“¡Hola, soy Nicole, llego en dos minutos!”, responde una voz dulce acelerada al otro lado del teléfono. Llega corriendo y con una sonrisa en la cara a nuestro punto de encuentro, el Hotel Wellington Madrid. Y lo primero que hace es disculparse por la insignificante tardanza. Nicole Wallace es cercana, alegre y profesional. Acaba de cumplir 19 años, pero su personalidad evidencia que ha vivido mucho en muy poco tiempo. Desde que se incorporase al reparto de Skam España, del que no se desprendió hasta que la ficción dijo adiós tras cuatro temporadas de éxito, Nicole ha forjado un espíritu trabajador que profesa amor hacia la profesión. Ahora debuta en la música con su primer single, Bella.
Es por todos sabido que la interpretación es una carrera de fondo en la que la juventud es un preciado tesoro. Un sector en el que el paso de los años se paga con menos oportunidades laborales, y una considerable disminución en las llamadas provenientes de directores de casting y productores. Pero ser joven también tiene un precio. Y si no que se lo digan a Nicole, quien tras abrirse en canal en la media hora que dura nuestra conversación, reconoce que hay gente que no la toma en serio por su edad. “Es una cosa difícil de llevar, sobre todo siendo una mujer joven”, añade.
Ha crecido junto al personaje que encarnaba en la serie de ficción, Nora, un mes mayor que ella. Y además de haber desdoblado (o duplicado) las experiencias propias de la adolescencia en dos caracteres, ha tenido la suerte de compartirlas con sus cuatro compañeras de rodaje: Alba Planas, Irene Ferreiro, Celia Monedero y Hajar Brown. Se presentó al casting sin expectativas, e incluso se negó a enviar el vídeo de presentación que la habían pedido. Tres años después y habiéndose despedido momentáneamente de la actuación (la volveremos a ver muy pronto en una nueva serie, Parot), ahora se estrena en la música con su primer tema, Bella. Una carrera imparable que exige de pequeñas pausas, con las que reconectar con su propio proceso personal, y que la llevan ahora un mes a Los Ángeles a visitar a su hermana, uno de sus pilares fundamentales.
Ha crecido junto al personaje que encarnaba en la serie de ficción, Nora, un mes mayor que ella. Y además de haber desdoblado (o duplicado) las experiencias propias de la adolescencia en dos caracteres, ha tenido la suerte de compartirlas con sus cuatro compañeras de rodaje: Alba Planas, Irene Ferreiro, Celia Monedero y Hajar Brown. Se presentó al casting sin expectativas, e incluso se negó a enviar el vídeo de presentación que la habían pedido. Tres años después y habiéndose despedido momentáneamente de la actuación (la volveremos a ver muy pronto en una nueva serie, Parot), ahora se estrena en la música con su primer tema, Bella. Una carrera imparable que exige de pequeñas pausas, con las que reconectar con su propio proceso personal, y que la llevan ahora un mes a Los Ángeles a visitar a su hermana, uno de sus pilares fundamentales.
Nicole, antes de empezar, ¿podrías presentarte para todos aquellos que aún no te conozcan?
Me llamo Nicole Wallace, tengo diecinueve años y soy actriz. ¡Y ahora cantante!
Dejaste de ser anónima en el momento en el que te incorporaste a la serie Skam, pero como adelantabas, ahora acabas de debutar en la música. Tu primera canción, Bella, habla “del momento en el que termina una relación y te sientes bien, y pasas página”, tal y como comentabas en una entrevista anterior. ¿Qué más nos puedes contar sobre este nuevo tema? ¿Alguna anécdota reseñable que hayas vivido durante el proceso de creación del mismo?
Mis productores me llevan bastante edad, tienen unos 40 años, son padres básicamente (risas). Y yo al final soy bastante peque. Muchas veces, cuando compongo, tengo una cosa escrita y me la cambian para que no sea tan dura. Cuando estuvimos escribiendo Bella, una de las cosas que decía era “me diste una mierda”. Yo lo propuse a ver qué me decían, y todos me dijeron que les encantaba (risas). Creo que esta es la anécdota más destacable. En cuanto al tema, creo que la letra cuenta bastante bien lo que quiero transmitir. Una de las inspiraciones fue una frase que vi en Pinterest que decía “si una chica te puede quitar a tu pareja, te está haciendo un favor”. Lo pensé y me di cuenta de que estaba totalmente de acuerdo, así que partí de ese mood a la hora de escribirla.
Has reconocido tener tendencia a hacer canciones tristes, y siendo consciente de ello, has apostado por este single con toques oníricos cargado de metáforas que se debaten entre el juego, el silencio y las reglas. ¿Qué artistas, géneros o eras te inspiran en términos musicales? Te he escuchado decir que te encanta Ariana Grande.
