BeCool quedaba a dos minutos de mi casa. Empecé a trabajar allí justo al acabar la carrera. Pensé que era una buena forma de empezar mi trayectoria laboral y, sobre todo, tenía el mejor trabajo del mundo, ya que hacía posters para mis artistas favoritos. Esto se sumó con que llevaba la línea gráfica de varios sellos de la ciudad y cada vez me entraban más trabajos relacionados con la música. Pero esta tendencia fue desapareciendo, ya que en el mundo de la música, y concretamente el de la electrónica, los presupuestos que se manejan son bastante ridículos y más allá de las colaboraciones y eso no hay nada.
Paralelamente pensé que era buena idea ilustrar lo que más me gustaba, como los clubs, y empezar la serie. The Guardian y varios medios nacionales se hicieron eco y en cuestión de días aparecieron decenas de noticias al respecto. Ahora he salido de ese mundo, aunque tengo clientes como Red Bull que llevan apostando por mí unos tres años; son realmente serios, pagan bien y mi relación con ellos en cuanto a lo creativo no puede ser mejor.