Lo que solemos hacer al recibir un encargo es pedir toda la información técnica, conceptual y creativa que esté disponible y la idea final que tiene esa persona, empresa o entidad, para ayudarnos con el desarrollo conceptual. Cuando son proyectos más libres, por ejemplo, como el festival de la luz, lo realizamos conociendo tanto las necesidades del cliente como las del proyecto en sí y planteamos el concepto, que suele representar el porcentaje más bajo de todo el proceso.
A partir de aquí, empezamos con el proceso de definición, con el que se genera material como guiones, storyboards, moodboards, referencias de estilo y dirección de arte, que ayudan al equipo a saber lo que hay que hacer a nivel conceptual y formal. A continuación, viene la parte de producción, que incluye visitas técnicas, alquiler de equipos y ensayos, que definen los elementos necesarios para ejecutar el proyecto. Finalmente, llega el día de la inauguración, que incluye tiempo de montaje, instalación de luces y proyectores, testeo y ejecución de la pieza.