¿no?
Javi: Bueno, yo le avisé que no era una ciudad fácil... Le dije lo que creía desde mi perspectiva, en base a lo que había visto en otros europeos que visitan el país. Por lo general se adaptan, pero para algunos se les hace duro.
Olga: Y para una chica más. Estamos acostumbrados a una serie de facilidades que aquí no existen. Temas de seguridad, movilidad… No me sentía muy libre a la hora de vestirme o hacer según qué cosas. Para mí, estar acompañada por alguien de allí fue fundamental, ¡llego a ir sola a Las Pulgas y me toman el pelo seguro!
Sin embargo, no por ello te diste media vuelta y te marchaste. Optaste por quedarte y descubriste que tenías algo que hacer allí. ¿En qué momento decides enredarte con trapitos?
Olga: Al poco de llegar, Javi me llevó a conocer Las Pulgas, un tipo flea market pero bastante más primario. Mientras los megáfonos iban anunciando las gangas (“a veinte pesiiitos, a veinte pesiiitooos”), yo me sentía como en el paraíso: rodeada de mesas con montones de ropa acumulada, ¡no dejaba de sacar maravillas y más maravillas! (risas). Acabé volviendo a casa con mogollón de bolsas y pensé, “tengo que hacer algo”. Paralelamente, empecé a hacer un proyecto de foto a chicas morenas locales que me encontraba por la calle y llamaban mi atención. Se me ocurrió vestirlas con la ropa y hacer pequeñas sesiones de fotografía. A partir de ahí, una cosa llevó a la otra hasta que quise llevarlo más allá y opté por crear Refresco.
Gracias a ti, los que no tenemos la suerte de escapar al otro lado del charco y vivir "the real thing", por lo podemos vestirnos de colores y fantasear un poco con el sueño caribeño. Siempre he creído que la ropa es una manifestación más de la cultura y modo de vida de un país. Dime, ¿qué se esconde realmente entre estampados de piñas y palmeras? ¿Hay más que eso en el Caribe?
Olga: En Europa tenemos muy poca idea de lo que es la vida en el Caribe de verdad. Todos vamos allí con una pulserita a un hotel, nos tostamos, nos emborrachamos y punto. Pero detrás de todo eso he podido descubrir una cultura muy potente y con muchísimo arte. Es algo que se observa constantemente, tanto en el modo de pintar con muchos colores sus casas, como en sus múltiples mezclas de estampados a la hora de vestir. La zona más famosa del Caribe en realidad es la más fea, súper explotada y llena de hoteles, donde llegan los turistas como si fueran ganado para tumbarse en la playa. República Dominicana es así en parte, pero el resto es una pasada y en el más recóndito de los rincones puedes encontrarte un artista haciendo cosas maravillosas.
Javi: El concepto que tiene la gente del caribeño con camisa de palmeras y chanclas no es necesariamente así… A mí a menudo me dicen: ¡Pero no pareces caribeño! y me pregunto, ¿¡pero cómo es el caribeño!? No es más que un estereotipo que se ha creado a través del cine y de la falta de conocimiento.
Tengo que reconocer que la cultura caribeña me es bastante desconocida. Me intriga lo que contáis. ¿Cómo es este arte del que me habláis?
Javi: Es un arte muy naïf. La gente no se cuelga el título de artista diciendo hago esto o hago aquello, si no que va y lo hace, a menudo para ganarse la vida, a modo de supervivencia. Por eso es un arte tan puro. Para mí, lo que ocurre con muchos artistas es que el ego se pone por medio de lo que crean, viéndose constantemente envueltos en una idea de sí mismos y demasiado pendientes de de lo que los otros piensen. Allí nadie está alabando lo de nadie, ni diciendo lo bien que hace lo que hace. La gente del campo, los artesanos, no tienen idea del valor de lo que hacen ni de como lo ve la gente. Ellos pintan y crean porque les gusta, y a menudo por ser una tradición que ha pasado de generación en generación para ganarse el pan.
Olga: Es algo muy innato. Encontramos a un señor, por ejemplo, que hacía unas máscaras increíbles y me traje una pequeñita. A largo plazo, con Refresco, también nos gustaría traernos este tipo de cosas artesanas aquí.
