Bautizada para muchos como la Björk gallega, lo cierto es que lo de MounQup va más allá. Teniendo claro que su música no es apta para puristas, la francesa afincada en Galicia es uno de los rostros que capitanea esta ola de artistas que llevan la tierra por bandera.
¿Su movida? Una catarsis sensorial de electrónica y folk experimental que nos hace pensar en Aquelarre como uno de los mejores discos del género, fruto de varios eventos traumáticos, como ver su casa arder. En esta entrevista nos habla sobre el trasfondo del disco y su identidad como artista.
Lo primero, enhorabuena por el lanzamiento de Aquelarre. Para quién no te conozca, ¿quién es MounQup a nivel tanto artístico cómo personal?
Yo soy Camille Hedouin, francesa, de madre madrileña y viviendo desde hace diez años en el monte gallego. MounQup es mi proyecto musical personal y nace de la necesidad de buscar un espacio sonoro donde poder expresarme sin límites. Sin ponerle fronteras a mis emociones y reflexiones, tanto personales como sociopolíticas. Nace para poder conectar con lo vivo, el aquí y ahora, el monte, mi huerta, el ser madre soltera. El resultado de este proyecto es una música muy personal, intuitiva y llena de contrastes.
Hoy en día parece bastante difícil tener un sello identitario propio, y mucho menos en un panorama musical que, a veces, peca de la fórmula ‘formato que triunfa, formato que se sigue’. ¿Cómo definirías tu estética y sonido y cómo has conseguido mantenerlo?
Siempre hubo más luz sobre lo comercial, es donde se invierte dinero. Yo hago música, principalmente por necesidad vital, ya hice muchos trabajos que no me llenan el alma. Hago las cosas de manera que me permitan ser fiel con lo que pienso y siento. No es nada fácil. Hay que ser apasionada y persistente, rodearse de un equipo listo para ver más allá y tomar riesgos. Pero hay público para todo, no somos todes tan uniformes, la gente no es tan cerrada.
Siendo una artista que todo lo que toca tiene premio, me parece curioso que hayas esperado tres años para sacar nueva música que además viene con un giro estético nuevo en ti. ¿Qué fue lo que te llevó a crear el universo de Aquelarre?
Gracias. Tuve unos tres últimos años muy duros a nivel personal y, bueno, 2020 no existió, casi. No quería esperar, las cosas surgieron así. Aquelarre es el resultado del cambio necesario tras una búsqueda, una introspección inevitable y sus consecuencias. Una purificación, un exorcismo, un empoderamiento.
En el primer single, A Cinza, hacías referencia al concepto de arder, de deslumbrar y renacer. Personalmente me recuerda a la figura del ave fénix, que renace de sus propias cenizas. Pero ¿cuál es la historia en torno a este imaginario?
Buena referencia. Para componer este tema me he inspirado en un incendio que hubo en mi casa hace dos años y que fue bastante traumático. Ardió la casa a partir de unas cuantas ascuas Quería sacar un tema que tratase del poder destructor de la naturaleza considerada débil, adquirida y dominable por su fuerza superior a los humanos y todos sus inventos. Unas pocas ascuas que esperaron todo el día tranquilamente y que se despertaron por la noche cuando estábamos fuera; o un bichiño que encierra a la mitad del planeta, y que sigue fastidiándonos casi dos años después, por ejemplo.
En esta nueva etapa hay una fuerza trascendental, catártica. ¿Dónde nace esa fuerza tan característicamente tuya?
Es mi forma de sentir y de expresar las cosas, a tope o nada. Adoro actuar, aunque el formato escenario siempre me parece frío, hay una sensación de pared entre les que están sobre el escenario y les que no. Por eso, cuando subo, me obligo a entrar en trance, en un estado de consciencia diferente donde dejo de juzgarme y solo cuenta el presente. Es meditativo e hiperactivo al mismo tiempo. Me gustaría estar así siempre, aunque, bueno, sería insoportable para los que me rodean (risas).
También hay referencias al folklore gallego, idea que me transporta a la figura de las ninfas, pero también de las brujas, un término usado normalmente de forma peyorativa hacia las mujeres, al que tú le das una vuelta de tuerca. Háblanos un poco de ello.
Bueno, creo que ya tenemos una idea diferente de las brujas, ¿no? Las brujas eran las mujeres perseguidas y asesinadas por no cuadrar con lo que se esperaba de ellas. Ahora por las mismas razones son un símbolo de empoderamiento feminista. Una colega me ha hablado de una de las versiones de lo que era un Aquelarre: era un conjunto de mujeres que tenían que alejarse del grupo durante un tiempo ¡Se decía que hacían remedios con sangre menstrual y lo pasaban pipa! Inspirador (risas). Para mí, pienso en el Aquelarre en cuanto a purificación, autonomía y autocuidado. Crear un espacio seguro con los seres más queridos con quien tengo una conexión profunda y, claro, empoderamiento.
