Planet Palmer

Ana: Son personas que dan un pasito más allá y no se conforman con las prendas que ofrecen las grandes superficies y buscan piezas más exclusivas y diferentes. Nuestros clientes podrían ser perfectamente amigos nuestros.
Brianda: Son todos aquellos que buscan algo especial. Hemos tenido incluso clientas de sesenta años comprando la colección de Sociedades Secretas y eso es algo que quizá a priori no se nos había pasado por la cabeza.
Ana: Sí, y al final la señora de sesenta años también podría ser nuestra amiga, estoy segura. (Risas)

Ana: He trabajado con muchas firmas donde desgraciadamente no era esa su filosofía y nosotras tenemos muy claro que no queremos tener nada que ver con aquello. Dormimos muy felices por las noches, conocemos a la señora que cose los botones, al señor Giuseppe que estampa… Es cierto que es más caro producir en España, pero para nosotras es importante saber que esa persona que está trabajando con Planet Palmer está cobrando un sueldo justo y, aunque todo esto obviamente al final se refleja en nuestros precios, creemos que nuestras prendas son bastante asequibles. Las dos premisas más importantes para nosotras siempre han sido: la responsabilidad social y hacer cosas que nos diviertan. Desde el principio teníamos claro que sin ellas no íbamos a funcionar.
Brianda: Además, siempre buscamos un producto muy cuidado y con unas calidades determinadas, prestando atención a los detalles, supervisando cada parte del proceso y sobre todo apostamos por el valor humano añadido. Defendemos la calidad sobre la cantidad, la originalidad y las prendas atemporales con durabilidad en el tiempo.

Ana: El señor Punset y su programa Redes (risas), nos declaramos súper fans de él. Siempre decimos que no nos inspiramos, sino que nos obsesionamos con temas. Quizá cuando miras la colección a simple vista no piensas en sinestesia, tal vez puedes asociarlo más con, por ejemplo, tutti frutti, pero a nosotras nos gusta contar una historia con cada una de nuestras colecciones y explicar de dónde vienen los diseños.
Brianda: Gráficamente, con un tema tan abstracto, creímos que se podían diseñar cosas muy interesantes y la sinestesia como otra percepción de la realidad nos pareció un concepto muy rico para inspirar la colección. Fue complicado, porque por un lado pensamos que podíamos hacer algo muy colorido y con formas geométricas, pero luego a la hora de plasmarlo no era tan sencillo.

Ana: La prenda fetiche de Planet y lo que más éxito tiene entre nuestras clientas son las camisas unisex, y por otro lado, siempre tenemos los dos maxi vestidos que gustan también mucho y creemos que son también lo más vistoso.

Brianda: Es un trabajo totalmente en equipo, a veces una de nosotras aparece con una idea que termina desarrollando la otra, y esto es muy divertido.
Ana: Es un dialogo en cuanto a lo que nos inspira o lo que nos obsesiona, y luego ambas proponemos y aportamos, lo ponemos sobre la mesa e Isa decide. (Risas)
Isabel: Me piden que yo sea el desempate pero como soy libra es aún más difícil. (Risas)

Brianda: Diseñadores que me gustan son por ejemplo Sonia Rykiel, porque utiliza mucho color y, por supuesto, La Casita de Wendy, Poti Poti, SuTurno… Nos inspiramos mucho en todo aquello que nos rodea y nos gusta, desde una película que acabamos de ver, hasta un libro o la naturaleza. Estamos siempre con los ojos muy abiertos. Tomamos conceptos que nos gustan y a partir de ahí los vamos desarrollando.
Ana: El tipo de estética que más me gusta es la de la Escuela de la Bauhaus y Le Corbusier. Como referentes morales dentro del mundo de la moda están todas esas personas que vemos que luchan y trabajan mucho y que sabemos lo que les ha costado estar donde están, como por ejemplo, Moisés Nieto, Maria Escoté y Herida de Gato. Para nosotras, además de compañeros y amigos, son referentes en la forma de trabajar y de hacer las cosas.
Brianda: Hay mucho intercambio con otros diseñadores amigos, así como una gran dosis de compañerismo.

Ana: Lo que queremos es estar las tres contentas viviendo de Planet Palmer y dejarlo evolucionar hasta donde tenga que hacerlo pero de una forma controlada, de manera que no perdamos el sentido de las cosas que queremos. Continuar con una producción local, que siga estando todo muy cuidado y seguir disfrutando del trabajo.
Brianda: Nos encantaría expandirnos internacionalmente pero con mucho cuidado porque, personalmente pienso que, si creces demasiado dejas de disfrutar y eso me da un poco de miedo. Al final, para nosotras es una carrera de fondo.