Crecí siendo muy visual. Desde pequeña retenía inconscientemente las imágenes que me llamaban la atención. Por aquel entonces, recuerdo que me fascinaba un anuncio de Chanel con Claudia Schiffer; eran los 90, no sabía el porqué, pero me obsesionaba esa imagen. Mirando hacia atrás, supongo que quería ser como Claudia… Y, bueno, lo curioso del caso es que antes de ser estilista llevaba toga. Sí, en mi anterior vida fui abogado, como Ally McBeal. ¡¿Quién quiere ser Ally pudiendo ser Claudia?!
A pesar de estudiar Derecho por motivos familiares, siempre supe que quería trabajar en el mundo de la moda, pero no sabía en qué. En segundo de carrera me rodeé de gente que trabajaba en arte y fotografía, lo cual amplió mi conocimiento sobre la moda y sus posibilidades. Empecé como estilista organizando mis shoots con fotógrafos amigos y presupuestos cero, utilizando mi ropa, mucho vintage y los escasos medios de los que disponíamos. Poco a poco he ido dándome cuenta de que la visión que tengo de una editorial no se reduce únicamente al estilismo, es como un todo: un look conlleva un ángulo, una pose, una imagen.
Uhm, no estoy segura de esta constatación, me temo; sería como afirmar que con un papel y un bolígrafo cualquiera puede ser poeta. Más allá de ello, supongo que todo depende del estilista o ESTILISTA, creo que es una cuestión de gusto, referencias y tener claro qué se quiere enseñar. Para mí, un buen estilista es el que, aparte de entender las tendencias y el lenguaje de la moda, tiene un plus que es desarrollar conceptos o ideas interesantes para terceros, y no simplemente quedarse con las tendencias.

La consecuencia es una revisión constante de lo que hay y de lo que quieres enseñar, no puedes estancarte, pero hay que elegir lo que mejor se adapta a tu estilo y no querer abarcarlo todo. Ser tenaz, pero selectivo.
Intento vestir a los modelos como me gustaría que ellos vistiesen (en mi cabeza) acorde a la historia que quiero mostrar, de una manera que quede natural en ellos, como si fuera su propia ropa. Siempre con estilo, pero sin que sea forzado.
Una de mis mayores influencias a la hora de pensar en una historia es la musical (rock and roll, grunge, northern soul); influencia dada al crecer expuesta a este tipo de música por parte de mi padre, al cual le agradezco eternamente esa educación. Cuando creo editoriales me suele gustar que tengan un toque rock and roll, en el sentido de que tenga actitud, un toque rebelde (si encaja) y, sobre todo, que se vean una atmósfera y unos looks cool. Que los looks sean el vehículo para elevar la historia, que den el plus, pero sin que la editorial se reduzca únicamente a ellos. No obstante, no defendería mi estilo con una única palabra, una única influencia ni un único momento, puesto que los gustos y las tendencias son cambiantes. He pasado una época muy Saint Laurent rock and roll, pero a pesar de que me siento muy identificada con el movimiento, no puedo describirme únicamente como una fan de Hedi Slimane, puesto las modas, como las pasiones, desgraciadamente son cíclicas, lo que conlleva que no puedas basarte en ellas para formar una identidad. Creo que mi estilo es una mezcla de lo que siento al desarrollar una idea, mezclado con las tendencias que me interesa enseñar, una actitud contundente y un toque relajado a la hora de construir los looks.
Londres es una ciudad amor-odio, tiene todo lo que quieres y a la vez todo es complicado. Supongo que este oxímoron tiene como consecuencia que te retes constantemente, y que quieras dar más de ti. Creo que esa es la razón que hizo mudarme, la de “sal de tu zona de confort,” es ahora o nunca, tienes que dar lo mejor de ti. Londres, a su vez, me ha dado la opción de trabajar con un abanico más amplio de diseñadores, modelos y fotógrafos, como el duo Hart and Leshkina, por ejemplo.
Poder hacer una historia como fotógrafa y estilista, pudiendo realizar mi idea como tal y como la expuse para Vogue, ha sido un hito en mi carrera. Agradezco mucho esa confianza depositada en mí cuando apenas acababa de empezar con la fotografía de moda. Pese a ello, lo que me anima a seguir dándolo todo es que lo mejor está por llegar, acabo de empezar, como aquel que dice, y me queda aún mucho camino por recorrer en ambos sectores, tanto fotografía como estilismo. A ver dónde me lleva…
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, antes me daba por pensar que en vez de Derecho tendría que haber estudiado Bellas Artes, o simplemente haber empezado antes con mi carrera profesional, pero mirando con perspectiva quizás esa sensación de que no tienes tiempo que perder es lo que me da el drive para estar luchando.
Empecé a hacer fotos al encontrarme una cámara de carrete de mi ex novio en un bolso que hacía tiempo que no usaba, primero con el ambiente que me rodeaba y me parecía interesante retratar, con photo diaries, y hace unos meses me aventuré con la moda. Lo que me llevó a ello es que, para mí, todo forma parte de una visión, cuando hago un look pienso en la foto y viceversa. Cada vez me cuesta más concebir una sin la otra.
Aún estoy modelando mi estilo, pero intento ser muy natural, hacer moda como si no fuera moda, sino un reportaje de un personaje que tengo en mi cabeza.

Intento retratar siempre mi punto de vista sobre la realidad que veo, lo que conlleva a intentar encontrar el momento, luz, ángulo o posición que creo va resultar una fotografía bonita.
Como he comentado anteriormente, para mí todo forma parte de una visión, en la cual fotografía y estilismo van unidos. Cuando tomo una foto y no he hecho el estilismo, tiene que gustarme, sino modifico plano o no tomo la fotografía, porque todo en mi cabeza tiene que ser acorde, tiene que formar parte de una misma estética.
Intento reflejar mi realidad, siempre voy a buscar la parte bonita (para mi sentido de la estética) de las cosas o personas, adaptando el ángulo o posición para conseguirlo.
La verdad es que aún soy muy nueva haciendo fotos, con lo cual hay mil cosas que me encantaría hacer, como disparar a un grupo de gira, muy al estilo de Annie Leibovitz con los Rolling Stones, por ejemplo, o poder dedicar tiempo a proyectos artísticos.
¡Espero que no! El olor, textura, ilusión de abrir una revista que admiras, es uno de esos momentos que mejoran tu día. Además me encanta coleccionar revistas, sobre todo las que tienden a ser como libros. Hacen la doble función de inspirarme y decorar mi habitación londinense (risas). En relación a la segunda parte de la pregunta, no creo que sea cuestión de menospreciar, yo disparo para online y creo que es una plataforma genial para enseñar y que tu trabajo llegue al mayor número de gente posible, pero el papel, el papel es como una pintura de Pablo Picasso, ¡nunca debería pasar de moda!
¡Ir a por todas! Planteando nuevas editoriales como fotógrafa y estilista, y seguir “luchando” por intentar compaginar ambas pasiones.








