En la obra de Fuster podemos encontrar ciertas referencias a la escultura alemana, con un punto industrial muy estructurado y ligado a su íntima experiencia de la realidad. Nos preguntamos si esa influencia tiene algo que ver con que viva y desarrolle su trabajo en Berlín, pues formándose rodeada de patrimonio clásico —Nuria estudió en la Facultad de Bellas Artes de Valencia y en la Accademia di Belle Arti di Roma— llama la atención que su obra esté marcada por ese espíritu de riesgo y libertad que tanto le atrajo y cautivó de la ciudad alemana: "Evidentemente desde que vivo en Berlín hay una influencia constante en la experiencia de la ciudad que afecta directamente en mi trabajo. No es una ciudad cándida y bella, sino más bien una ciudad fuerte y expresiva, como la describía el antiguo alcalde Klaus Wowereit: “podre pero sexi”, y creo que así eran muchos de los trabajos que emergían. Me gusta la capacidad de generar algo potente nacido desde la ruina. La gran tradición pictórica del expresionismo alemán junto con la Bauhaus, el Movimiento Moderno en la arquitectura Alemán, eran fuentes con las que me identificaba y empecé a edificar mi trabajo".
Aunque siente que en Berlín ahora hay más horizonte de trabajo, Nuria nos confiesa que tiene la vista puesta en todas partes. Acaba de inaugurar en París (Musée des Arts Décoratifs), Barcelona (Passatge Studio), Italia (Fondazione Zimei) y la semana que viene en Palma (L21 gallery). En Marzo lo hará en Berlín (Galerie Lage Egal) y ya tiene proyectos en la mesa para más exposiciones y colaboraciones: "creo que actualmente el arte viaja mucho y mi carrera también debe hacerlo".