Cargadas de razón, las palabras de Charles Bukowski decían, “Si no brota de ti a borbotones, a pesar de todo, no lo hagas. A menos que salga por voluntad propia, de tu corazón y tu mente y tu boca y tus entrañas, no lo hagas”. Es por eso que Copying Claudia existe. Es por eso que Santiago lo hizo. Entre lo cándido y lo macabro, el artista asturiano pone de manifiesto la necesidad rotunda y urgente de expresarse, de encontrarse. Genuino y puro, se aleja de la pretenciosidad; no busca la aprobación de nadie, sino que tan solo va tras la voraz búsqueda de su ‘yo’ más verdadero. Disfrazándose para encontrarse, hace un canto al humor, a la admiración, y a los sueños, mientras alega, risueño, que no hay miedo cuando hay musas.