Oscar no recuerda la primera vez que usó camisa, pero para este catalán de padre francés y madre canaria, la camisa es la máxima expresión de la atemporalidad. La sensación de que no pasa el tiempo al abotonar esta prenda que lleva desde tiempos de Galileo siendo el fondo de muchos armarios, es lo que uno siente cuando pisa su taller del Born, que lo clásico siempre reinará.
Empecé a estudiar moda a los 20 años en el Institut Català de la Moda, pero sin vocación previa, simplemente quería dedicarme a algo creativo, artesanal... podía haber sido cualquier otra cosa. Diseñador de muebles, por ejemplo. Pero fue la moda. Y tengo mucho de autodidacta, así que enseguida me puse a diseñar mis propias prendas y a venderlas en tiendas multimarca, intentando siempre que fuesen de muy buen nivel para demostrar sobre todo, donde podía llegar. Y en el 2000 me lancé a la piscina y monté lo mío - una primera tienda en el Born llamada Le Monde y más tarde, Oscar H Grand -, algo mucho más personal.
Atemporal, el rojo y “2” de Comme Des Garçons, mi perfume.
Con callos, por las tijeras. (risas)
Disfrutar, todo. Desde el contacto con los clientes, cortar mis propias prendas, tener sobre todo, un contacto total con las personas que me cosen - en estos momentos cuatro artesanos, cada uno en su propio taller -, y por todo ello tener un control total del proceso de la prenda, incluso hasta que el cliente se la prueba, se mira en el espejo y se la lleva. Lo que más detesto, el estrés. Las prisas.
Pues llevándolo a mi terreno, el de la sastrería, algo clásico es una base que es aceptada por su calidad y porque se sabe que sienta bien. Es la manera correcta de hacer las cosas.
Unos Levi’s. El mayor y mejor invento del S.XX en cuanto a moda.
El corte es la clave.
Ellos conservan la tradición, aquí la ha habido pero no la hemos conservado, y quizá el espíritu de gentleman y el hecho de que ellos le dan más importancia a la ropa que nosotros.
Sí, un par. Aunque no sólo a las sastrerías clásicas, sino que se está convirtiendo en una avenida muy interesante, con tiendas de vanguardia que merece la pena visitar.
Pues sinceramente sí, hay más chicas que me están encargando prendas, pero siempre me arrepiento y digo que no lo voy a hacer nunca más. Siempre pienso que les puede quedar mucho mejor otra ropa que la mía.
Verdad.
Por dentro.
Camisa Oxford azul celeste.
Pues con los que trabajo todos los días, y los que han trabajado para mí, gente mayor que pese a estar retirados y no necesitar trabajar en esto, lo siguen haciendo porque les encanta. Porque les encanta coser americanas y trajes, se sienten útiles con ello, orgullosos de lo que han aprendido durante tantos años, es su profesión. Me parece muy bonito verlo y vivirlo así.
Ringhart Fabrics London ¡una maravilla!.
Los domingos... es el día oficial, ¿no? (risas).