Ilustradora nacida en Villarreal, Castellón, con un talento innato desde niña, se caracteriza por sus chicas con cara de muñeca y mejillas sonrosadas. Paula Bonet, es un auténtico torbellino en las redes sociales. Pintora de profesión, decidió decantarse por la ilustración al ver lo a gusto que se sentía en ese campo y la gran aceptación que sus ilustraciones estaban teniendo.
Femenina; que no significa cursi, nos demuestra su carácter con las sentencias que acompañan sus dibujos. Puedes ver sus ilustraciones en portadas de libros, escaparates, exposiciones, paredes de particulares y revistas. Para esta entrevista ha creado unos dibujos exclusivos de flamencos.
¿Con qué edad recuerdas haber empezado a dibujar?
Por placer, desde niña, de hecho ya siendo niña empecé a estudiar pintura. Mis padres me apuntaron a miles de actividades, natación, patinaje, ballet y con todas ellas me traumaticé, salvo con el dibujo, también porque encontré a un buen profesor que me supo guiar adecuadamente y supo mostrarle a mi familia las aptitudes que tenía.
¿Qué solías dibujar?
Retratos, los adoraba. Y cuando empecé a estudiar bellas artes es cuando pude desarrollar verdaderamente ese estilo.
Hemos visto el tándem que haces de ilustración-poesía con María Leach o Estel Solé. ¿La poesía es una de tus inspiraciones a la hora de empezar a dibujar?
Totalmente, la poesía como cualquier otro género literario. Me divierte el ejercicio de traducir visualmente una metáfora, un paralelismo o cualquier figura retórica. A veces hay figuras literarias que suenan muy bien siendo leídas pero que al ilustrarlas pueden llegar a ser monstruosas. Es bonito ver con cuales puedes ser literal y con cuales sólo hace falta insinuar la idea.
Mi último dibujo habla de llorar mares y que se te queden dentro. Estoy muy contenta y sorprendida porque el público lo ha hecho suyo enseguida. Digo que es algo que me sorprende, porque mi trabajo está bastante alejado de lo que podría ser, por ejemplo, una canción: todos nos hemos apropiado de miles de canciones, es algo que es bastante habitual... creo que es más difícil que esto ocurra con el trabajo de un ilustrador, que es muy visual y narra de modos distintos a los que estamos acostumbrados.
Tienes miles de seguidores en las redes sociales, ¿cómo lo conseguiste?
Al principio me parecía extraño aceptar a gente que no conocía. Un día una chica que vive en Paris, que siempre me escribía diciendo lo mucho que le gustaba mi trabajo, me envió una solicitud y decidí aceptarla, y sorprendentemente, al poco tiempo esta chica me llevó a Paris a dibujar en directo mientras grupos como Baden Baden o Moriarty tocaban en un espacio precioso, como es la mítica librería Shakespeare&CO. A partir de entonces tuve menos reparos en aceptar a gente que no conocía. Llegó un momento en el que mi página personal se desbordó y, con bastantes dudas por si no tenía mucho sentido y animada por un amigo, creé la página oficial. El resto vino solo, no me lo esperaba para nada.
¿Cómo consigues gestionarlo?
¡¡No lo sé!! Me gustaría tener más horas para poder responder a todo el mundo y sobre todo para poder hacer todos los dibujos que tengo pendientes. Hay veces en las que me gustaría contar con terceros para la gestión de las redes sociales, pero, ¿cómo delegar esta función? Creo que tengo que ser yo la que tiene que estar en contacto con la gente. Además, ese contacto directo me encanta.
¿Qué tiene que tener una cara para que te apetezca dibujarla?
Me atraen las caras dulces y de ojos grandes, pero me gusta encontrar la belleza en cualquier cara.
Veo muchas más chicas, ¿hay alguna razón?
Mis dibujos parten de un punto muy autobiográfico, así que muchas de esas chicas soy yo, aparte mi línea es femenina, pero creo que mi energía es muy masculina, así que en el dibujo trato de sacar mi feminidad. De hecho hace muy poco que he empezado a dibujar flores, y cuando lo hago procuro que tengan carácter, fuerza, que no se queden en meras anécdotas de color pastel.
La gente te invita a entrar en sus casas a dibujar sus paredes, te envían sus fotos para que les dibujes. ¡Incluso he visto un tatuaje con una de tus ilustraciones!
Sí, es alucinante. Cuando lo vi no supe cómo sentirme. ¡Es mi cara en el brazo de alguien!
Las mejillas rosas es una de tus señas de identidad, ¿cómo surgió?
Es mi forma de mantener mi oficio de pintora en mi línea de ilustración. Durante una temporada estuve obsesionada con el rojo en todas sus variantes, todo lo que me compraba era rojo; carpetas, jerséis y, cómo no, pintura. Sólo pintaba cuadros en tonos rojos y las mejillas es una manera de mantenerlo dentro de mis ilustraciones en líneas negras.
¿Qué necesitas para empezar a dibujar? ¿Alguna manía? ¿Algún dogma?
El lugar me da igual, pero uno de mis requisitos es que el papel sea bueno. Es imprescindible.
Podéis ver más trabajos de Paula en su web.
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