No, nos vais a ver una película guionizada al milímetro y con actores profesionales. Es una historia real, con personas –que no personajes– reales: “Las conversaciones nunca estuvieron escritas, son conversaciones que tuvieron ellos realmente durante el rodaje”, nos explicó Nacho. Cada escena y diálogo son un reflejo de las huellas y cicatrices que la cárcel o el miedo a terminar en ella hay en esas personas y Villar y Rojo nos lo explican en detalles en esta entrevista.