Poner cara a Patricia Aibar es fácil, pero esta vez nos trae lo que hay detrás de la chica tatuada y el pelo teñido: el día 29 de este mes presenta su primer exposición Fragile. Podremos ver la parte más real de esta joven dibujante, una búsqueda del abrazo a través de sus potentes dibujos e imágenes. Sin duda sentarse enfrente de Patricia Aibar es una experiencia. Hablamos con ella acerca de la fragilidad de la vida, de la expresión latina memento mori y sobre todo hablamos de arte, el suyo propio.
Patricia Aibar es la chica que conoce todo el mundo. La que tiene un trabajo, familia, y amigos. La de estar por casa. Marie Tooth es el pseudónimo en el que me amparo para dar rienda suelta a la creatividad. Es la que me permite actuar con libertad sin rendir explicaciones del porqué. Una parte más primitiva de mi personalidad.
Hay varios motivos por los que decidí dejarle a “ella” ese marrón. Tengo una enfermedad del sistema nervioso llamada Charcot Marie Tooth, el nombre proviene de los tres neurólogos que la descubrieron. Charcot desapareció para que pareciera el nombre real de una mujer. A partir de ahí, una de las formas de aceptación de mi situación, fue dar una personalidad propia a aquel problema, y verlo como una oportunidad para darle la vuelta, y convertirlo en una virtud. Prácticamente la tengo esclavizada dibujando horas y horas. El otro motivo es la timidez. La gente se piensa que soy muy extrovertida pero en realidad es todo fachada, soy hiper tímida, así que me vino de perlas.
Sí, Marie Tooth me ayudó a aceptar mi enfermedad, y a desarrollar una personalidad más fuerte. Aunque es una enfermedad congénita, no me la descubrieron hasta los 17 años. Entonces era una cría en shock que lo ocultaba por vergüenza. El proyecto de Marie Tooth me ha dado la oportunidad de poder normalizar esa situación.
Para mí ha sido algo normal, llevo dibujando toda mi vida. Desde que tengo uso de razón recuerdo mi caja de acuarelas entre mis juguetes. En casa todos dibujan muy bien, pero recuerdo cuando mi padre me hacía dibujos que yo coloreaba. Una de mis primeras obras fue un dibujo de mi padre fumando un cigarrillo, que hice con 6 años. Siempre dibujaba lo que veía, no he sido mucho de mundos imaginarios.
Los chicos The Secret Room contactaron conmigo para ofrecerme la oportunidad. Imagínate, es mi primera exposición y en solitario, la respuesta era un sí rotundo. Supone un reto porque es como tomar consciencia de que esto va un poco más en serio. Ya no dibujo para esconderlo, ahora muestro parte de mi vida íntima al mundo. La exposición será muy especial, estará todo el material nuevo de Fragile, dibujos inéditos y algunos que ya se encuentran en la web. La música correrá a cargo de la artista barcelonesa Awwz que presenta proyecto nuevo. Estoy muy ilusionada con esta colaboración. No os la podéis perder, el día 29 de enero en The Secret Room, en Consell de Cent 304.
La verdad no sabría muy bien que responderte a esto. No soy el mejor ejemplo de “artista”. Como antes decías no he tomado ningún tipo de clases de dibujo. Eso me ha hecho tener unas carencias en cuanto a técnica, pero me ha servido para conservar la autenticidad. Vamos, que nadie me ha enseñado nunca a pintar como fulano o mengano, no he sido adulterada de esa forma. Si mis obras pudieran hablar, pedirían calor, una mano sobre la mejilla, y unas palabras de consuelo como “tranquila, no pasa nada”. Son personajes vulnerables a los que te dan ganas de arropar.
Siempre he trabajado el blanco y negro por la crudeza. Hace años con carboncillo, y poco tiempo atrás me pasé a la tinta. Darle unas notas de un color primario como el rojo ayuda a transmitir esa violencia del momento. No hay florituras, es una bofetada al espectador.
Se trata más de un Memento Mori. Ser conscientes de la fragilidad del cuerpo humano. Señalo aquellos fallos que nos hieren, o de esos defectos que nos dejan marca en el cuerpo. Esas taras físicas que lejos de afearnos nos hacen más únicos.
Exacto, no hay que tener miedo a hablar de la fragilidad del ser humano. Aceptar que no somos eternos, que lo que concebimos como nuestra vida se puede ir a la garete de un momento a otro. Todos vamos a estirar la pata, saber esto nos tendría que hacer más libres, no más miedicas. Decía Fellini que todo arte es autobiográfico. Los dibujos son como fotogramas de momentos de mi vida, algunos más oníricos.
Escandalizar es muy fácil, yo trato de hacer pensar. Los encuadres de los dibujos son planos muy cinematográficos. Planos detalle que me ayuda a crear esa atmósfera asfixiante de la situación representada. Situaciones más violentas que trágicas.
Aunque suene a tópico siempre me ha gustado Picasso porque es puro carácter. El trazo de Basquiat, la sensibilidad de Marlen Dumas, Félix Labisse, Andrzej Wróblewski, que además era guapísimo y su vida toda una gran historia. De los actuales me flipa lo que hace Yue Minjun, Jenny Saville, y uno de mis preferidos el artista patrio Juan Francisco Casas.
La parte textil surgió como una forma de subvencionar el proyecto. La particularidad es que no estampo mi obra en ellas, solo el logo de MT. Pensé que era una forma de respetar mi trabajo si solo hacía logo, y los dibujos los mantenía en la pared.
Estoy con la pre-producción de mi primer corto. ¡Los dibujos van a cobrar vida! En febrero se reeditan las camisetas, y me meto de lleno a trabajar en una colaboración con Martin Lamothe. Y alguna cosa más que de momento no puedo contar.