Y hablando del folklore gallego, me resulta curioso que, siendo Francia tu país natal, decidas cantar en gallego. Sabemos que llevas diez años viviendo en Galicia, ¿cómo es tu conexión con esta tierra?
Cuando llegué a Galicia hace diez años, lo que me encantó fue la sensación de libertad y de que todo era posible. Una utopía total. Me fascina “ainda ahora”, la naturaleza salvaje, los pueblos abandonados, las ruinas recubiertas de plantas silvestres. También hay una paz y una tranquilidad que me encantan. Las temporadas influyen sobre mi forma de vivir y de sentir las cosas. Tengo poca vida social, pero es muy sana, hay gente excepcional e inspiradora entre los que se atreven a quedarse aquí. Además, me siento integrada, acogida por la gente. Me consideran gallega y, por primera vez, tengo un sentimiento de pertenencia; es raro para mí pero estoy agradecida.
Sin embargo, en algún momento dado has comentado que la pandemia supuso un punto de inflexión para ti e incluso dudaste sobre por qué seguías en Galicia, finalmente parece que has decidido quedarte, ¿no?
Aunque durante el confinamiento me encontré con muchas dudas y muchas dificultades a nivel material, hice mucha introspección. Por lo menos, lo que entendí, es que estoy profundamente atraída por Galicia y, a pesar de lo difícil que puede ser estar lejos de mi familia, no me veo mejor en otro lugar.
Desviándome un poco del tema hacia tu faceta más personal, tus canciones siempre han ido enlazadas a críticas sociopolíticas. ¿Eres pesimista u optimista frente a ese futuro incierto que tenemos delante?
Me parece muy complicado lo que estamos por vivir. No hay referencias sino, más bien, muchos miedos, muchos extremos que van por todos los lados. Parece que va a ir a peor y, si ya está siendo peor, lo estoy viendo desde hace mucho tiempo como mucha gente.
Sabemos que no podemos seguir consumiendo de esta forma para siempre, no solo a nivel ecologista, también a nivel social. Pero, sin embargo, también surgen nuevas consciencias y maneras de compartir y ayudarse. Entonces, no sé nada más que no sepa el resto, pero quiero creer que después de esta temporada tan cutre que estamos viviendo, llegarán momentos con más paz y sentido común. A ver qué tipo de fondo tenemos que tocar para por fin comenzar a elevarnos.
En A Cinza también has colaborado en su producción y dirección, ¿siempre han convivido en ti la pasión por la música y lo audiovisual?
Cuando compongo la música tengo siempre imágenes en la mente, a veces son historias concretas. La música y lo visual van juntos en mi cabeza. El problema es que técnicamente son ideas imposibles (risas). Menos mal que hay gente para ponerme los pies sobre la tierra porque, yo sola, no tengo término medio. Así que sí, estoy muy contenta de poder participar en la dirección y edición del vídeo. Y de hacerlo con gente experta, dejándoles interpretación libre, pero quedando fiel a lo que quiero expresar.
¿Qué aspectos destacarías de Aquelarre?
Aquelarre se puede ver como un proceso. Comienza con introspección, pasa por la autocrítica, el enfado, el amor profundo, la curiosidad, la vulnerabilidad, y va a por la purificación y el exorcismo. Acaba con unas ganas tremendas de devorar.
Yendo un poco en líneas generales, así a bote pronto escucho tus canciones y me voy a la poesía fonéica, a John Cage y a Björk. ¿Qué artistas te inspiran y cómo influyen en tu música?
Estoy influenciada por todo que me rodea, inconscientemente o no. Me doy cuenta después, que igual tal o tal parte me recuerdan a algo. Conscientemente, me inspiran artistas como Animal Collective, Pavement, The Knife, Flying Lotus, Radiohead o Perro, entre otros miles. Cada uno me influye de forma muy diferente. Flying lotus me puede influir sobre el nivel técnico, por ejemplo; Perro sobre la intención, de The Knife me influyen con sus reflexiones.
Para terminar, has planteado una gira que conecte con tanto con tus raíces como con la narrativa creada alrededor de Aquelarre. ¿Qué podemos esperar del ‘Aquelarre AVS Extended Show’?
Estoy muy agradecida de contar con un gran equipo. Me hace mucha ilusión porque siempre he girado sola. Espero poder transmitir esa sensación de viaje profundo, que cada persona conecte a su manera con sus sentimientos. Que sean agradables o desagradables, pero aceptándolos. Y acabar ardiendo por dentro como yo (risas).