Los futuros clientes suelen acudir al estudio por relación directa con gente con la que ya hemos trabajado o bien porque han visto nuestros proyectos en la web, en publicaciones de prensa, etc. En el estudio cuidamos tanto el proceso como el resultado, volcándonos en los detalles y el desarrollo completo de una idea, desde el minuto uno hasta su materialización. Además, en la mayoría de los casos, se establece una relación muy próxima con el cliente. Siempre comienzo mis proyectos rayando todo lo que tengo a mi alrededor, normalmente en los lugares y momentos menos apropiados. El proceso suele ser, tanto en arquitectura como en diseño, mediante esos croquis a mano alzada, utilizando lápices de color o acuarelas. Posteriormente, cuando tengo una idea potente, comienzo a dimensionarla y sigo imprimiendo y corrigiendo a mano sobre los planos. Así han nacido la mayor parte de nuestros proyectos, tanto las obras de gran envergadura, como las viviendas unifamiliares, como Casa Sardinera.