Olga, como diseñadora gráfica y fotógrafa que eres, ¿crees que tu experiencia allí ha dejado huella en tu forma de trabajar?
Olga: Siempre he estado muy encarrilada hacia un arte muy colorista y llamativo, pero tras mi tiempo allí ha sido como una explosión. Yo también tuve que romper con ese mito tropical y he podido aprender mucho.
Está claro que Refresco es muy importante para ti, principalmente por ser tu proyecto. Pero si no me equivoco, a ti te va la marcha y no eres chica de una sola cosa.
Olga: Sí. Estudié diseño gráfico en Eina y, al terminar, me puse a trabajar como freelance. Al cabo de un año, empecé en Nice Things, una marca de ropa femenina de una amiga mía, donde estuve tres años trabajando. Allí estaba en el departamento de marketing pero también hacía ilustración para estampados, fotos de look book… Sin nunca dejar de hacer otras cosas por mi cuenta. Ahora mismo tengo el corazón dividido entre Refresco y todos los demás pequeños proyectos que puedan ir surgiendo. Tener tu propio proyecto es lo mejor que puedes hacer, para mí es una motivación muy grande luchar por algo mío, propio. Además, no tengo limitaciones: puedo hacer lo que quiera y como quiera, permitiéndome combinar mis diferentes facetas e intereses: moda, diseño, fotografía,... ¡incluso viajar!
¿Miráis hacia el futuro con Refresco?
Olga: Por ahora queremos crecer con la venta online, no solamente aquí, si no por toda Europa, pero a largo plazo me encantaría poder tener un local. Además, como comentaba antes, incluir una colección de piezas artesanas también.
En España parece que nos cuesta un poco acabar de lanzarnos con algunas cosas, entre ellas la compra online y lo de hacerse con algo de segunda mano, ¿qué tal está siendo la reacción del público?
Olga: ¡Bastante buena de momento! En cuanto a lo que es la compra online, por ahora he hecho bastante vía Facebook. La gente se pone en contacto conmigo con la prenda que le interesa, quedamos y se la doy en mano; a parte de algunas ventas físicas puntuales que hemos realizado en diferentes sitios. Pero ése es uno de los motivos por los que buscamos expandirnos a otras ciudades europeas. En cuanto a la ropa de segunda mano, es verdad que no hay mucha costumbre... Por eso quiero plantearlo como pequeñas colecciones donde las piezas no están ni maltratadas ni sucias, todo lo contrario, son piezas únicas y cuidadas ¡y encima vienen del Caribe! En serio, en ningún lugar de Europa en los que he estado he encontrado las joyas que hay allí. De todas formas sé que hay pasos que tengo que ir dando poco a poco para poder aprender y ver por dónde me interesa más ir tirando.
Escoger el nombre para un negocio es sin duda, parte de su éxito. Parece que habéis dado con una palabra con bastante juego ¿no?
Olga: Refresco es refrescante en varios sentidos. Por un lado, por ser ligera y de poco abrigo, pero también refrescante por el colorido y el espíritu vital y divertido que desprende. Por otro lado tiene ese significado de “refrescar” como “reinterpretar”, es decir, re-diseñar la prenda y así darle un aire nuevo. Esto es algo que nos gustaría poder hacer de cara a un futuro, ya que además, gran parte de la ropa puede necesitar ajustes debido a la forma de las mangas o al largo de la prenda.
Javier: Con Refresco queremos transmitir un espíritu, mostrar a la gente una idea nueva de lo que es el Caribe. En Facebook, además de ir sacando la ropa de la colección, tenemos música junto con fotos que dejan ver el ambiente y el lado más auténtico de República Dominicana. Es decir, queremos "refrescar" ese "cliché" que la gente tiene.
W4qpjpmlqdjgu95bq7jh.jpg
Avlsqcj1rbeznrecxwes.jpg
Vt45zh6lhe7pnfnntzjk.jpg
Bjq3kabhcjywqahxd95k.jpg
Mhe6xc3cmrg9nmlb8oow.jpg
Hx6d6amthnbsxe9ejjl0.jpg