¡Sí, me encanta Ariana Grande! Escucho de todo, que quiera hacer ese tipo de música es otra cosa. Me gusta mucho el R&B, Georgia Smith, Kehlani… Un montón de chicas. Frank Ocean, y muchos más que ahora no me acuerdo el nombre, te los mandaré luego (risas). Sabrina Carpenter también me encanta.
¿Y hay algún artista español que destacarías?
Casi no escucho música española, pero es verdad que he comenzado a ponerme al día más ahora, cuando he empezado a meterme en este mundillo. Hay un montón de talento aquí.
Aunque es con este videoclip con el que inauguras tu canal de YouTube, lo cierto es que tu relación con la música se remonta años atrás. Has estudiado seis años de conservatorio, tocas la viola, el piano… E incluso has dado clases de guitarra. ¿Has visto en la música una aliada junto a la que crecer? ¿Cómo es tu relación con ella?
Sí, yo creo que la música es la parte más presente que he tenido, mucho más que la actuación y el teatro. Es donde me siento más segura, mi casa. He conocido a todos mis amigos en el conservatorio, todos tocamos música, siempre que nos juntamos acabamos cantando. Lo he tenido en casa. Es verdad es que hubo un momento en el que cogí un poco de tirria a la música clásica porque ir a un conservatorio es muy duro, sobre todo cuando eres tan pequeña. En casa fue un poco difícil llevarlo. Estuve desde los 8 hasta los 16 tocando la viola. A los 5 empecé con el piano, y a los 7 con el violonchelo. Entrar a las ocho de la mañana y salir de clase a las ocho de la tarde porque tienes un montón de cosas que hacer, es complicado.
Me imagino que ese ritmo tan frenético y esa estricta disciplina a la que estuviste sometida durante esos años te ha ayudado en tu faceta interpretativa, donde las jornadas también pueden llegar a ser agotadoras.
Efectivamente. Por eso cuando empecé con Skam, ya lo traía un poco de casa. Empecé justo cuando cumplí los 16.
Lo cierto es que, si bien desembarcas como Nicole Wallace en YouTube con Bella, ya habías publicado varias covers, guitarra y piano en mano. Pero lo habías hecho bajo el pseudónimo de Nora Grace, personaje al que interpretaste durante las cuatro temporadas de Skam España. ¿Qué hay de Nicole en Nora, y viceversa? ¿Qué os une y qué os diferencia?
Yo creo que lo que nos diferencia es que Nora es mucho más rígida que yo. Yo también soy responsable, pero de otra forma. Soy muy desastre, ordenada en mi caos. Lo que nos une es que las dos somos muy buenas amigas, tenemos el feminismo y nuestros valores súper claros, la importancia que le damos a la familia, etc. Las dos solemos poner a la gente antes que a nosotras mismas.
La serie de origen noruego fue un éxito desde que se lanzó en 2015. Pero han sido las versiones que se han hecho en otros muchos países las que la han convertido en un fenómeno de masas, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. El remake español se estrenó en 2018. ¿Cómo llegó a tus manos este proyecto?
Yo ya tenía un representante porque había hecho un montón de castings, pero nunca me cogían porque no tenía 16 años. Y legalmente para currar, es una movida no haberlos cumplido. Al final nunca me elegían, siempre optaban por alguien más mayor. Con 15 hice el casting de Skam, me dijo mi repre que mandara un video presentándome. No quise, me dio pereza y no lo mandé. Y me dijo que al parecer les había gustado. Yo no entendía qué podían haber visto que les hubiese llamado la atención, si no les había mandado nada, pero les debió dar igual. Fui al casting con la camiseta llena de pelos del perro que estaba en la oficina, estaba convencida de que no iba a salir bien ni de coña. Hice varios castings, volví a ir, y como justo un mes después cumplía los 16, firmé y me cogieron.
Debido a la carga de trabajo que tenías, te viste obligada a cursar un año tan determinante como es segundo de bachillerato en remoto. Pero, sin embargo, confiesas que tu relación con tu entorno y tus amistades no ha cambiado en absoluto, pese a la distancia o las dificultades a la hora de veros por cuestiones de disponibilidad. ¿En quién te has apoyado?
Sobre todo en mi madre y mi hermana. Son las primeras que me han apoyado, y me han empujado a hacer todo lo que quería. Y mis compañeras también, al final eran las únicas que entendían lo que sentía en ese momento porque estaban pasando por lo mismo. Depende, no sé, muchas personas.
De lo que no hay duda es de que ahora eres un personaje público. Tu perfil de Instagram, con más de doscientos cincuenta mil seguidores, así lo demuestra. Y eso implica tener una voz que llega a mucha gente, en su mayoría adolescentes. ¿Cómo usas tus plataformas? ¿Qué mensajes intentas lanzar al mundo a través de ellas?
Yo lo que subo a Instagram generalmente no lo pienso mucho. Pienso que cuanta más importancia le das a las cosas, más se la dan los demás. También depende lo que vaya a subir, si es un selfie no me lo pienso dos veces y me da igual la cara que lleve. Si me gusta, me gusta. Pero es verdad que siento que con la plataforma que tengo, la gente que me ve y los valores que tengo, que no me importa decirlos, es importante posicionarse. Y sobre todo ahora, en el momento social que estamos viviendo, en el que todo es blanco o negro. Un voto cambia las cosas al cien por cien. Como al final es una cosa que vaya a hacer tenga Instagram o no, con seguidores o con mis amigas, tampoco me doy mucha presión a mí misma. No tengo por qué hacerlo, depende de lo que me apetezca.
¿Crees que los artistas españoles se posicionan lo suficiente en temas que tienen que ver con lo social o lo político?
Creo que no. Lo echo en falta, sobre todo cuando pasó el Black Lives Matter. Yo vi como al principio, cuando todo el mundo sabía lo que estaba pasando, muy poca gente ponía cosas en Instagram, y eran muy pocos los que hablaban del tema. Y luego de repente tres o cuatro personas con muchos seguidores lo hacen, y se puede ver lo importante que es. Me dan igual las razones por lo que lo hagas, mientras lo hagas y sirva para algo. La gente que solo puso el cuadradito negro, no sirve para nada. Está guay que intentes hacer algo, pero hazlo de verdad. Prefiero que te pongas a leer un libro en casa, entiendas lo que está pasando y lo hables con tus padres y amigos, a que pongas algo en Instagram.
¿Sientes que no se te toma en serio por tu juventud?
Sí, totalmente. Es una cosa difícil de llevar, sobre todo siendo una mujer joven. Lo hablaba el otro día con una de mis amigas, que también es cantante y tiene un año menos que yo. Y poder compartir ese sentimiento con alguien fue maravilloso. Es verdad que ahora más que nunca, como hay una ola de gente famosa que es bastante joven, como en TikTok, creo que nos toman un poco más en serio porque pueden ver la influencia y el poder que podemos llegar a tener. Pero es difícil llevarlo.
Acabas de mencionar TikTok, un fenómeno que ha emergido en los últimos meses que no deja de aumentar en número de usuarios. “Creo que si peta ahí es porque alguien lo hace de forma natural, no porque tú lo fuerces”, decías sobre los videos virales en esta red social. ¿Es el éxito el resultado de un esfuerzo continuo y un arduo trabajo, o un golpe de suerte fortuito?
Yo creo que hay una línea muy fina. Yo como actriz, que cojan a influencers o cantantes para series en vez de actores… Es algo difícil. Todo el mundo se merece una oportunidad, mientras lo haga bien, todo está en orden. Es una putada que no te cojan porque no tienes seguidores. Pero también hay mucha gente que no te coge porque tienes seguidores. Y creo que lo maravilloso de TikTok es que todo el mundo puede conseguir lo que sea. Todo el mundo tiene las mismas oportunidades. Creo que el error que cometemos como sociedad, es el momento en el que nos quejamos cuando estas personas se hacen famosas. Deberíamos aceptarlo
¿Crees que tiene que ver con la envidia?
No creo que tenga tanto que ver con la envidia, sino con que mi generación ahora mismo se tiene que quejar con algo. Tienen que encontrar algo que reivindicar, poner un texto enorme en Instagram. Intentamos hacerlo todo súper público y super reivindicativo. Entonces, cuando pasa cualquier tontería con una persona a la que encima has hecho tú famosa, nos creemos que tenemos el derecho a decidir. Al igual que decidimos cuando se hacen famosos, decidimos cuando no, y cuando tenemos que tirar a alguien al suelo. Y creo que ahí es donde está el error. Al final, si tú llevas a alguien a la fama o le das las oportunidades y las aprovecha, mal por ti que has visto sus vídeos miles de veces. Incluso si lo haces odiando a esa persona, le estás dando el mismo apoyo. Antes era mucho más fácil porque veías a alguien que no te gustaba, no le seguías y te ibas a tu casa. Pero ahora nos metemos mucho en el ciclo de mirar, qué ha pasado, y aunque no nos caiga bien parece que tenemos que comentarlo todo.
¿Hay algún valor o característica que se suela atribuir a las generaciones más jóvenes, y que te moleste especialmente? Por ejemplo, se suele decir que ahora se lee menos que antes, y son muchos los que acusan a los adolescentes de no interesarse lo suficiente por la cultura.
Eso en realidad es así, pero yo conozco a mucha gente que lee en otros formatos. Sobre todo, me molesta que se diga que todos los problemas vienen del teléfono. Es algo que oigo mucho en los padres, en general. Nosotros podemos tener problemas que vengan de fuera, hay más vida. Eso creo que es una cosa que pasa mucho. Mi generación es la más deprimente que ha habido en mucho tiempo, al menos de forma visible. Lo guay es que aunque mucha gente tenga ansiedad, depresión o problemas reales, hablamos de ello y lo estamos normalizando. Estamos creando conversaciones importantes, normalizamos ir al psicólogo y hablamos entre nosotros sobre estas cosas.
Imagino que recibes muchos mensajes en los que tus seguidores te expresan su apoyo y amor incondicional. Pero, igual que hay gente que empatiza y suma, las redes están llenas de personas cuyo único propósito es promover el odio y atacar a todo aquel que se le cruce por delante. ¿Has tenido que enfrentarte a alguna situación incómoda en las redes?
Sí. La verdad que no ha sido a gran escala, tampoco le he dado mucha bola, por lo que no se ha hecho muy grande. He aprendido que cuando no das leñas al fuego, el fuego se apaga. Me cuesta porque soy una persona muy impulsiva, hay momentos en los que quiero responder, pero tengo a gente a mi alrededor que me cuida y me da buenos consejos. Pero sí, lo he vivido. A mí no me enfada, me da pena pensar que hay alguien gastando su tiempo en generar energía negativa. La persona que recibe el hate suele estar usando su tiempo y su energía en hacer cosas positivas, que es lo que le está dando esas oportunidades. Creo que la gente necesita atención, al final es lo que buscan, que les respondas y tener ese segundito de fama. A no ser que tengas algo que explicar. Creo que cuando hay una polémica, sí es importante responder, explicar qué ha pasado. No quiere decir que pidas perdón, pero lo importante es ver la situación y saber calcular.
Y hablando de proyectos, acabas de terminar de rodar una nueva serie, Parot, inspirada en la norma jurídica española que cambió la forma de calcular el tiempo que un criminal tiene que permanecer en prisión, cumpliendo condenas más largas. ¿Qué nos puedes adelantar sobre este nuevo proyecto?
Fecha no hay todavía, pero saldrá prontito. El casting es una locura, haber trabajado con Adriana Ugarte, Iván Massagué, Blanca Portillo… Diría nombres y no acabaría nunca, creo que es el casting más completo que he visto en mi vida. La serie va sobre la doctrina Parot, sobre un grupo de excarcelados que salen de la cárcel. Y hay un justiciero que no se sabe quién es, que va matando a los que están saliendo. Aborda la polémica de tener que proteger a gente, en qué momento está bien o mal. Abre debate y creo que mola mucho. Hemos estado rodando de agosto a diciembre, todo en Madrid. Y súper a gusto.
Y por si fuera poco, has sido la encargada de inaugurar Atom Sessions. Un canal convertido en espacio conceptual sin etiquetas ni géneros, que promete convertirse en una de las grandes plataformas musicales para las jóvenes generaciones. ¿Existe una necesidad de crear nuevos canales y explorar nuevos formatos?
Atom Sessions es un lugar donde la gente va a enseñar sus temas, a cantar. Yo creo que es importante ya no el hecho de que haya una plataforma donde exponer tu música, sino enseñar a gente emergente que está empezando en la música, que lo va a petar. Y eso es lo que hace Atom Sessions. Hay una ola nueva en la música de España de gente súper joven, y creo que es importante darles la plataforma y un lugar donde enseñarlo. Y sobre todo que se haga de forma profesional, como este canal, que al final se hace en un estudio muy bueno y que se cuida mucho.
Parece que muchas veces nuestra percepción de los artistas de aquí cambia cuando alcanzan el éxito fuera de nuestras fronteras, ¿no crees?
Totalmente, eso yo lo veo un montón con Rosalía, por ejemplo. Tengo muchísimos amigos que la amaban y ahora cuando lo ha petado fuera, dicen que les da pereza, la acusan de ser mainstream. No lo entiendo, si es tu gente tienes que querer verles triunfar.
Y ya para acabar, hemos hablado de la serie en la que te veremos próximamente pero, ¿hay algún otro proyecto que nos puedas adelantar? ¿Algún sueño por cumplir?
Me gustaría sacar un EP, y después un álbum. Incluso sacar un álbum antes que un EP, sacar un proyecto musical grande. Me gustaría hacer una peli prontito, estar en Estados Unidos más tiempo y ver mis opciones. Estoy contenta con lo que tengo, eso es lo importante.